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9, agosto 2020 - 8:01

┃ Alfredo Valverde

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La llegada del zurdo nayarita Víctor González a Grandes Ligas, llena de felicidad a los fanáticos mexicano al Rey de los Deportes, pero para nada sorprende que este logro se haya dado gracias a los Dodgers de Los Ángeles, y es quizá la organización de Ligas Mayores que más ha confiado en el pelotero mexicano a lo largo de la historia.

Un total de 12 beisbolistas nacidos en México han recibido la oportunidad de debutar en el mejor beisbol del mundo, aunque son pocos los que tuvieron un paso fugaz por la gran carpa, como Noé Muñoz, que vio acción en un solo partido.

Alex Verdugo no entra en la lista, porque a pesar de ser hijo de padres mexicanos, nació en la Unión Americana, en Tucson, Arizona. Ya defendió los colores de la selección nacional en el pasado Clásico Mundial.

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Es uno de los equipos más populares en México a lo largo de los años, y aunque la mayor parte de su público aumentó en los años 80’s cuando Fernando “Toro” Valenzuela saltó a la fama con los Dodgers y gracias a la Fernandomanía la popularidad de los californianos se fue a las nubes.

Sin embargo, el primer pelotero mexicano en recibir la tan anhelada oportunidad de llegar al mejor beisbol del mundo ocurrió en 1968, cuando el lanzador Vicente “Huevo” Romo recibió como regalo de cumpleaños debutar en Grandes Ligas con la novena de Los Ángeles, apenas un día antes de tener 25 años.

Tuvieron que pasar 12 años, para que la historia se repitiera con los Dodgers, después que en 1979 compraran su contrato a los Ángeles de Puebla, quienes habían enviado en calidad de préstamo a los Leones de Yucatán.

Peter O’Malley presidente de los Dodgers y su gente comenzaron a fijar su mirada al beisbol de nuestro país, creando un vínculo muy fuerte entre los fanáticos mexicanos al Rey de los Deportes hacia la novena ligamayorista de Los Ángeles.

Sería hasta 1991 cuando los Dodgers vendrían a jugar a México, y fue el nuevo estadio de Monterrey, la sede del duelo entre Los Ángeles ante los Cerveceros de Milwaukee, partidos de exhibición.

Esto se repetiría hace un par de años, en el mismo escenario de la Sultana del Norte, pero ahora dentro del rol regular y se efectuaron tres encuentros entre Dodgers y los Padres de San Diego. Donde los pitchers de Los Ángeles se combinaron para tirar un juego sin hit ni carrera de manera combinada.

MESA PUESTA

Sin bien es cierto que la Fernandomanía provocó que los ojos de los buscadores de Grandes Ligas se voltearan a ver al beisbol mexicano, contaron con la fortuna que equipos de la Liga Mexicana de Beisbol aceptaran trabajar con ellos.

Tigres de la Ciudad de México, bajo el mando de Alejo Peralta firmaron un convenio de trabajo, en parte por las buenas relaciones que tenían con el propietario Peter O’Malley.

De la extinta Academia de Pastejé surgieron varios peloteros que fueron firmados por los Dodgers, pocos fueron los que pudieron llegar a la gran carpa como Juan Gabriel Castro, Ismael “Rocket” Valdez, Antonio “Cañón” Osuna, Karim García. 

Al surgir la Academia de El Carmen, Nuevo León, las cosas no cambiaron para la organización californiana que tuvo un trato privilegiado durante varios años con la aprobación del presidente de la LMB, que en ese entonces era Pedro Treto Cisneros. A la inauguración de la escuela de beisbol que lleva el nombre del Ingeniero Alejo Peralta, asistió Peter O’Malley. Dodgers hizo una donación de varios equipos de beisbol.

En los tiempos modernos, el equipo californiano mantiene a varios scouts en nuestro país, que durante todo el año checan a los jóvenes peloteros mexicanos en los distintos torneos juveniles; además de visitar las diferentes Academias que hay en nuestra República Mexicana, una prueba de ello es la que tienen los Diablos Rojos en Oaxaca, donde han salido Julio Urías y Víctor González.

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A través de su buscador Mike Brito, se dieron el lujo de firmar infinidad de peloteros que por una u otra cosa, no lograron mantenerse en las sucursales de la novena de Los Ángeles. Muchos de estos peloteros terminaron jugando en la LMB, aunque algunos no tuvieron tanta suerte, porque en su afán por destacar en ligas menores, sufrieron alguna lesión que acabó con su carrera.