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11, diciembre 2020 - 17:22

┃ Brian Sales

Pumas

En medio de la pandemia y la Ciudad de México en alerta máxima, dos aficionados de Pumas, un hombre y una mujer, tuvieron el privilegio de asistir a Ciudad Universitaria para el partido ante el León. Ellos fueron la envidia de millones, pero tuvieron su justa recompensa por apoyar al equipo en las peores, cuando ocuparon el lugar 18 de la tabla general en el 2017.

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Para Ingrid Espinosa, fue una experiencia inigualable. En el caso de ella, hasta las lágrimas derramó de la emoción. Le avisó su novio de la dinámica que lanzó Pumas, ya que ella no es mucho de redes sociales. Pese a todo, participó y ganó, aunque se tuvo que desvelar a altas horas de la madrugada para buscar ese lugar privilegiado.

“No soy muy dada a las redes sociales. El que me avisó fue mi novio, porque sabía que tengo muchos boletos guardados. Me quedé despierta hasta que iniciaron la dinámica. Fue hasta como la 1:30 de la mañana. Mi hermana también estaba despierta y me ayudó. Por fortuna tenía ese boleto, pero de ese torneo había varios que no tenía”, menciona Ingrid en exclusiva con ESTO.

Ella, aún sin conocer el resultado de la dinámica, se fue a dormir con la ilusión de estar en CU. Su inconsciente le jugó una mala pasada y soñó que no ganaba, aunque la historia cambió cuando despertó.

“Hasta soñé con eso. Después de todo, guardé mis boletos, pero soñé con poder estar ahí, porque me quedé pensando en eso. Me levanté triste, porque creí que no ganaba. Ya cuando llegó el medio día, me llegó un correo. No me la creía, estaba muy impactada. Pensaba que no iba a volver este año al estadio”, comparte.

Aunque Íngrid lo disfrutó, le faltó su novio, quien le avisó de la dinámica. Confiesa que sí sintió feo de que no la pudiera acompañar, aunque se llevó su playera y gorra al estadio, las puso a su lado para que estuviera de forma simbólica a su lado.

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“Él sí sintió feo de no poder ir. Él lo entendió y fue por mí. Fue mucha emoción. Hasta la nostalgia y las ganas de llorar, porque tenía mucho tiempo sin ir al estadio. Nunca iba a Pebetero, siempre iba a Palomar. Cuando llegué y vi totalmente vacía en esa zona, sentí mucha emoción. Vi a Goyo. Fue un sueño, más en este año que creí que no volvería”, cierra.

Gilberto alentó por millones de Pumas

El caso de Gilberto fue particular. Con su costumbre de siempre coleccionar boletos desde los noventa, se puso en la madrugada a juntar todos los del 2017. Al principio pensó que regalarían una playera o gorra, pero se llevó una grata sorpresa cuando vio que el premio era ser uno de los dos aficionados en el Olímpico.

“Desde que me salió el tuit de los aficionados en las buenas y las malas. Cuando pusieron 2017, hice memoria y recordé que fue uno de los peores torneos. Estuve al pendiente, pero creí que iban a regalar algo, jamás me imaginé una entrada al estadio. Cuando no tengo el abono, guardo todos los boletos de los partidos de Pumas. Recordé que el 2017 sólo le ganamos al León, y busqué ese entre todos los boletos. De todos modos, le tomé foto y video a todos. Cuando pusieron que era el del boleto ante Santos, mandé la foto rápido. Me grabé a las 12:40 de la mañana en pijama, con una gorra. Participé y les mandé un mensaje emotivo”, cuenta.

Lo citaron en Cantera para validar el boleto, luego lo mandaron a un laboratorio para hacer una prueba de Covid-19, el que fue el último paso antes de recibir una gran noticia.

“Ya el último paso fue lo de la prueba Covid, ellos me dijeron todo para hacerlo y recibir la prueba. Grité casi igual que cuando metimos el cuarto gol ante Cruz Azul. No le dije nada a nadie, para que no se echara a perder. Andaba nervioso por ir. Entré con Goyo al estadio y grabé mi entrada por el túnel y nos dejaron gritar al principio. Eché Goyas y todo lo que pude. Por ahí del minuto 40 subieron a decirnos que le bajáramos a los gritos, porque el comisionario de la Liga MX dijo que estábamos interrumpiendo la transmisión”, narra con emoción.

Si bien tuvo el privilegio de asistir al partido, no logró gritar como el hubiera querido el gol de Carlos González, aunque la experiencia no la cambia por nada en el mundo.

“Al medio tiempo nos pasaron al Palomar. En el gol me lo tuve que aguantar. Me paré, brinqué y levanté los brazos. Fue una experiencia muy padre. Nunca te imaginas que vas a ganar. Siempre tienes la esperanza y tienes la fe. Así como en la semifinal. Sé que cargaba en los hombros la responsabilidad de apoyar el equipo en lugar de millones”, señaló.

La cifra

2 Aficionados estuvieron en el Olímpico Universitario

 

 
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