La advertencia fue clara, no querían que pasara lo que se suscitó en el partido ante Cruz Azul, donde cientos de aficionados se congregaron en las astas del Olímpico Universitario para apoyar al equipo tras el resultado adverso. Esta vez, fueron contados los seguidores del pueblo azul y oro quienes asistieron con banderas y playeras de su equipo.

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Lillini apareció antes de los jugadores y aprovechó para saludarlos, pedirles que apoyen desde casa y anunciar que Alfredo Talavera no iba de titular. Junto a Israel López, abandonaron el hotel en camionetas grises del club.

El momento emotivo lo vivió el lateral por derecha del equipo. La familia de Alan Mozo fue al hotel de concentración y convivió con el orgullo de la familia durante unos minutos en el lobby. Cundo todos los jugadores bajaron, le dieron la bendición y se despidieron del juvenil.

Conforme se acercó la hora pactada, algunos civiles también se asomaron para desearle suerte a los reinos en su cotejo ante el León, por la ida de la Final del Guard1anes 2020.

El éxtasis se vivió cuando, uno a uno, salieron los protagonistas de la remontada más grande en la historia de las Liguillas. Los más aplaudidos fueron los delanteros, porque goles son amores. Vigón también fue de los más reconocidos por convertirse en héroe el domingo pasado. A los demás no les falto aliento. Como si se tratase del Pebetero, la afición cantó, saltó y apoyó a sus jugadores favoritos que buscarían la complicada misión de adelantarse en los primeros 90 minutos ante los esmeraldas.

Hasta a los policías de tránsito se les notó nerviosos cuando comenzó el desfile de auriazules. Hicieron todo lo posible por velar la integridad del camión y hacer que su trayecto de Perisur al Olímpico no tuviera ningún percance.

Cuando el camión se asomó en las inmediaciones del estadio, los menos de 200 asistentes aplaudieron, agitaron sus banderas y se desgarraron la garganta en busca de transmitir la pasión y emoción que sienten por estar en la antesala de la octava estrella.
Algunos de ellos sí contaban con las medidas de seguridad, pero muchos de ellos no.

Estiraron sus trapos y se mostraron orgullosos frente al cerco de policías que resguardó al camión azul de doble piso que trasladó al equipo.

Tampoco hicieron caso del llamado de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, para no reunirse en apoyo al equipo, ni del alcalde de Coyoacán, Manuel Negrete, quien pidió comprensión ante la situación de la entidad.

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Pese a todo, Pumas recibió algunas muestras de cariño antes de entrar al estadio, borrar la mente y pensar en los 11 esmeraldas que tendrían enfrente en busca de la victoria.

Adentro, los jugadores no tendrán cánticos de sus aficionados, pero sí unos trapos que La Rebel colocó temprano para hacerlos sentir como en casa.

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