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Mira

20, febrero 2021 - 19:06

┃ Marysol Fragoso

Museo-del-Juguete

Fotos: Luis Garduño

Quienes hayan sido niños en las décadas de los 50¨s, 60´s y 70´s y además vivido en colonias populares como la Doctores, Obrera, Guerrero, Tepito, Tacubaya, Mixcoac y muchas otras de la Ciudad de México, revivirán aquellos tiempos de su niñez, en cuanto ingresen al Museo del Juguete México. Sin duda invadirán su memoria las mañanas cuando visitaban los mercados donde en huacales de madera se vendía a granel cochecitos, avioncitos, soldados, muñequitos, mamilas, luchadores, banderines y todo tipo de pelotas. Para ellos, reencontrarse con cada pieza en exhibición es disfrutar un trocito de felicidad, por haber jugado con ellos o por ahorrado varios de “sus domingos” para poder comprarlos o tal vez les pegue la nostalgia, precisamente, porque sus padres no tuvieron dinero para comprarlos. Esa es precisamente la intención de este museo, provocar emociones a la gente.

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“¡Mira, mujer: un juego de turista mundial… un robot, tambores y panderos!”, le dice un visitante mayor a su acompañante y ella le responde: “También un muñequito bebé, de plástico, que movía los brazos y piernas, pues por dentro tienen una liga para darles flexibilidad”. Ambos, expresan su alegría con la voz y una gran sonrisa. Si bien no pueden correr como lo hacían en antaño para ir de una vitrina a otra, sin embargo, se mueven con rapidez en busca de más sorpresas.

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Más adelante, una tercia de turistas norteamericanos se emociona ante la vitrina con la colección de las Barbies. Mientras que un grupo de jóvenes se asombra en la sala dedicada a los deportes, donde el tema central son los juguetes y objetos inspirados en los Juegos Olímpicos de México 68, hay también una zona dedicada a los juguetes originados en la Carrera Panamericana, una a la figura del boxeador cubano “Mantequilla” Nápoles y otra a la construcción del estadio en Ciudad Universitaria.

No podía ser de otra forma toda vez que el fundador, dueño y director del museo, Roberto Shimizu vivió y disfrutó de todos esos eventos deportivos: “Después de la trágica matanza de estudiantes en 1968 la gente en México quería participar en los Juegos Olímpicos de la forma que fuera y empezó a elaborar juguetes, por eso, aquí, lo mismo está una antorcha original, incluso con el combustible para que encendiera, que unas lámparas de plástico, precisamente, en forma de antorcha y hasta sus hijitas, más pequeñas, para adorno de casas o de oficinas; hay banderines, boletos, álbumes para coleccionar estampitas o corcholatas de botellas de refrescos, donde se publicaban las caras de los deportistas, discos en acetato, revistas, en fin, son piezas que no se pueden encontrar en ninguna otra parte”, comentó.

La juventud de Roberto Shimizu coincidió con la justa Olímpica que se desarrolló en nuestro país, cuando él estudiaba arquitectura en la UNAM y se desempeñó como intérprete de los representantes de la prensa nipona e incluso participó como fotógrafo para un diario del llamado “País del Sol Naciente”, recuerda: “Fue una gran experiencia, podía entrar a todos lados y conversar con muchas personas del mundo”, y en especial: “Lo que más me gustó fue la hazaña que en natación consiguió para México, Felipe “El Tibio” Muñoz y lo que menos disfruté fue el partido de México contra Japón. Tengo en exhibición el banderín de juego y es algo rarísimo de encontrar, pero el juego no fue lo que esperaba”.

Al ser fanático de los autos, entre miles de miniaturas que abarca esa colección, los objetos de la Carrera Panamericana, ocupan un sitio de honor, así como la vitrina del boxeador José Ángel “Mantequilla” Nápoles: “Fue el mejor boxeador y aquí tengo el primer cinturón de campeonato que ganó; está hecho de plata, tengo sus guantes y hasta una charola con su imagen que le obsequió al entonces Presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz. En ese tiempo vinieron a México tres boxeadores cubanos: Ultiminio Ramos, Luis Manuel Rodríguez y José ‘Mantequilla’ Nápoles, pero para mí, lo máximo fue ver pelear a ‘Mantequilla’ Nápoles”.

Una de las salas que más llaman la atención es la dedicada a la Lucha Libre, donde se recopilan numerosos trabajos del pintor, escritor y caricaturista José G. Cruz, creador de personajes como El Santo, La India María y la Tigresa, amén de figuras de diversos exponentes del deporte de los costalazos.

El director del MUJAM habló de cómo llegó a abrir este recinto: “…entonces yo era un niño, en una época que llamé Época de Oro de México en lo que respecta a la manufactura pues el gobierno trató de hacer una industria local. México era propio, con su identidad, produjo una cantidad tremenda de juguetes además alentados por varios factores uno de ellos, la llegada de la televisión alrededor de los años cincuenta y con ella, de series de detectives, piratas, cowboys y de las caricaturas, esto alentaba mucho la producción juguetera; dicho así México llega a tener una industria juguetera de las más importantes a nivel mundial”

Agregó: “Hay quien colecciona arte sacro, platería, libros, etc., a mí me tocó coleccionar juguetes con los de la banqueta, los de la calle, que tienen una gran riqueza cultural popular mexicana. Es la única colección de este tipo en todo el país, por supuesto, la más grande del mundo, ya que en estos momentos tenemos varios millones de piezas guardadas en bodegas. Pero más que una colección es un archivo de historia de México del siglo XX, que se queda como un patrimonio para todos los mexicanos”.

 

FRASE

“La finalidad del museo es preservar, compartir, pero lo más bonito es que da alegría y da felicidad, algo muy difícil de lograr. Ahora, con la pandemia del Covid-19, México que se va a transformar, nadie sabe lo que va a pasar, nadie lo puede predecir, pero lo que tenemos aquí en la mente, en el corazón, es quedar como un patrimonio cultural para que las futuras generaciones vean lo que era nuestro país” Roberto Shimizu / Fundado Mujam

 

MUSEO ABIERTO

Dr. Olvera #15, colonia Doctores.

Alcaldía Cuauhtémoc CDMA

 

Lunes a Viernes: 9:00 a 18:00 horas

Sábados 9:00 a 16:00 horas

Domingos 10:00 a 16:00 horas

Reservaciones para visitas: 55 55882100

 

EL NÚMERO

3 millones de juguetes reunió Roberto Shumizo desde niño en tianguis, mercados, bazares y puestos de la calle, sólo exhibe ahora 45 mil piezas

 

 

CIFRA

9 salas tiene el MUJAM

 

 

SALA DE  LUCHA LIBRE

SALA MÉXICO 68

VITRINA MANTEQUILLA NÁPOLES

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