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29, julio 2020 - 8:00

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Por: Héctor Alfonso Morales y José Ángel Parra

El lavado de dinero es una sombra que acecha al futbol mexicano. Expertos en la prevención de este delito coinciden en que es un “foco rojo que requiere atención”, debido a que es una industria que genera 114 mil millones de pesos anuales, según un estudio del Grupo de Economistas y Asociados.

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No fue una casualidad que hace unos meses, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda comenzara a investigar a los equipos de la Liga MX, con el fin de detectar blanqueo de capitales, al grado que hubo una reunión entre el presidente de la competición, Enrique Bonilla, y Santiago Nieto, titular de la UIF, sobre el tema. “Sí hay muchas operaciones de lavado de dinero en el futbol, porque se maneja mucho dinero”, advierte Alejandro Ponce, abogado experto en la prevención de lavado de dinero.

En México, el Código Penal Federal, en su artículo 400 Bis, establece que “se impondrá de cinco a 15 años de prisión y mil a cinco mil días de multa”, por el delito de operación de recursos de procedencia ilícita. De acuerdo con Ponce, hay diversas formas en que se da el ilícito en el balompié nacional. La primera, es a través de estrategias fiscales, con el fin de evadir impuestos.

“Se han manejado casos que el equipo de futbol saca dinero a través del uso de facturas falsas y ese dinero que era propiedad del equipo, se desvía a los directivos, a los familiares de directivos, entonces, aquí, el lavado de dinero se da por conducto de evasión fiscal, que convierte en ilícitos estos recursos que llegan a manos de terceros”, asegura.

Actualmente, el gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador ha puesto la mira en combatir este fenómeno, después de detectar un fraude al Sistema de Administración Tributaria (SAT) de empresas “factureras” por 48 mil millones de pesos.

La segunda forma de lavado en el futbol nacional es a través de “inflar” precios en los traspasos de futbolistas. Según el portal Transfermarkt, tan sólo en el periodo 2019-2020, se movieron en el “mercado de piernas” 175 millones de dólares. “Los temas que han salido son por movimientos fraudulentos, se hacen los fichajes de jugadores a precios que no son reales, que se da a precios que en realidad no tienen. No necesariamente hay dinero del narco, sino de operación fraudulenta para una ganancia que no es real”, señala Ponce.

La tercer vía de blanqueo, a través del balompié, es la inyección de dinero del crimen organizado en los equipos, para que puedan mantener su operación o realizar construcciones de diversa índole. ¿Cómo combatir el lavado de dinero en el futbol mexicano? Edgardo Buscaglia, asesor antimafia, señala que es necesario realizar auditorías forenses de investigación patrimonial, porque “mucho del lavado a través del futbol termina en propiedad tangible como mansiones o propiedades que fueron compradas por cash (efectivo) o en empresas fachada, comunes en México”.

“(Por eso) Es usual (el blanqueo de capitales en el futbol), especialmente en países con vacíos de controles patrimoniales como los que tenemos en México. El Dr. Nieto es el titular de una agencia federal, pero necesitas un nivel de investigación patrimonial, dedicada a identificar irregularidades en tenencia patrimonial en cada estado. Eso no existe”.

Buscaglia resalta el trabajo hecho desde la UIF, pero reconoce que frente a este ilícito “sí hay una gran brecha, sobre todo en transacciones de jugadores, donde el dinero aparece y desaparece a lo largo de las operaciones”.

Pese a las carencias en la persecución de este ilícito, está pendiente el desenlace de las indagatorias de la UIF a los clubes para saber si existe el lavado de dinero en el futbol.

 

VULNERABILIDAD TANGIBLE

De acuerdo con el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), el futbol posee tres rasgos que le hacen susceptible al lavado de dinero: por estructura, finanzas y cultura.

En cuanto al tema estructural, GAFI, cuyo objetivo es desarrollar políticas que ayuden a combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, señala que el mercado del balompié es “fácil de penetrar, porque existe la facilidad de tener reuniones entre el mundo legítimo y criminal”. Aunado a esto, las distintas razones sociales en las que están conformados los clubes da la sensación a las organizaciones delincuenciales de “ser fáciles de adquirir, además de carecer de una regulación para operar”.

El tema financiero que envuelve al futbol también es sensible frente al lavado de dinero ya que, de acuerdo con GAFI en su estudio Lavado de Dinero, a través del futbol, “el sector maneja flujos de caja considerables y grandes intereses financieros. Muchas de las transacciones dentro del sector involucran grandes cantidades de dinero, como en el mercado de transferencias”.

La “cultura de la imprevisibilidad” o del éxito del fichaje “podría conducir a un aumento tolerancia hacia pagos irracionales. También con el descubrimiento y la formación de talento joven, se pueden obtener ganancias masivas pero incontrolables. Las transferencias se llevan a cabo en todo el mundo, brindando amplias oportunidades para lavar dinero”, apunta GAFI.

Resultados, goles y tabla de la jornada 1 del Guardianes 2020

En tercer rubro de vulnerabilidades se encuentra la cultura, la cual, se enfoca en que el balompié da una “imagen de inocencia”.

