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2, febrero 2015 - 12:14

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EFE

¿Qué he hecho yo en la vida? Este es el punto de partida del protagonista de “Kaplan”, que opta al Goya a la mejor película iberoamericana y en la que su director, Álvaro Brechner, trata mediante el humor un problema endémico de la sociedad, el que “todos queremos sentirnos especiales”.

Es la historia de un problema habitual en la sociedad moderna, esa búsqueda de lo especial en uno mismo, que hace que nos sintamos “siempre insatisfechos”, explica Brechner en una entrevista con Efe cuando quedan apenas cinco días para que se celebre la gala de los Goya del cine español.

“Creemos que el tamaño de nuestro enemigo es el que marca el tamaño de nuestro valor”, explica Brechner al explicar la historia de Jacobo Kaplan, el anciano protagonista de su película, un hombre que vive su última aventura, una suerte de “aventura quijotesca”.

Una historia que refleja cómo se trata el lugar de la vejez en la sociedad, cómo “este hombres ve que poco a poco lo van echando de la sociedad”.

Se puede ver en su figura al Quijote pero también al rey Lear y la idea de pérdida del poder.

Pero lejos de sentir compasión, lo que el realizador pretende es mostrar cómo este Quijote, al igual que el personaje de Cervantes, toma una decisión, con total libertad, la de vivir la vida que quiere conseguir.

Y Brechner lo hace desde la comedia sutil, sin buscar la risa, más bien la sonrisa, y con ecos mucho más profundos, los del cataclismo de un acontecimiento europeo como es la II Guerra Mundial.

Porque el protagonista de “Kaplan” recupera las ganas de vivir en su búsqueda de tintes surrealistas de un criminal nazi que se esconde en Uruguay.

“Lo que a uno le causa risa, a otros les puede parecer un sacrilegio”, reconoce el realizador, que siempre cae en el humor como herramienta para atacar los convencionalismos y al establishment, además de como garantía de antitotalitarismo, porque “a los totalitarismos les da pánico el humor”, asegura convencido.

Una película que se desarrolla en Uruguay pero que podría ocurrir en casi cualquier parte del mundo, aunque con claras referencias tanto uruguayas como españolas, ya que Brechner lleva 15 años viviendo en España y es ahí dónde ha desarrollado su carrera.

“Mal día para pescar”, su ópera prima, fue una coproducción hispano-uruguaya y en “Kaplan”, su segundo largometraje, la financiación ha vuelto a llegar de España y Uruguay, además de Alemania.

“Lo bueno del cine es que es transcultural, transnacional. Tratamos de ponerle nacionalidad porque así es más fácil, pero en este caso no es solo una película de Uruguay, hay influencias del humor de otros orígenes”, señaló.

Un humor que le sirve para tratar temas muy serios, desde la vejez al nazismo, pasando por las relaciones familiares o la amistad en una película de factura impecable que se ha estrenado en Uruguay y España, que está vendida a una veintena de países y que en dos semanas llegará a los cines de Estados Unidos y Brasil.

Y que ahora culmina su paso por diversos festivales con la nominación al Goya.

“Estoy tremendamente orgulloso de que sea la película representante de Uruguay en los Goya y de estar nominado. Llevo 15 años en España y es un país que siempre me ha tratado como a uno mas, por tanto es una alegría enorme”, afirma Brechner.

Pero pese a todo y a que se enfrenta tres películas de “altísima” calidad – “Relatos salvajes”, de Damián Szifrón (Argentina); “Conducta”, de Ernesto Daranas (Cuba) y “La distancia más larga”, de Claudia Pinto Emperador (Venezuela)-, considera que el premio es la película en sí misma.

“Ha sido una larga lucha para llegar hasta aquí. La gran felicidad es haber hecho la película y haber llegado hasta aquí, así que iremos a la gala y bailaremos hasta que se termine la música”, asegura con humor.