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Mira

15, octubre 2020 - 13:18

┃ EFE

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El tenista Sam Querrey, su esposa y su hijo de ocho años se encuentran en un país indeterminado cerca de la frontera con Rusia, después de protagonizar una espectacular huida que daría para una película.

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El estadounidense y su familia se han contagiado de coronavirus durante su estancia en la ciudad rusa, lo que ha derivado en una situación rocambolesca. Todo comenzó tras el partido del número 49 del ránking contra Denis Shapovalov en primera ronda del ATP 500 de San Petersburgo, que ganó el canadiense.

Los Querrey fueron sometidos a test que determinaron que los tres habían dado positivo, por lo que, siguiendo el protocolo, debían cumplir una cuarentena de 14 días en el hotel donde se estuvieran alojando. Este era, ni más ni menos, que el Four Seasons, un hospedaje de 5 estrellas de máximo lujo.

Lo que iban a ser unas vacaciones forzosas en una jaula de oro se convirtieron en una pesadilla cuando las autoridades sanitarias rusas le llamaron para informarles de que un médico debía someterles a chequeos para evitar complicaciones y que, en caso de tener síntomas, serían ingresados en un hospital. Cuando colgó al tenista se le cayó el alma a los pies: los tres ya tenían síntomas leves.

Un médico ruso les informó de que serían ingresados en un hospital si tenían síntomas que, efectivamente, ya habían empezado a padecer. En ningún caso querían verse ingresados en un hospital ruso, más que por el matrimonio por su hijo, que sería separado de sus padres durante un tiempo indeterminado. Para un niño estadounidense de 8 años estar separado de sus padres en un centro médico de un país extranjero, sin conocer el idioma ni entender bien lo que está ocurriendo, puede suponer una experiencia traumática de por vida.

Ante esta situación, Querrey se olvidó de todos los protocolos y tiró de contactos. Inmediatamente llamó a uno de sus patrocinadores, una empresa de jets privados, para pedir que les evacuaran inmediatamente a un país donde no les requirieran un test de COVID-19 a la entrada.

Se dirigieron a una terminal privada y, tras negociar con los pilotos y asegurarles que iban a mantener las distancias con ellos en el vuelo (se acabaron sentando atrás del todo), consiguieron que les llevaran a un país europeo indeterminado, pero cercano a Rusia.

Actualmente se encuentra alojado en un AirBNB, a la espera de poder irse, y con un único objetivo: que las autoridades sanitarias locales no les localicen para evitar que sean ingresados en un país, o incluso extraditados a Estados Unidos bajo una acusación de haber entrado ilegalmente.

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POSIBLE SANCIÓN DE ATP

La ATP es conocedora de lo sucedido y ha emitido un comunicado en el que afirma que la huida de Querrey de Rusia supone “una seria brecha” de los protocolos sanitarios que han establecido, por lo que han comenzado una investigación para localizarle.

Querrey se arriesga a una fuerte sanción económica y deportiva, que como poco le costará ser vetado en el resto de los torneos en los que estaba inscrito en este 2020 y posiblemente de unos cuantos en 2021. Entre otros, el tenista tenía previsto disputar el Masters 1000 de París-Bercy del próximo mes de noviembre y quedarse un tiempo en Europa.

La historia ha sido contada por Ben Rothenberg, periodista del New York Times y presentador del podcast especializado ‘No Challenges Remaining’.

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