Si con André-Pierre Gignac no lo lograron, sin el francés fue misión imposible. Tigres extrañó a su goleador y mantuvo su maldición en Torreón de más de diez años y 15 partidos sin ganar. Santos fue práctico e hirió a los felinos cuando quiso, ahora ya son uno de los líderes. 2-0 final.

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Fue un duelo de poder a poder norteño. Los Guerreros se sintieron cómodos en su territorio, sabían que la estadística y la historia jugaban a su favor, y ellos pusieron el control de las acciones. Tigres le puso inteligencia, regaló la posesión, pero sus intentos fueron los más peligrosos. Ante la ausencia de André-Pierre Gignac por lesión, Leonardo Fernández fue quien puso el talento. El uruguayo generó opciones, volvió loca a la zaga santista y la hizo sufrir en más de una ocasión. La más clara fue después de un desborde de Julián Quiñones por derecha, el atacante centró, Javier Aquino resbaló y no pudo rematar, así apareció Leo, pero su disparo pegó en el poste.

Santos no se quiso quedar atrás y reaccionó. Jesús Isijara se encontró un balón a modo, pero su tiro fue lento y Nahuel Guzmán no tuvo problemas en detenerlo.

Carlos González lo intentó un par de veces y en ambas falló. Su rival en la portería y tocayo Carlos Acevedo, le ganó los duelos. Primero fue en un disparo certero que amenazaba con colarse en la red, pero un manotazo salvó a los locales. La siguiente fue desde los once pasos. El refuerzo de los norteños tomó el balón con autoridad, pero no supo definir, anunció su disparo y el guardián se aventó al lado correcto.

La segunda mitad no varió. Sin mucho brillo ni emociones, Tigres fue mejor. En el momento en que los felinos se acercaban más, Santos ocupó cinco minutos para apagar la ilusión felina. Juan Otero se estrenó y Eduardo Aguirre puso el último clavo.

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