FOTOS RAMÓN ROMERO

El regreso no fue el esperado. Les guste o no les guste, Atlante tuvo un debut desafortunado en la Liga de Expansión MX con una derrota por la mínima diferencia ante los Leones Negros. 0-1 final.

Los melenudos rugieron con fuerza, se llevaron los cuatro puntos de la capital y amargaron el retorno de los Potros de Hierro a la Ciudad de México, después de 13 años, cuatro meses y siete días. Los relinchos esta vez no sonaron en la Colonia Nochebuena, pero apenas es el comienzo. Atlante ya llegó, y lo hizo para quedarse.

Así fue como la espera terminó. El Covid-19 arruinó los planes iniciales, pero finalmente los azulgranas se presentaron en el estadio Ciudad de los Deportes, acompañados de su fiel afición, quienes no obedecieron las indicaciones sanitarias y se hicieron presentes en el recinto. El amor por su equipo fue suficiente para olvidarse de la pandemia.

De un inicio, los melenudos quisieron dar la sorpresa. El delantero José González quiso arruinar muy rápido el regreso de su rival a la capital, volvió loca a la, zaga local con su velocidad, pero el Tepa no salió fino. Cuando estuvo frente a la portería, su disparo salió muy cruzado.

El partido fue dinámico, agradable, el clima nublado ayudó para eso. En ese lapso, los Potros reaccionaron, con el conocimiento de que no podían tener una vuelta triste. Fue así como tomaron la iniciativa, dieron un vuelco a las acciones, sin embargo, les faltó profundidad en el último toque.

Cuándo la encontraron, faltó la contundencia. Lizandro Echevarría tuvo la más clara. El experimentado delantero, quien fue uno de los que regresó al equipo capitalino después de su paso por Chiapas, apareció completamente solo en el área, el balón le llegó con cierta comodidad, pero en su afán de golpearlo, abanicó de fea forma. La redonda, siguió su camino y no encontró otro rematador. Fue la opción más idónea para abrir el marcador, pero no pudo ser.

Una jugada después, se cumple el dicho “oportunidad fallada, gol en contra”. El costarricense Malik Hernández aprovechó su poder centroamericano y con una gran zancada armó un contragolpe. Cuando enfrentó al portero Humberto Hernández, fue cuando perdió. El Gansito demostró su experiencia, recostó de gran forma y atajó el disparo.

Instantes más tarde, el balón llegó a la red. La manada aprovechó un tiro de esquina, sin embargo, el silbante Luis Chávez inválido la jugada por un choque del defensor Rodrigo Godínez que desestabilizó el salto del cancerbero atlantista. Debido a que el torneo no cuenta con VAR, la jugada no se revisó y nadie cuestionó la autoridad del juez central. Con esa intensidad, llegó el final de los primeros 45 minutos.

Atlante insistió de inicio en la parte complementaria, pero de nuevo careció de ese último toque que lograra el relincho de los Potros.

El susto llegó para el cuadro local. En jugada a balón parado, Arturo Ortiz, de la UdeG, amagó, el central aprovechó su altura y metió un cabezazo potente. El balón realizó su trayectoria a velocidad, todos los jugadores en la cancha miraron justo cuando pegó en el travesaño. El lamento de los tapatíos cimbró por todo el inmueble.

El técnico visitante, Jorge Vikingo Dávalos, uno de los históricos de Leones Negros, mostró su pasión desde el banquillo por los colores de la Universidad de Guadalajara, mientras la porra familiar del Atlante alentaba desde fuera.

Pero dicho aliciente no fue efectivo. El hombre más experimentado de los Potros falló a la hora buena. Humberto Hernández pasó de héroe a villano y en una precipitada salida, dejó su marco abierto, el defensor Jonathan Hernández rebotó el balón y el joven mediocampista Ángel Hernández aprovechó el yerro y con facilidad la envío al fondo. No la pudo tener más fácil y el Chepa no falló.

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Con la desesperación del marcador adverso, los Potros intentaron un último galope, pero fue insuficiente. Atlante perdió en su regreso a la Ciudad de México, los Leones Negros arruinaron la fiesta.

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