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7, febrero 2021 - 7:58

┃ José Ángel Rueda

Mahomes-Brady

La ofensiva número uno por aire contra la ofensiva número dos; son los números que anteceden a la tormenta. Patrick Mahomes y Tom Brady librarán el próximo domingo en el Raymond James Stadium un auténtico festival aéreo. Más allá de que ambos quarterbacks son los protagonistas de sus ofensivas, ambos están rodeados probablemente de los rosters más talentosos de la NFL; receptores brillantes capaces de hacer la jugada grande.

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Además del choque generacional entre Tom Brady y Patrick Mahomes, son muchos los enfrentamientos que se librarán entre jugadores top en su posición, como el Rob Gronkowski y Travis Kelce, dos alas cerradas con lugar seguro en el Salón de la Fama. El de Tampa, por su brillante y exitosa carrera, y el de los Chiefs, por la forma en la que ha dominado la posición desde que llegó a la NFL. O la batalla de dos receptores élite como lo son Mike Evans y Tyreek Hill, acostumbrados a estar de manera constante en la cima de los rankings. En fin, el espectáculo estará garantizado.

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OFENSIVA CHIEFS

Es probable que no exista en la NFL una ofensiva tan explosiva como la de los Jefes de Kansas City. Liderados por un mariscal de campo como Patrick Mahomes, que parece que lo puede todo, los Chiefs son como una máquina perfecta que siempre encuentra la forma de poner puntos en el marcador.

Sin embargo, es importante decir que el talento de Mahomes está complementado por otros valores incalculables, como es la química que tiene con Travis Kelce. Con 1,416 yardas, el ala cerrada se quedó cerca de ser el líder en yardas de la liga y se ha confirmado un año más como la opción segura en las jugadas complicadas, al acumular 11 touchdowns en temporada regular y tres más en la postemporada.

Al peligro que representa Kelce en el esquema aéreo hay que sumarle el vértigo que ofrece el cuerpo de receptores de los Jefes, comandado por dos velocistas como lo son Tyreek Hill y Mecole Hardman, aunque es el Cheetah quien se lleva todos los reflectores. Hill terminó la temporada con 1,276 yardas y 15 pases de anotación. En el partido ante los Bills, más allá de no anotar, registró 172 yardas, situación clave para controlar los momentos del partido. Por otra parte, se espera que Sammy Watkins, un receptor con pocos reflectores pero efectivo, pueda jugar el próximo domingo.

En cuanto al ataque terrestre, podría decirse que es uno de los pocos puntos débiles que tiene la ofensiva de los Jefes. Comandados por el corredor de primer año Clyde Edwards-Helaire, quien finalizó la temporada con 803 yardas y apenas cuatro touchdowns, promediaron 112.4 yardas por partido, números muy por debajo de un ataque confiable. Andy Reid podría echar mano de LeVeon Bell, quien ha estado lesionado y que podría representar un punto de inflexión, sobre todo en un duelo de estrategias como el Super Bowl.

Como punto clave, los Jefes deberán suplir la baja del tacle Eric Fisher, hombre fundamental para que Mahomes sólo fuera capturado en 22 ocasiones. Una línea ofensiva inédita deberá frenar a los feroces defensivos de Tampa.

OFENSIVA BUCCANEERS

Es probable que nunca en sus 20 temporadas en la NFL, Tom Brady haya contado con un cuerpo de receptores como el que tiene en los Bucaneros. El arsenal ofensivo rindió frutos y el mariscal de campo lo aprovechó a la perfección, al finalizar la temporada regular como la segunda mejor ofensiva por aire, al promediar 289.1 yardas por partido.

Más allá de que cuenta con varias opciones, Mike Evans se ha consolidado como su primera opción. El receptor superó apenas las mil yardas, sin embargo, su principal aporte está en la zona roja, al registrar 13 incursiones a las diagonales. Otra de las armas importantes en la ofensiva de Tampa Bay es Chris Godwin. A pesar de que a lo largo de la temporada batalló con algunos problemas físicos, el egresado de Penn St. siempre está cuando Brady lo necesita y casi siempre es la opción a buscar cuando la cosa se pone seria en terceras oportunidades. Si a esas dos armas se le suma la química de Brady con Antonio Brown y el poder vertical de Scott Miller estamos hablando de un cuerpo de receptores plagado de talento.

Otro de los puntos importantes dentro de la ofensiva de los Bucaneros es el uso que se le da la alas alas cerradas. Más allá de que Rob Gronkowski se lleva la mayoría de reflectores por su historia de éxito con Brady, la presencia de un hombre como Cameron Brate ha resultado fundamental.

En cuanto al ataque terrestre, al igual que los Jefes, los Bucaneros han batallado para establecer la carrera. Con un promedio de apenas 94.9 yardas por partido, la ofensiva terrestre de Tampa Bay es la cuarta peor de la Liga. La buena noticia es que parece que Leonard Fournette ha despertado en el momento más importante de la temporada y, junto a Ronald Jones, podría ser fundamental para liberarle presión a Tom Brady.

A lo largo de la temporada, el mariscal de campo de los Bucaneros ha tenido tiempo para tomar decisiones. La línea ofensiva se ha mantenido sana, situación que le permitió a Tom Brady, más allá de su poca movilidad, ser capturado en tan sólo 21 ocasiones.

 

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