La Serie Mundial de 2017 y el escándalo de robo de señales por parte de los Astros continúa más que vivo en la cabeza de los aficionados de los Dodgers, quienes recibieron hostilmente al cuadro texano.

Previo a su partido de este sábado, varios seguidores de Los Ángeles se reunieron con carteles llenos de consignas en contra de los visitantes; también se pudieron ver botes de basura con la etiqueta “Astros campeones Serie Mundial 2017”. Incluso sobrevoló el Dodger Stadium una avioneta con la leyenda “Houston hace trampa”.

En cuanto pasó frente al grupo el autobús de la novena texana, inmediatamente los decibeles subieron. Mientras que en la llegada de Joe Kelly, relevista de Dodgers, hubo ovaciones. En su pasada serie, el derecho causó que las bancas de ambos conjuntos se vaciaran después de golpear con un pelotazo a Alex Bregman, pasarle pelotas cerca a Carlos Correa y después rumbo a su caseta burlarse de ellos.

Dicha trifulca le costó ocho partidos de suspensión a Kelly, ocho juegos más que a cualquier jugador de los Astros por el robo de señales.

Durante la temporada baja peloteros de Houston salieron a pedir disculpas por el escándalo, pero pocos a lo largo de Grandes Ligas quedaron convencidos con la forma en la que sucedió.

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Quien sí perdió su trabajo fue el manager de aquel equipo campeón en 2017, AJ Hinch; MLB lo suspendió un año y la organización lo dio de baja.

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