Foto: AFP

Por primera vez en la era de los Super Bowls, la NFL restringirá el acceso al estadio sede debido a la pandemia que se vive por el Covid-19, lo que arrojará como resultado la entrada más baja de la que se tenga registro para un juego que definirá al próximo campeón.

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El Raymond James Stadium tiene capacidad para poco más de 65 mil aficionados (75 mil en eventos especiales), pero sólo 25 mil personas, entre ellos 7 mil 500 miembros del sector salud que ya recibieron la vacuna contra el coronavirus podrán acudir el choque entre Kansas City y Tampa Bay. Esto significa que sólo se utilizará alrededor del 38% del aforo del recinto el próximo domingo. La liga otorgará a todos un kit con cubrebocas y accesorios para evitar exponerse al virus.

En un principio el panorama lució menos alentador, se preveía sólo ocupar el 20%; sin embargo, las condiciones en la ciudad de Florida han permitido aumentar esa marca con aprobación del departamento de salud. El próximo año el juego se realizará en el SoFi Stadium, nueva casa de Carneros y Cargadores. Allí fue imposible que los seguidores pudieran ingresar a un solo partido en 2020.

Ni siquiera antes de que el deporte de las tacleadas se volviera el fenómeno de ahora se tiene una cifra de esa magnitud. Hay que remontarse hasta la primera edición del Super Bowl para tener la segunda asistencia más baja de la era actual. En aquel entonces, 61 mil 946 fanáticos estuvieron presentes en el Memorial Coliseum para ver el triunfo de Empacadores sobre Jefes.

Hasta este momento, nunca se había definido al campeón de la NFL ante más de 60 mil personas. Sólo un selecto grupo podrá ver desde el estadio el espectáculo entre Patrick Mahomes y Tom Brady.

Acostumbrada a abrir sus puertas a medios de todos los países del mundo, en esta ocasión sólo algunos cercanos a la liga y el personal indispensable tendrán permitido el acceso.

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