El Gobierno de Tlaxcala a través del Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino, con el aval de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL), a finales de 2019, envió al Congreso del Estado una iniciativa (expediente parlamentario número LXIII 289/2019), para que se otorgara la denominación de ganaderías ecológicas a las ganaderías de toros de lidia de dicha entidad. Esta acaba de ser aprobada por dicho Congreso Estatal con 21 votos a favor, uno en contra y cero abstenciones. Será publicada la próxima semana en el periódico oficial del estado.

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En lo que va de este año se trabajó en Tlaxcala por medio de la Comisión de Fomento Agropecuario y Desarrollo Rural, cuya presidenta es la diputada Michaelle Brito Vázquez –quien presentó la iniciativa-, para que ese tema legislativo continuara su marcha y se reconociera las prácticas de producción de estos espacios, su contribución al cuidado y preservación de la flora y fauna, así como la detonación de la economía local.

Con fecha 17 de marzo de 2020, la diputada Brito Vázquez recibió un oficio firmado por José María Arturo Huerta Ortega, en su carácter de Presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, en el que manifiesta el apoyo de esa agrupación para lograr la declaratoria de las ganaderías de toros de lidia como ganaderías ecológicas.

Ahora que las actividades están volvieron a la llamada nueva normalidad, el tema volvió a saltar a la palestra de Congreso Tlaxcalteca y tuvo una favorable votación, por lo que vale la pena recordar que en dicha entidad existen 37 ganaderías de bravo, registradas ante la Asociación Nacional de Criadores de Toros. Abarcan 30 mil 240 hectáreas del total del campo tlaxcalteca que es de alrededor de 220 mil hectáreas, es decir, el 12 % de aportación ecológica y medio ambiente total, por parte de los criadores de toros de lidia, superficie que significa casi la extensión territorial del municipio de Huamantla.

Estas ganaderías contribuyen a la generación de empleos, en el campo para vaqueros, médicos veterinarios, caporales (estos últimos aproximadamente son cinco por ganadería que promedian 185 caporales que dan sustento a sus familias), y expendedores de alimento; así como en las plazas de toros donde se generan empleos para el equipo de logística, choferes que transportan a los toros, médicos veterinarios, monosabios, subalternos, picadores, matadores de toros, novilleros, rejoneadores, guarda plazas, vendedores y músicos, entre otros.

MÁS VERDES QUE NUNCA

Cabe destacar que la conversión de bosques en pasturas, amenaza la sobrevivencia de muchas especies, en el mundo, ante ello, en las ganaderías de bravo ubicada en Tlaxcala han reforestado sus espacios con más de un millón de árboles como el pino ocote, el sabino, el pino prieto (gengrii), en 848 hectáreas, así como plantado 65 mil magueyes.

Dichas acciones han permitido captar 964 mil 800 litros de agua, que son sustentables para la ganadería y las poblaciones cercanas. En su totalidad en los recientes ocho años, la ganadería de bravo tiene una forestación de aproximadamente dos mil 590 hectáreas de aboles y magueyes, lo que ayuda significativamente a conservar la fauna originaria de la región. Además, establecieron 995 hectáreas de brechas corta fuegos

¿Qué es una ganadería ecológica?

La Ganadería Ecológica es un sistema de producción ganadera, ligado al suelo, que tiene como objetivos la salud del consumidor, el bienestar de los animales y la protección del medio ambiente. Los tres principios principales son:
Conservación del medio y del entorno natural, manteniendo el medio físico y la atmósfera sin contaminación y la fertilidad natural del suelo y la biodiversidad; tomando como base el aprovechamiento racional de recursos por animales autóctonos y con una carga ganadera adecuada para evitar cualquier tipo de impacto negativo sobre el medio ambiente.

Máximo respeto hacia el bienestar y la protección de los animales, facilitándoles todas las condiciones que le son necesarias para un desarrollo vital adecuado y evitándoles cualquier tipo de daños, y molestias innecesarias a lo largo de toda su vida (manejo, transporte e insensibilización previa al sacrificio).
Evita el empleo sistemático de sustancias químicas de síntesis en todo el proceso productivo, tanto en medicamentos de los animales como en forma de fertilizantes o aditivos a la hora de obtener o preparar los alimentos que han de consumir el ganado con el fin de poder garantizar de forma fehaciente la ausencia de sustancias residuales en los productos obtenidos de los animales que puedan suponer algún riesgo para la salud del consumidor.

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