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2, noviembre 2020 - 15:45

┃ Javier Juárez

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El olor a cempasúchil sigue en el ambiente. Es Día de Muertos. Buen momento para exponer los apodos de futbolistas que parecieron sacados de un cuento de terror. Por su físico casi siempre, como el parecido de Hirving Lozano con el muñeco Chucky, pero también por festejos como el que inmortalizó el Fantasma Figueroa, los apodos encajan en ellos.

Los motes son comunes. Muchos vienen de familia, el apodo que les pusieron de niños, otros salen sobre la marcha, algún técnico o compañero en fuerzas básicas se lo puso o más adelante un narrador se encarga de bautizarlo. El listado de espanto es variado, el apodo en algunos futbolistas fue más destacado que lo que hicieron en el campo, casos como el del Cadáver Valdez o en años frescos la Momia Gómez, Julio fue niño héroe, pero luego no despegó, nunca salió totalmente de su sarcófago.

En México los sobrenombres del más allá renacen en estas fechas.

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EL CHUCKY LOZANO 

Hirving Lozano es el que más asusta. El Chucky fue sacado de su caja y no deja de hacer fechorías en Europa. El parecido del canterano de los Tuzos con el muñeco Good Guy que aterrorizó a niños y adultos a finales de los años 80 es mucho, sin embargo, el propio Hirving comentó años atrás que el sobrenombre tiene otro origen: “Cuando yo llego a Pachuca hubo un tiempo de más o menos dos meses que estuve conviviendo con mis compañeros y todo eso, lo que cuentan o han dicho es que yo me escondía debajo de los asientos del autobús, de las camas y empezaba a asustar a mis compañeros. En ese tiempo hubo dos compañeros que me preguntaron si me gustaría el apodo de Chucky y dije que sí, que no había ningún problema, no me molestaba, así surgió el apodo del Chucky”, comentó Lozano en la cuenta Yo soy mexicano en 2017.

Hirving hace honor a su apodo. Lozano es capaz de causarle miedo al que lo enfrenta, sus desbordes endemoniados son complicados de detener. Holanda constató esos sustos. Era común que el PSV en sus redes sociales sacara la imagen del muñeco Chucky cada que marcaba. El Napoli no hace eso, pero hasta Gennaro Gattuso lo llama por su apodo y no por su nombre.

EL LOBO SANVEZZO

En el futbol mexicano Camilo Sanvezzo mantiene vigente los apodos relacionado a fechas de terror. El brasileño tiene el sobrenombre de Lobo. Un mote que se lo pusieron en Gallos Blancos, pero que él mismo no sabe la razón: “Fue en Querétaro, el dueño del equipo me decía “ahí viene el Lobo”, mientras yo me recuperaba de mi lesión y pues la verdad se quedó. A mí también me gustaría saber de dónde lo sacó”, comentó Camilo en una entrevista con las redes sociales de Xolos.

El sobrenombre le quedó perfecto. Sanvezzo es letal y mortífero. El Lobo lleva casi 70 aullidos en liga en el futbol mexicano. Con Querétaro fue campeón de goleo en el Apertura 2014 con 12 anotaciones marcadas.

LA MOMIA GÓMEZ

Una herida, un vendaje en la cabeza y un gol contra Alemania le dieron a Julio Gómez un apodo eterno. El canterano de los Tuzos se convirtió en héroe nacional en el juego de semifinales del Mundial Sub-17 2011.

Julio se estrelló solo en un poste de la portería alemana, salió para que lo vendaran y en ese instante fue llamado la Momia. Como si fuera una historia de un cuento Gómez anotó de tijera el tanto con el que el Tricolor accedió a la final de esa competencia.

El volante ofensivo comenzó un andar amplio en el futbol, pero nunca se consagró. Actualmente juega en el San José de la Liga del Balompié, lejos de la fama que alcanzó en ese entonces, pero con el sobrenombre eterno.

A nivel internacional Jaap Stam también es conocido como la Momia. El holandés fue un ferro defensa que bastaba verlo para tenerle respeto.

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CÁDAVER VALDÉZ Y CALACA GONZÁLEZ

Si se raspa comienzan a salir más motes. Luis Antonio Valdez y José Luis González tuvieron carreras aceptables, pero no tan recordadas como sus apodos. El Cadáver y el Calaca. El cuerpo delgado de Luis Antonio llevó a que le pusieran ese apodo. El Cadáver pasó sus mejores momentos con Chivas entre 1986 y 1991 y León entre 1993- y 1995. Valdez sorprendió con su llamado y participación en el Mundial de Estados Unidos 1994.

La primera Calaca González pasó a la historia por su sobrenombre, talento para filtrar balones y por su tanto a Italia en el Mundial de México 1970 en la fase de grupos. Hubo otra Calaca, de mismo nombre, pero jugador del Atlante fallecido lastimosamente en 2017.

 

EL FANTASMA CHILENO

En el listado no falta Marco Antonio Figueroa. El famoso Fantasma que se cansó de asustar y marcar goles en las canchas mexicanas con la playera del Morelia. Enrique Porta, reportero y jefe de información del periódico ESTO hasta hace poco, fue el que lo bautizó de esa forma tras un festejo en el que Marco se puso la playera en la cabeza.

Ese mismo sobrenombre lo tiene el manchego Andrés Iniesta. El Fantasmita.

 

MUCHOS DIABLOS

Los sobrenombres brotan. El Diablo es común. Claudio Núñez, delantero chileno que tuvo buenos pasajes con Tigres en los años 90 tiene ese apodo. El histórico boliviano Marco Antonio Etcheverry tuvo el mismo mote.

El Diablo Mayor no puede pasarse por alto. Vicente Pereda tuvo mucho tiempo ese sobrenombre, pero luego José Cardozo llegó a compartirlo con el mexicano. Pepe es el máximo anotador del Toluca, pero el lugar de Pereda se respeta.

Si se trata de equipos existen los mismos Diablos Rojos del Toluca, el Manchester United o la selección de Bélgica, ingleses y belgas son conocidos como Red Devil’s.

 

BRUJO Y BRUJAS

Uriel Antuna es de los últimos en tener pseudónimo, su apodo de El Brujo se lo ganó durante la Copa Oro 2019 tras sus desbordes, goles y malabares con el balón. El sobrenombre se le quedó.

Brujas hay varios, sobretodo internacionales. Juan Sebastián Bruja Verón, Sergio Bruja Berti, incluso en Bélgica existe el Brujas, el segundo equipo más ganador de la liga belga detrás del Anderlecht.

Diego Forlán fue conocido como Cachavacha en referencia a una bruja de caricatura argentina de los años 70.

MOSTRO, CHIQUIDRÁCULA

Alexandro Álvarez fue apodado el Mostro durante su etapa en Necaxa, el portero lo tomó con humor que hasta se puso el sobrenombre en sus playeras. Álvarez también defendió los escudos de: Puebla, Santos y Morelia.

Los motes le tocaron hasta árbitros. Marco Antonio Rodríguez, por su parecido al personaje de Carlos Espejel, Chiquidrácula, se le llamó Chiquimarco. El silbante le agarró cariño al apodo que hasta lo usa en sus redes sociales y años atrás sacó el Chiquigel. En el campo Marco Antonio se distinguió por ser un árbitro enérgico y con personalidad.

 

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