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Mira

24, noviembre 2020 - 8:00

┃ Miguel Ángel Mujica

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Foto: Mexsport

Los 70’s fueron dominados por una Máquina de futbol. Cruz Azul se convirtió en protagonista desde el momento en que consagró un equipo plagado de figuras y que no le importaba el rival que tuviera enfrente. El futbol mexicano era azul de pies a cabeza.

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Sin saber que el torneo 79-80 sería el final de su gran época, el equipo cementero inició su camino en el Grupo uno, donde ellos, junto al Atlante, dejaron en el camino al Monterrey, Puebla y el Jalisco, que al final de la temporada se despediría de la Primera División.

En el segundo sector, Pumas dominó y junto al Tampico Madero, eliminaron al Guadalajara, Atlético Potosino y la Unión de Curtidores. En el tres, América y Coyotes Neza avanzaron para dejar sin opción al Toluca, la UdeG y el León. En el último sector, Zacatepec y los Tigres lograron colarse a costa de Tecos, Atlético Español y el recién ascendido Atlas.

La tabla general mostró a los dos grandes favoritos al título con una separación de seis puntos a diferencia del resto. América con 57 y Cruz Azul con 55 eran los que parecían candidatos. Muy atrás, a 17 y 15 unidades respectivamente, los Tigres iniciaron la Liguilla como el octavo pasajero y pintaban como víctimas en su sector.

La división de dos grupos en la fase final ponía a Águilas y cementeros como máximos aspirantes.

En el sector uno, América compartió con Pumas, Zacatepec y la UANL. En el dos, Cruz Azul se vería las caras con Atlante, Neza y Tampico.

El camino de la U de Nuevo León comenzó de la mejor forma. Tigres llegó al Azteca y ante todo pronóstico derrotó al América por 1-2, mientas que en CU, Pumas y Zacatepec igualaban a cero.

En la segunda ronda, América derrotó 2-0 a los cañeros, mientras que la UNAM se metió al Volcán y le pegó 0-1 a los Tigres.

El Coruco Díaz fue testigo del empate 1-1 entre los moreteases y regios. Mientras que los cremas hicieron suyo el Olímpico Universitario por 0-1. La visita de las Águilas a San Nicolás de los Garza terminó 0-0, mismo marcador que firmaron cañeros y felinos en el Coruco. Zacatepec hizo válida la localía y le pegó al América 3-2, mientras que, en duelo de felinos, Tigres igualó 2-2 a los Pumas en Ciudad Universitaria. La última jornada llegaba con todos con una posibilidad de avanzar a la final. América y Pumas no pasaron del 0-0 en el Azteca y fue ahí donde Tigres, con un aplastante 4-1 sobre los verdiblancos, se metió a la disputa por el trofeo.

Cruz Azul la tuvo difícil, pero supo imponer el ritmo en su sector. El debut cementero fue en el estadio Tamaulipas, del que salió victorioso por 0-1; en el otro encuentro del sector, Neza le pegó al Atlante por 1-0. La Máquina volvió al Azteca para ganarle 4-2 al Atlante, mientras que Coyotes y Jaiba Brava igualaron 1-1 en el Municipal de Texcoco. En ese mismo recinto, Cruz Azul se impuso a los cánidos por 0-1; mientras que los Potros de Hierro le clavaron cinco al Tampico. La primera sorpresa cedió en la visita de la Jaiba al Azteca. En un juego cerrado, Tampico derrotó 0-1 al Cruz Azul, en el que sería su única victoria en el grupo. Atlante y Neza no pasaron del 1-1. Cruz Azul derrotó a Neza en casa por 1-0 y se benefició de la igualada en el estadio Tamaulipas entre Tampico y los azulgranas. Ya con el pase asegurado, Cruz Azul cayó con Atlante 3-1 y Neza sacó la victoria a domicilio ante la Jaiba. La Máquina estaba en camino a un nuevo título.

Los últimos destellos de esa Máquina eran Miguel Marín, Nacho Flores, Miguel Ángel Cornero, Rodolfo Montoya y José Luis Ceballos, una base que junto a Gerardo Lugo, Carlos Jara Saguier y Guillermo Mendozabal, hicieron soñar a los celestes.

Del otro lado, Tigres tenía a una de sus mejores generaciones, con Pilar Reyes en el marco, Miguel Ángel Robledo, José Luis Herrera, Roberto Gómez Junco, Segio Orduña, Juan Manuel Azuara y sus dos grandes referentes en el ataque, Gerónimo Barbadillo y el Jefe Tomás Boy.

El juego de ida en San Nicolás de los Garza fu cerrado y con muy pocos errores. Fue gracias a la picardía de Rodolfo Montoya que La Máquina apagó al Volcán y trajo ventaja al estadio Azteca.

Rebosante y con una afición volcada a favor de los celestes, Cruz Azul inició bien el primer lapso aquel 13 de julio de 1980. Raúl Ruiz, veterano defensor regiomontano, se equivocó y dejó el balón a merced del Chaplin Ceballos. José Luis se metió al área y le dejó un bombón a Adrián Camacho para abrir el marcador.

Tigres extrañó a Osvaldo Batocletti, quien recientemente había salido de la institución. Muchas distracciones trajeron el segundo. En un tiro libre, Ceballos cedió para Montoya antes de que la barrera estuviera lista y Rodolfo, con un zapatazo letal, venció la salida de Reyes para el 2-0.

Con la desventaja, antes de caerse, Tigres luchó con todas sus armas. Gómez Junco estuvo cerca. Barbadillo tuvo su chance y el Abuelo Azuara no pudo porque el Supermán Marín le quitaba la gloria. Así llegó el descanso, con una Máquina cerca de la gloria.

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Ya en el complemento, Azuara y Barbadillo volvieron a ser los de la temporada regular. El Abuelo y Gerónimo armaron una pared en el área celeste que el peruano terminó por mandar al fondo de la red.

La ilusión felina se achicó cuando Montoya, con un espectacular tiro libre, venció a Reyes con un disparo directo al ángulo. 

La entrada de Edu le dio un nuevo respiro a Tigres. El brasileño cedió para el Alacrán Jiménez, quien sin marca venció por segunda ocasión a Marín, Tigres se acercó con mucha peligrosidad.

Claudio Lostanau, técnico felino, sorprendió a todos con un cambio inédito. Pilar Reyes dejó el marco a Raúl Ruiz para que Mateo Bravo entrara segundos después. Las reclamaciones de Nacho Trelles no sirvieron de nada, la U de Nuevo León volvió con nuevas garras. Reyes, sin gran experiencia en la delantera y con un taquito, habilitó al Abuelo Azuara para concretar el 3-3, el Universitario de Nuevo León estaba a un gol de la hazaña.

La final estaba decretada, Marcel Pérez Guevara hizo sonar su ocarina para darle el séptimo título de su historia a Cruz Azul, lo que marcó el final de una época.

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