Maradona llegó al clímax de su carrera en México 86

El camino hacia el segundo título mundial pasó por la mano de D10s y el gol del Siglo en el estadio Azteca

Maradona

Foto: Mexsport

El arribo de D10s a México estaba escrito. Diego Armando Maradona no lo sabía, pero el destino le tenía previsto llegar a nuestro país, pese a que Colombia iba a albergar la Copa del Mundo de 1986.

Recibe toda la información deportiva en tu celular, envía ALTA y suscríbete a nuestro newsletter en WhatsApp

Fue en 1974 que la FIFA decidió que la tierra cafetalera se encargaría de reunir a las mejores selecciones del mundo. El paso del tiempo y la posibilidad de cumplir los requisitos cada día se hacían más complicados. Tener 12 estadios de capacidad mínima de 40 mil aficionados, cuatro más de 60 mil y por si fuera poco dos de 80 mil. La instalación de una torre de comunicación de Bogotá, el congelamiento de tarifas hoteleras, una red ferroviaria de primera y carreteras de fácil desplazamiento terminaron por hacer que el gobierno colombiano considerara los requisitos como exagerados. Fue el 25 de octubre de 1982 que el presidente colombiano Belisario Betancur decidió que no se efectuaría el torneo en su país.

De inmediato la FIFA comenzó a buscar cedes. Canadá, Brasil, Estados Unidos y México levantaron la mano de inmediato. Fue el 20 de mayo de 1983 que, por votación unánime, México se quedó con la dicha de quedarse con el torneo.

El camino del Diego en Conmebol rumbo a México fue sencillo. Argentina dominó su grupo rumbo a la Copa del Mundo. La ilusión fue gigantesca, Diego Valdano, Jorge Burruchaga, Sergio Batista, Nery Pumpido, Óscar Ruggeri y hasta Héctor Miguel Zelada, fueron sus escuderos para llegar a la que consideraría como segunda casa.

La albiceleste arribó a México como animadora. Se consideraba a la Inglaterra de Gary Lineker o la Alemania de Rudi Völler como candidatas al título.

El grupo A albergó a Maradona. El sorteo lo colocó con Italia, Bulgaria y Corea del Sur. Sería con los azzurros con los que batallarían más.

El debut ante Corea del Sur fue en el estadio Olímpico Universitario. La casa de los Pumas de la UNAM fue la primera cancha que el Pelusa enamoró. Su juego ante lo asiáticos fue espectacular. Maradona no anotó, pero fue clave en los goles de Valdano (2) y Ruggeri para el 3-1 final.

El Cuauhtémoc fue el segundo césped que recibió a Maradona. El partidazo entre Italia y Argentina no tuvo vencedor, pero significó el debut goleador de Diego. Alessandro Altobelli adelantó a los italianos con un penalti. El empuje y la garra ayudó a que Argentina igualara gracias a su zurda magnífica. Argentina estaba en la siguiente ronda, a menos que una tragedia lo evitara.

Eso no pasaría jamás. Con D10S en la cancha, Argentina no le temía ni a sus peores tormentos. Bulgaria terminó por ser el trampolín para que la albiceleste se llevara el grupo tras el 2-0 que Valdano y Burruchaga firmaron en el Olímpico Universitario. Maradona no la tendría fácil. En octavos de final, Uruguay se le plantó cara a cara. El Clásico del Río de la plata fue cerrado en el Cuauhtémoc. La garra charrúa se hizo sentir en todo momento. Maradona fue golpeado, mutilado y achicado a base de fuerza, aunque ni eso lo detuvo. La diana de Pedro Pablo Pasculli fue el escalón que Maradona necesitó para brillar en cuartos de final.La clasificación ante los charrúas sólo serviría para regalar uno de los encuentros más esperados del torneo. Si bien el local se metió al quinto partido ante Alemania Federal, Brasil chocaba con Francia y España ante Bélgica, Diego se robó las miradas ante los creadores del juego.