“Esto hace que sea menos probable que la gerencia denuncie el lavado de dinero u otros delitos de clubes de futbol”, refiere GAFI.

Para blindar al futbol, Ponce recomienda que la Femexfut, la Liga MX y los clubes “actúen con transparencia, para no involucrarse en operaciones que pudieran involucrar lavado de dinero; pagar sus impuestos, no hacer uso de estrategias para pagar a los jugadores, entrenadores ni desviar dinero. Tienen que estar muy apegados al cumplimiento de la ley”.

 

IRAPUATO, EN PELOTAS CON EL NARCO

Por José Ángel Parra

El salón de conferencias enmudece cuando un reportero capitalino suelta el cuestionamiento, con acento altivo y retador, al improvisado patronato del equipo fresero, previo a la final por el ascenso entre Irapuato y León, en el lejano 2003.

– ¿Ustedes saben quién es el Tío?

La mudez, que ahoga el entorno, se interrumpe segundos después, cuando, titubeantes, confundidos, los integrantes de representación irapuatense -hasta entonces en el anonimato- alegan desconocer al citado personaje, luego de cruzar miradas.

– Ah, pues para su información, es el jefe de todos ustedes -reprende el periodista.
Los asustados convocantes sólo pretenden aclarar, en la inesperada conferencia de prensa, que Irapuato no está en venta, ante los rumores de una final amañada.

A unas cuantas cuadras del lugar, tres pistoleros han tomado el estadio Sergio León Chávez. El helicóptero del municipio ha dejado de sobrevolar la zona, ante la lluvia de plomo procedente de la cancha. Se presume que la invasión gansteril obedece a que el propietario del León, Carlos Ahumada Kurtz, ha ido a reclamar la transacción acordada con Tirso Martínez. La Trinca ya no le pertenece al Tío, a decir de Ahumada, quien no consiente que su oponente dé marcha atrás. Pero Tirso, se deduce, está contra la espada y la pared. Los Hijos de la Mermelada han alborotado al pueblo. Alegan que la final está comprada por el León. Por eso, desafiantes, se animan a invadir, en bola, al secuestrado inmueble. Atrás de ellos va la policía municipal, como si todo formara parte de un operativo.

La plaza es recuperada y dos de los pistoleros, desarmados, son sometidos y conducidos a una patrulla, luego de ser maltratados por la violenta muchedumbre.
Horas después, trasciende, son liberados por “falta de pruebas”. Pero ¿qué importa eso? Han recuperado el estadio Sergio León Chávez. Habrá partido por la final. “Irapuato no está en venta”, es su lema..

El pasaje, que permite recordar los añejos filmes de Mario Almada, redondea el peliculesco desenlace con la victoria fresera sobre la sobrada Fiera, entonces dirigida por el timonel chileno Carlos Reinoso.

Justo un año después, la novela de la Trinca fresera queda trunca: la Federación Mexicana de Futbol decide borrar a Irapuato y Querétaro de la Primera División. La presencia del narco en el deporte de las patadas es -acusan- la causa de la inesperada reducción de 20 a 18 clubes. Todo siempre entre comillas… bajo eterna sospecha.

MEJOR NO PREGUNTE

Afuera de la salita de conferencias, donde se hace el improvisado anuncio de la prometida estabilidad fresera y el nulo acuerdo de venta con los esmeraldas, en Irapuato, Guanajuato, el reportero es abordado por dos sujetos trajeados y corpulentos, quienes, en plan intimidante, alertan respecto a lo que no se debe hacer en la localidad.

– Oiga, amigo, tenga cuidado. Es mejor que no haga esas preguntas. Aquí no son bienvenidos los preguntones… ¿Comprende?

Pinceladas de sucesos que rondan al polémico deporte de las patadas. Sí, no se preocupen, de eso ya hace 17 años, en aquel remoto 2003.

 

GALLOS BLANCOS

Por José Ángel Parra

Aunque el Club Querétaro no es la única institución deportiva que ha sido dirigida por empresarios de dudosa procedencia, es -al menos- el más visible en torno a dicha opacidad. En la trama, relacionada siempre con Gallos Blancos, aparecen nombres implicados presuntamente con narcotráfico, fraude y otros ilícitos. El equipo, afectado por múltiples descensos, ventas y desapariciones, es más recordado en los medios por figurar en los tribunales antes que por su historial futbolístico.

Tirso Martínez Sánchez encabeza la lista de empresarios relacionados con el Querétaro. Actualmente preso en Estados Unidos, Tirso también fue identificado en el pasado como José Luis Martínez Sánchez, José Martínez, Manuel Martínez, además de un largo etcétera de alias: el Tío, el Futbolista, el Centenario o el Mecánico, por mencionar algunos. Ahora se sabe que testificó en el juicio contra Joaquín Guzmán Loera ‘El Chapo’, y reconoció haber sido dueño de equipos de futbol en nuestro país, entre ellos, los Gallos Blancos, cortesía, sí, del referido Chapo.

