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2, enero 2021 - 7:48

┃ Julio Gutiérrez

Michel Muñoz Malagón

Oriundo de Naucalpan, Estado de México; Michel Muñoz Malagón nació con malformación congénita; sin extremidades inferiores y a pesar de eso, nunca se sintió menos que los demás, al contrario, le motivaba jugar futbol como lo hacían sus hermanos y sus amigos en la infancia.

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“Me desplazaba en casa con los brazos, nunca utilicé una silla de ruedas porque no me agradaba como sentirme encerrado, como en un espacio donde no pudiera desenvolverme como yo lo hacía. Era una herramienta que utilizaba para ir a la escuela y regresar. Posteriormente comencé a utilizar la patineta.”

Apasionado de los deportes, sobre todo del futbol, el atleta de 34 años se dio cuenta a temprana edad que podía hacer todas las actividades para cualquier niño de su edad; además, comenzó a perder el miedo a que la gente lo señalara.

“Con el tiempo me di cuenta que empezaba a ser capaz de jugar en otros deportes, en otras disciplinas como volibol, como basquetbol, como beisbol; me di cuenta que podía brincar, que podía correr, que podía saltar. Empecé a practicarlo sin el miedo a que la gente comentara, como lo hacía yo. Nunca me importó, a pesar de escuchar comentarios sobre que cierto deporte no se tenía que hacer con las manos, que no era correcto”, señaló para El Diario de los Deportistas.

Malagón platicó para ESTO sobre el núcleo familiar tan positivo que ha tenido y que ha sido uno de los grandes motores en su vida, señalando que desde niño le hicieron ver que las piernas no eran necesarias, que él podía hacer todo con sus manos.

“No me enseñaron en casa a tener miedo a afrontar lo que era mi vida, lo que era no tener dos piernas, me enseñaron que no eran necesarias, que yo lo podía hacer todo, con diferente dificultad, pero lo podía hacer.”

Con el sueño de ser atleta paralímpico, Michel señaló que su objetivo no era salir en televisión, obtener títulos o medallas, lo que realmente le importaba era ser reconocido por aceptar su realidad y dar la cara ante las adversidades.

Su pasión por el futbol lo llevó a jugar en una liga para amputados, donde conoció muchos amigos, quienes lo metieron al Comité Paralímpico, después de muchos años de intentar ingresar.

Tras entrar de lleno a la halterofilia, Malagón ingresó a PowerLifting y en su primera competencia, los juegos nacionales de Querétaro sobre silla de ruedas, quedó campeón nacional, en la categoría de 54 kilos.

En 2018, se convirtió en el primer mexicano sin piernas en competir una Spartan Race. Ángel Quintero fue quien lo invitó y lo integró al Team Quintero.

Demostrando su versatilidad y su increíble personalidad, incursionó en el Tower Running, en donde subió la Torre Latinoamericana sólo con sus brazos. Se volvió maratonista, corrió el Maratón de la Ciudad de México, además, se volvió un corredor con causa, comenzó a correr para fundaciones.

“Para mí ha sido muy gratificante el saber que he corrido para muchos jóvenes, para niños con discapacidad y eso me ha impulsado aún más para seguirme preparando.”

Pensando en competir en unos Juegos Olímpicos cambió de disciplina, pasó al Remo y en sus primeros cinco meses se coronó campeón nacional bajo techo y bajo agua. Gracias al potencial que su entrenadora, Alejandra Menzi, vio en él, fue que asistió al Mundial de Linz en agosto de 2019, en donde clasificó a la final D, quedando en primer lugar.

En febrero del presente año, fue seleccionado para participar en el preolímpico de remo, el cual se iba a disputar en Brasil, lamentablemente por la pandemia, el evento aún no tiene fecha para reprogramarse.

“Obviamente es algo triste, porque traíamos un gran entrenamiento y estábamos a nada de conseguir la plaza para Tokio 2020, pero nunca hemos quitado el objetivo de conseguir esa plaza, me he seguido preparando en casa y en la nueva evaluación logramos volver a dar el tiempo y volvemos a ser seleccionados para estar en este preolímpico”, relató para ESTO.

A largo plazo, Muñoz Malagón se ve como entrenador, ya que se encuentra certificado para serlo; uno de sus objetivos cuando se retire es convertirse en preparador físico, tras conocer el potencial de las próximas generaciones.

“Soy padre de familia, entonces quiero que mi hija sea una atleta, esperando que a ella le guste y poderla entrenar. Sí quiero tener esa parte, a lo mejor en un futuro tenga algún apoyo de alguna fundación, de algún patrocinador. Tener una pequeña escuela de entrenamiento donde puedan asistir personas de bajos recursos para poder becarlos.”

Por último, Michel relató para El Diario de Los Deportistas, que su momento favorito hasta el momento en el deporte es el Mundial de Linz 2019, ya que, como atleta, el estar en una final y ganarla, es muy importante. El cumplir la meta de competir contra los mejores del mundo, es una de las etapas más importantes de mi vida.

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