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29, noviembre 2020 - 8:20

┃ Marysol Fragoso

Boliche

En la Ciudad de México los boliches se cuentan entre los inmuebles que más tardaron en reinstalar los servicios al público tras el confinamiento a consecuencia del Covid-19 y la obligada reapertura gradual. Hoy por hoy, están funcionando bajo los estrictos parámetros vigentes debido a la contingencia sanitaria, de hecho, la permanencia del semáforo naranja con alerta al límite, debido al incremento de contagios y fallecimientos, podría afectarles con un nuevo cierre, sin embargo, los empleados dan el pecho a la emergencia y trabajan con todo, cargados de alegría y de atenciones para la clientela.

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Durante un recorrido de ESTO por Bolerama Coyoacán y por Kingpin Social en Polanco, se pudo apreciar que los capitalinos están acudiendo a practicar este deporte, tanto en la versión amateur, como en la de profesional, situación que motiva al personal y a los propietarios, que como todos nosotros se han visto afectados por las restricciones y aunque las aceptan al estar conscientes de la importancia de cuidar de la salud de la población, laboran entre la incertidumbre de cuánto tiempo más permanecerán abiertos, y en tal caso, en qué fecha podrán volver a sus horarios de trabajo previos a la pandemia.

Uno de los boliches de mayor tradición en la CDMX es Bolerama Coyoacán, que se inauguró en 1977. Este, cuenta con 46 pistas, pero más del 50% no se pueden usar por ahora, debido a que hay que respetar la sana distancia, así como el resto de medidas: empleo de gel, toma de temperatura, cubrebocas obligatorio. Además, pistas, bolas, zapatos, sanitarios etc., se sanitizan cada hora, que es el tiempo máximo que a cada cliente se le permite permanecer en el local.

Con un cierre que abarcó del 23 de marzo al 14 de octubre, la acogida de los usuarios de este lugar que representa una válvula de escape para eliminar las presiones a las que estamos sometidos, ha sido positiva e incluso los responsables se han visto en la necesidad de regresar clientes, pues el aforo es limitado, por lo cual, se recomienda que los usuarios agenden por cita sus horarios para garantizar su acceso, así lo manifestó Alejandro Hernández, subgerente de operaciones, quien junto con Iztel León, director de marketing y relaciones públicas, atendieron el recorrido del El Diario de los Deportistas.

En dicho lugar de la colonia Del Valle, en la planta baja, se pudo apreciar varias familias disfrutando de la convivencia, mientras que en el nivel superior se concentraron los profesionales de la materia, quienes se ponen a punto para los próximos torneos. En ese sentido, ahí se organizan aproximadamente diez al año.

Antes de la pandemia el promedio de asistentes por semana rondaba los 3 mil 500, en la actualidad, únicamente pueden recibir hasta 900, para respetar el cupo limitado que marcan las autoridades sanitarias. Previo a presentarse la pandemia, su plantilla laboral estaba integrada por 65 empleados, ahora, trabajan 35, en días escalonados.

“Este es un espacio seguro, se sanitiza constantemente para que los clientes estén tranquilos y seguros de que no se van a contagiar. Se trata con respeto al público y el personal está para apoyar y atender. Ninguno de nuestros trabajadores ha presentado Covid. Nuestro objetivo es que la gente que nos visita se olvide por lo menos durante una hora de lo que está pasando en el mundo, queremos que las personas se diviertan, pues la vida tiene que seguir su marcha de la mejor manera”, señaló Iztel León.

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Por otra parte, en Kingpin Social, con apertura en 2019, tiene un enfoque para captar a los jugadores de boliche de la nueva generación, se encuentra ubicado en una plaza comercial en Polanco. Por ahora, lo que le afecta mayormente es el cambio de horarios, pues su mayor asistencia se registraba los fines de semana por las noches: pasaron de cerrar a la una de la madrugada, a hacerlo a las 19:00 horas. Siendo un lugar con menor cupo, contaba con 25 empleados antes de la pandemia, mismos que se redujeron a diez y que también laboran alternando los días, según comentó Hugo Ramírez, gerente operativo.

