Foto: @AzulFemenil

Roberto Pérez es un hombre de casa en Cruz Azul, sabe a la perfección la importancia de representar a una de las instituciones más importantes del futbol mexicano y en la rama femenil quiere impregnar esa mística celeste que ha portado por más de dos décadas.

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Los objetivos en su nueva etapa, y desde una trinchera que hasta hace poco era completamente desconocida para él, los tiene bastante claros y los compartió con el Diario de los Deportistas en una amena charla.

El primero de ellos es cambiar esa historia negativa dentro del equipo de mujeres, el cual ha estado muy lejano a las expectativas que torneo a torneo se ha esperado de ellas. El timonel quiere seguir los pasos que otros clubes de gran jerarquía han logrado, como América, Chivas y hasta Pumas.

“El escudo que representamos nos obliga, ya se los he hecho saber a las jóvenes. No es jugar por jugar, las instituciones que son grandes tenemos la obligación de ser algo más que un simple participante, debemos de asumir que representamos un equipo grande. Necesitamos hacer nuestra propia historia, sentar las bases sólidas, que siempre podamos pelear los primeros lugares, ya no podemos estar en los últimos lugares, tenemos que ser protagonistas, necesitamos cambiar la historia de este equipo para bien”, expresó con gran ilusión.

Beto Pérez es consciente que un título es la prioridad en La Máquina, pero no se apresura. Durante la creación del torneo femenil, el equipo cementero no ha podido ingresar a la fiesta por el trofeo, no ha logrado invitación y esa es la primera meta a cumplir.

“El primer objetivo es clasificar a nuestra primera Liguilla, romper ese paradigma de nunca haber estado en una fase final. Cruz Azul femenil siempre ha estado en los últimos lugares, esa es la realidad y lo asumimos como tal.

Recuerdo que cuando me mandaron a la Sub-20, tenían dos años sin clasificar y pudimos romper esa sequía. Ahora buscaremos hacer lo mismo, después pensaremos en un título, lo primero que tenemos que hacer es clasificar”, aseveró desde los campos ubicados por los rumbos de Xochimilco, donde la historia realmente comenzó. “El equipo varonil tiene su base en Jasso, Hidalgo, el femenil nació en La Noria, inició en la capital, volvimos a casa, así lo han asimilado las jugadoras. Aquí lo tenemos todo”, añadió.

El entrenador no se achica, él no conoce eso y aunque sabe que no será nada sencillo, no es algo que le parezca una novedad en su carrera como profesional. En la filial celeste, en la Segunda División, vivió algo similar y logró salir avante, ahora espera hacer lo mismo con su nuevo equipo de trabajo.

“Yo iba a llegar a la femenil hace año y medio, después me dijeron que iba a Hidalgo en la última semana para iniciar el torneo. No tuve tiempo de reforzarme, asumimos el reto, hicimos un torneo bueno. Para el otro nos reforzamos con ocho jugadores y los resultados ahí quedaron, líderes y como mejor defensa y ofensiva. Ya estamos observando los refuerzos para el próximo torneo y serán diferentes a los de ahora”, remató, con la ilusión muy alta de ser ese hombre que cambie la historia en Cruz Azul Femenil.

CRUZ AZUL EN SU CORTA HISTORIA
Apertura 2017: Último lugar del Grupo 1
Clausura 2018: Penúltimo lugar del Grupo 1
Apertura 2018: Último lugar del Grupo 1
Clausura 2019: Penúltimo lugar del Grupo 1
Apertura 2019: Posición 10
Clausura 2020: Posición 8*
Guard1anes 2020: Posición 14

*Hasta la jornada 10 que se suspendió el torneo por el Covid-19

PARA BETO PÉREZ, CRUZ AZUL ES TODA SU VIDA

Roberto Pérez no es un improvisado en Cruz Azul. El ahora director técnico fue campeón en el ya lejano 1997 junto a Oscar Pérez, Jorge Campos y Nicolás Navarro. Cubrió las funciones de auxiliar técnico de Tomás Boy y de los interinatos de Robert Dante Siboldi y Joaquín Moreno. Fue entrenador de porteros en un lapso de tiempo y brindó enseñanzas al estilo europeo a Jesús Corona, Yosgart Gutiérrez y Guillermo Allison. Fue entrenador de la categoría Sub-20 y hasta de la filial de Segunda División de la Liga Premier. La vida de Beto ha sido totalmente cementera.

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“Cruz Azul es mi vida. Estoy consciente que algún día tenemos que salir, el cambio es lo que permanece. Esta es mi casa, he vivido aquí 22 años, me tocó el último título de Liga. Si por alguna circunstancia de vida me tuviera que morir, me iría muy feliz por haber permanecido en este equipo, por la gran oportunidad que me dieron de haber estado en cada sector de la institución, filiales, categorías juveniles, pocas personas lo podemos vivir en un equipo tan bello y grande como este. No tengo más que palabras de agradecimiento y una gran lealtad”, manifestó con un gran amor por los colores celestes.

Lo único que le falta a Beto es llegar al primer equipo como entrenador absoluto y es un deseo que lo mantiene en la mente, el cual espera cumplir en algún momento. “Más que un sueño, es una ilusión. Será cerrar con broche de oro una carrera institucional extraordinaria para mi persona. Cuando Juan Reynoso haga campeón al equipo, ya podemos después ir nosotros, él cambiará a este equipo, todo el apoyo para él”, remató.

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