Las Águilas sólo pudieron arrebatarle un punto a Mazatlán y fue de milagro. En la última jugada, con más fortuna que futbol, Daniela Espinosa arruinó la fiesta en la Perla del Pacífico y todo quedó en empate 1-1 final.

América continúa con dudas en su accionar, las goleadas a su favor ante equipos más débiles ya son sólo mera anécdota, aunque al menos no perdieron.

Las sinaloenses comenzaron inspiradas, con el ánimo de revancha a toda luz y muy temprano abrieron el marcador.

En la primera jugada, cuando aún las azulcremas se acomodaban en el campo, Melisa Ramos mostró su gran velocidad, dejó atrás a todas sus perseguidoras y definió con potencia, a pesar de la barrida de Janelly Farías, el balón se coló en la red con cierta complicidad de la portera Natalia Acuña.

América no arrancó bien, se vio desconcertado y es que nunca esperó el arranque tan trepidante del equipo local. Mazatlán, con una nómina más modesta y con mucho corazón en cada jugada, metió en problemas a una de las favoritas al título. En El Kraken pareció que hubo un cambio de papeles.

Poco a poco, las Águilas quisieron volar, pero sus alas no se extendieron del todo. Daniela Espinosa, libre por el campo, lo intentó por cada costado. La atacante se mostró desesperada y en una finalmente lo logró. Su habilidad con el balón y una tardía entrada de la autora del gol, Melisa Ramos, provocó un penalti. Dani se mostró segura y tomó el balón, aunque su mente recordó lo que sucedió en la Liguilla pasada cuando dos veces falló desde los once pasos. Eso poco le importó, de tuvo confianza, pero su inercia negativa siguió y, a pesar de que engañó a la cancerbera Mariana Zárraga, su disparo fue muy cruzado y salió ante el lamento profundo de Espinosa.

El empate no llegó, a las capitalinas no les salió nada. Si bien tuvieron el esférico en su poder, fue porque las Cañoneras así lo permitieron. El dominio en el campo fue irrelevante, debido a que no provocaron ningún peligro, no tuvieron idea y así culminó la primera mitad.

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En el complemento, el juego se volvió trabado, muy cerrado y con escasas emociones. Mazatlán optó por defender su ventaja, Leonardo Cuellar realizó cambios, pero la imprecisión siguió en sus jugadoras.

En el último lapso, a pesar de remar contracorriente, las Águilas no se rindieron y se fueron al ataque por completo. El equipo morado se replegó, regaló la posesión, pero su mérito en resistencia fue sobresaliente.

Las azulcremas lucharon hasta el final y en la última jugada tuvieron su recompensa. Daniela Espinosa marcó el empate, pero América sigue sin convencer y las dudas cada vez son más.

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