Implicado en la distribución de droga en Los Ángeles, Chicago y Nueva York, su nombre está asociado con el Cártel de Sinaloa. Tirso fue detenido, en febrero de 2014, justo hace seis años, y extraditado en 2015 a Estados Unidos. El personaje se declaró culpable como distribuidor de cocaína.

Años antes, concretamente en 2004 -previo a que se concretara la reducción de 20 a 18 equipos en la Primera División-, los hermanos Jorge y Alejandro Vázquez Mellado Zolezzi aparecieron al frente de una sociedad denominada Promoeventos Deportivos y Sociales Queretanos SA de CV -cuya copia del Registro Público de Comercio del Estado está en poder de OEM-, de la cual adquirieron los derechos de afiliación del Querétaro ante la Federación Mexicana de Futbol.

 

 

El documento faculta a los Vázquez Mellado a organizar, operar, administrar, controlar y realizar todo tipo de trámites y gestiones ante la Femexfut, de acuerdo a sus reglamentos. Así también, contratar y recibir los servicios profesionales de técnicos de futbol, cuerpo técnico y auxiliar, jugadores profesionales o de cualquier otra categoría. Comprar, vender, dar o recibir en consignación, intercambiar y, en general, negociar con todo tipo de bienes muebles e inmuebles, mercancías, alimentos, bebidas y cualquier producto que se encuentre en el mercado.

El Consejo de Administración lo integran, como presidente, el referido Jorge Vázquez Mellado, y se suman, como vicepresidente, Sergio Hugo Bustamante Figueroa (también director general), y Bardomiano González Linares, en calidad de secretario (brazo derecho de Rico y, posteriormente, de Collado). Los tres integrantes, a quienes se suman Jaime Ortega Chaurand (director de operaciones) y Sergio Oria Tovar (director deportivo), son designados como apoderados. Javier Agustín González encabeza el consejo de vigilancia y Adolfo Sánchez queda como contralor.

Sin embargo, una vez detenido, durante el juicio, Tirso admitió fungir como dueño de equipos profesionales, entre ellos Querétaro, además del citado Irapuato -cuyo testaferro era un joyero de nombre Kléber Mayer, aunque el principal operador era Constancio Laguna, alias el Chito-, y otros clubes como Celaya, La Piedad y Mérida, todos adquiridos y financiados presuntamente con dinero proveniente del tráfico de drogas.

Evidenciado el tema entre los dueños del futbol, el 29 de junio de 2004 (meses después del mencionado registro queretano de los Vázquez Mellado, que data del 8 de enero de ese año), la Femexfut compró los activos generados en este deporte por 10 millones de dólares, para con ello ‘sanear’ al organismo y disminuir la participación de equipos a 18 clubes, lo que provocó que Irapuato y Querétaro se desvanecieran del máximo circuito. Sin dar muchas explicaciones, se dijo que fueron “descendidos”, para efectos prácticos del organismo, debido a la mundana idea de compactar a la rama.

 

OCEANOGRAFÍA Y CAJA LIBERTAD

El colombiano Giovanni Morantes Ávila, quien fungía como agente de jugadores -y que, según testimonios, llegó de la mano del conocido promotor Guillermo Lara-, formaba parte de la misma cadena, pero el cafetalero se encubría bajo el nombre de Paúl Solórzano Lozano, previamente implicado y relacionado con los Vázquez Mellado.

Uno de los patrocinadores de Gallos Blancos era Caja Libertad. Dicha empresa detonó, a la postre, por el escándalo del abogado Juan Collado, en su calidad de presidente del consejo de administración, por operaciones de procedencia ilícita. Sin embargo, cabe recordar que previamente José Antonio Rico, al mando del equipo, concretó la compra-venta del mismo con el empresario Amado Yáñez, en cuya operación entró Collado, para asumir la presidencia de Caja Libertad.

Rico fue vinculado por supuestos delitos de delincuencia organizada, en la que va implícita la compra-venta de un inmueble por la cantidad de 156 millones de pesos en Querétaro. Este asunto continúa abierto y vigente en tribunales.

Yáñez, en cambio, quedó sujeto a investigación por supuesto fraude con la empresa Oceanografía. Este nuevo inconveniente permitió la intervención del Servicio de Administración Tributaria (SAT), que lo entregó a la Federación Mexicana de Futbol y ésta, a su vez, a Grupo Empresarial Ángeles, de Olegario Vázquez Aldir, en 2014.

Más adelante, Grupo Caliente apareció como la nueva compradora y dueña del Querétaro, antes de la más reciente compra-venta, que implica al representante de futbolistas, Greg Taylor, previo al inicio del Guardianes 2020.

Si quisieran añadir un lío más a esta causa, el propio Amado Yáñez estaría en posibilidades de pelear al equipo, si se lo propone.

La abogada Thelma Herrera, por muchos años en defensa de futbolistas ante la Femexfut, llevó el caso Querétaro desde la administración atribuida a los Vázquez Mellado. Y fue justo durante la administración de José Antonio Rico que entabló una demanda, ante los tribunales, al Querétaro, como parte de una compleja trama sin final. 

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