Polémico como siempre, se puso el antifaz de villano. En una pelota aérea, la picardía, como llamarían uno o la trampa, como lo dirían otros, vio a Maradona levantarse en el aire y ante la impotencia de no llegar al balón, su mano superó la estirada del histórico Peter Shilton. Todo el Azteca vio la mano, menos el árbitro tunecino Ali Bennaceur. Todos en el equipo de la rosa reclamaron, mientras Maradona corría hacia la esquina izquierda con la celebración en pleno éxtasis.

Las dudas terminaron cuatro minutos después. La revancha de los ingleses llegó mediante entradas duras, pero el Pelusa tomó el esférico en medio campo, su regate rompió un par de marcas en el medio campo. La media vuelta dejó parado a Peter Beardsley y Peter Reid estáticos. El Genio del futbol mundial fue perseguido por Reid, quien sólo le vio el número. La zurda brilló como nunca. Terry Butcher se comió el amague sin saber que sólo sería un obstáculo. Terry Fenwick quiso tomarlo de la playera, pero la potencia y fortaleza de su andar lo hizo imposible. Shilton salió desesperado mientras Butcher se barría arteramente por detrás. Diego se quitó al portero inglés y con la chueca empujó al fondo. ¡Gol!

: Foto: Mexsport

Todo México se convirtió en una capital argentina, mientras Burruchaga abrazaba a un Maradona que regaló el Gol del Siglo.Tiempo después, recordó la jugada. “Es un gol soñado, no porque lo haya hecho yo, pero fue impresionante, como dice el negro (Héctor) Enrique, me dio un pase que me dejó solo, me la da lejos del arco, tengo la suerte de ver a los ingleses que no podían llegar a la pelota. Cuando yo lo veo dudar al defensa le tiro la pelota adelante, me quiere meter la mano, pero yo venía a 100 por hora, nadie me paraba, veo a Shilton que me tapa el arco, le amago, la juego cortita y la empujo y siento una patada en el tobillo, pero era tan grande la alegría que no me dolió, después el tobillo me quedó gigantesco”, dijo Diego años después.

Incluso el rival le quiso aplaudir ese día. “Un gol extraordinario, me daban ganas de pararme y aplaudirlo, fue una obra de arte de un jugador extraordinario. Esa noche tuve pesadillas pensando en aquel gol. Fue tan rápido. Siempre me pregunté cómo podíamos hacer para detenerlo. Ni cometiéndole falta pudimos”, dijo el propio Shilton.

El gol inglés de Lineker sirvió para apretar el juego, pero nunca estuvo en peligro el pase.

Argentina llegó a semifinales ante Bélgica. Maradona se consagró con un doblete impresionante ante los belgas. Nadie le podía quitar la copa, ni siquiera el gran villano del torneo, Alemania Federa. El equipo germano se ganó la antipatía de gran parte del público por la eliminación de México en el Volcán a manos de los alemanes.

➡️ Jugaremos en el cielo, Pelé se despide de Maradona

➡️ Gobierno argentino ofrece la Casa Rosa para el funeral de Maradona

➡️ Estadio de Napoli pasará de ser San Paolo a Diego Armando Maradona

➡️ Diego Maradona: las fechas más representativas de su carrera deportiva y privada

Völler, Lothar Matthäus, Karl-Heinz Rummenigge lideraban un equipo que daba miedo. Fue ahí cuando Argentina conoció la potencia alemana. Brown y Valdano encaminaron el triunfo sudamericano, aunque los alemanes nunca se rindieron Völler y Rummenigge igualaron la contienda.

La magia volvió a aparecer. El partido vivía sus momentos más complicados. Diego fue el único que logró abrir el cerrojo alemán. Los goles siempre se llevan las miradas, pero en esta ocasión, una asistencia fue la que terminó con todo. Bastó un toque con la zurda para que Burruchaga escapara ante la defensa germana. Jorge encaró a Schumacher y le dio el triunfo a la albiceleste.

Diego se arrodilló frente a más de 100 mil espectadores. Levantó las manos y conquistó México, un país que fue, es y siempre será, la segunda casa de Maradona.