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Mira

29, octubre 2020 - 11:22

┃ Miguel Angel García

calita

El pasado día 14 regresó a México el matador mexiquense Ernesto Javier Calita, luego de haber toreado el 12 en Toledo, España; el diestro fue el único azteca con doctorado en haber actuado en la Iberia post-pandemia y en total haber sumado cinco corridas de toros en los momentos más álgidos para la fiesta brava hispana. Derivado de la crudeza en cuanto han crecido las restricciones para la fiesta brava de aquel lado del mar –más por temas políticos en contra del espectáculo taurino–, Calita perdió seis corridas más, por lo que finalmente decidió regresar a la patria y comenzar a sumar campaña.

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Entre su periplo europeo, a destacarse como mexicano echando el carro español adelante para reactivar la fiesta, el mexiquense enfrentó el 1 de septiembre en Almoguera –provincia de Guadalajara– a la mítica ganadería de Miura, la dehesa más temida históricamente desde aquella tarde trágica en Linares, cuando Islero cortó la vida al maestro Manolete, ni hablar de otras tardes trágicas como en la que otro toro dejó parapléjico a Nimeño y éste terminó pegándose un tiro en la cabeza. Miura es sinónimo de gesta y esta hazaña Calita decidió hacerla para engrandecimiento de su palmarés, dando la cara como guerrero azteca, sin echar paso atrás y dando el pecho.

“Estos toros te cambian la perspectiva, pero te cambia más la técnica; como mexicano es un orgullo decir que maté esta corrida tan emblemática en España, pero en lo personal me hubiera gustado salir a hombros. No obstante, en mi carrera queda el hecho de haber lidiado un hierro que ha marcado época en la fiesta de los toros”, destacó el matador.

Ernesto no pudo torear lo que en un principio tenía preparado su apoderado José Montes; llegó la pandemia y todo se paró. La fortuna del torero es que Montes es ganadero y ahí, a puerta cerrada, Calita hizo una campaña de tentaderos, pues además Julián López El Juli le abrió las puertas de su finca para que Calita siguiera con su preparación. En resumen, el diestro mexicano no tuvo parón, por el contrario, su sitio y técnica se incrementó gracias a que no faltaron vacas para torear.

“Me siento afortunado porque en la época más complicada no dejé de verle la cara a los astados, es algo que me dejó mucha experiencia y ayudó a que mi técnica creciera; España es agradecida cuando uno está al cien por ciento y este año complicado toreé más que lo que pude haber toreado en México por obvias razones. La labor de mi apoderado en la Iberia, José Montes, fue elemental para no parar, lo mío fue dar la cara en los ruedos y considero que se han cumplido las expectativas”, dijo el matador.

El ambiente se quedó muy grande en España, es claro que Ernesto regresará para continuar temporada, pues además se lo ganó a pulso, “será para febrero que me regrese, por ahora la temporada allá se termina, además que las autoridades están demasiado estrictas con la fiesta”, añadió.

Una vez en México, su apoderado José Luis Alatorre no ha dejado respirar a Calita y el torero feliz, ya que visitas a las ganaderías no ha faltado, pues bajarse del avión directo al ruedo no garantiza que Ernesto tome nuevamente el ritmo al toro mexicano, de tal manera que el matador está visitando diversas ganaderías para pulir temple.

Entre los panes que hay está torear el 2 noviembre en la corrida tradicional de Día de Muertos en Morelia, Michoacán; también está contemplado para Tlaxcala , Texcoco y Cinco Villas.

La temporada en México está comenzando y entre el cambio de semáforos sanitarios, tal cuales como una esquina de Insurgentes, se espera que para enero la fiesta brava despegue a su máxima capacidad y dentro de este trajín, Calita seguramente está puesto para las grandes ferias.

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