Esa misma fuente relató que de entre 500 y 600 jugadores que recibían por semana hasta finales de los días hábiles de marzo, han pasado a entre 200 y 300 a lo largo de la pasada semana; ahí, la mayoría de los clientes son jóvenes de entre 22 y 28 años de edad. Pero el local tiene el plus de contar con una terraza al aire libre con capacidad para recibir 30 personas, de acuerdo a las normas de sanidad vigentes. El tiempo de estancia es de una hora por jugador, al igual que en otros boliches de la capital. Ejecuta las mismas medidas de sanitización, que les fueron indicadas tanto para instalaciones, equipo y personal.

En un esfuerzo por agradecer a los deportistas su preferencia y su lealtad, en ambos boliches han instaurado diversas promociones para incentivar la asistencia. Están enfocadas tanto al costo, como a los alimentos, pues manejan el concepto llamado mesa segura instaurado por la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC). Con paciencia se adaptaron a la llamada nueva normalidad y confían en que seguirán dando servicio al público.

“Se trata con respeto al público y el personal está para apoyarlos, Nuestro objetivo es que la gente que nos visita, se olvide por lo menos durante una hora de lo que está pasando en el mundo, queremos que se divierta, pues la vida tiene que seguir su marcha de la mejor manera” Iztel León, Directora de Marketing

 

El dato

3, 500 Clientes por semana recibirán en Bolerama Coyoacán antes de la pandemia, hoy sólo pueden recibir 900

600 Clientes por semana recibirán en Kingpin Social, antes de la pandemia, hoy sólo pueden recibir 150

El juego de Boliche

Es un deporte de salón que consiste en derribar un conjunto de piezas de madera, llamados bolos, pinos o palitroques, mediante el lanzamiento de una pesada bola contra ellos. Nació en el antiguo Egipto y en el imperio romano, hace 2,000 años A.C. Se popularizó en Europa, principalmente en la Edad Media, en países como Alemania, Holanda e Inglaterra. Finalmente evolucionó en el bocce italiano. Las primeras reglas estandarizadas para boliche fueron establecidas en la ciudad de Nueva York el 9 de septiembre de 1894, es decir, 50 años después de su llegada a esos lugares. Los Campeonatos del Mundo fueron inaugurados en 1923 y desde 1963 se celebran cada cuatro años. Las mujeres participaron por primera vez en 1963. A México este deporte llegó en 1950, fecha en que se fundó la Federación Mexicana de Boliche.

Actualmente este deporte lo practican 95 millones de personas en más de noventa países.

Reglamento

La partida de boliche consta de diez cuadros.

El jugador lanza dos bolas en cada uno de los nueve primeros cuadros al menos que marque un strike o chuza, es decir, derribe los 10 bolos en el primer lanzamiento.

Cada cuadro debe completarse por cada jugador siguiendo un orden regular.

El número de bolos derribados en el primer lanzamiento se marcará en la casilla superior izquierda de cada cuadro, y el número de bolos derribados en el segundo lanzamiento se marcará en la casilla superior derecha.

Si ninguno de los bolos que quedan erguidos se derriban en el segundo lanzamiento, se marcará con un ( – ). Si se hace un strike o chuza en el primer lanzamiento de un cuadro se marca una ( X ) en la casilla superior izquierda del cuadro en el que se derribaron.

La puntuación de una chuza es 10 más el número de bolos que se derriben en los próximos dos lanzamientos. Dos chuzas consecutivas es un doble y tres chuzas seguidas se considera un turkey.

La puntuación de este es 20 más el número de bolos que se derriben en el primer lanzamiento después del segundo lanzamiento. En el caso que se den tres, la puntuación será de 30.

El semipleno es cuando en el segundo lanzamiento se derriban los bolos que quedaban erguidos tras el primer lanzamiento y se marca con un ( / ) en la casilla superior derecha del cuadro. La puntuación de un semipleno es 10 más el número de bolos que se derriben en el siguiente lanzamiento del jugador.

Si el jugador pisa o atraviesa la línea de falta, se le anota un cero en el marcador, ya sea en el primer o en el segundo lanzamiento que se efectuó.

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