11, septiembre 2020 - 0:18
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Bastó con que Lionel Messi mandara un burofax anunciando su salida del Barcelona para dar paso a uno de los escándalos más grandes de los últimos años en el mundo futbolístico. Después de 20 años, el argentino quería salir del club en el que construyó su legado en busca de nuevos retos.
Fueron semanas de silencio, de especulaciones, hasta que finalmente el propio Lionel Messi dio una entrevista para explicar que no se iría a juicio contra el club de su vida, sin embargo, en sus palabras dejó ver su descontento con la directiva debido a que no se respetó un contrato que le permitía salir gratis al final de la temporada, y no por la cláusula de rescisión de 700 millones de euros que pedía el presidente Josep María Bartomeu, al considerar que el contrato se renovó de manera automática el pasado 10 de junio, luego de que Messi no hiciera público su deseo de abandonar la entidad azulgrana. Mientras Messi pedía negociar su salida, en Barcelona se aferraron a su permanencia.
Lo cierto es que con la permanencia de Messi, al menos hasta el verano del 2021, surgen una serie de cuestionamientos respecto a lo que ocurrirá con el argentino. De momento, ya trabaja bajo las órdenes de Ronald Koeman, sin embargo, hay quien especula que el rendimiento de Messi en el Barcelona no será el de antes.
Messi podrá negociar su futuro con cualquier equipo a partir de enero para marcharse gratis el próximo verano. En Barcelona, por su parte, buscarán ofrecerle un proyecto a la medida, sobre todo a partir de marzo, cuando se realicen elecciones y finalice el mandato de Bartomeu.
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