Foto: AFP

Cada año es más difícil impresionar en el ‘Slam Dunk Contest’, pero en la competencia de este año los finalistas superaron las expectativas.

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Ninguno de los tres participantes llegaba con gran cartel al platillo fuerte del espectáculo de la NBA, y aunque no hubo ninguna clavada con calificación perfecta, el nuevo campeón Anfernee Simons y Obi Toppin innovaron con acciones nunca antes vistas en la NBA.

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El que sí decepcionó fue Cassius Stanley, quien realizó dos jugadas ya vistas en las ediciones previas que los jueces calificaron muy bajo.

Por su parte, Toppin sorprendió con sus dos primeras volcadas, teniendo la de mayor calificación (49) de la noche, pero se quedó sin respuestas para la jugada decisiva. Ahí se conformó con el ‘mate’ que le dio el título a Zach LaVine hace un par de años.

Quien sí realizó tres jugadas sin precedente fue Simons. El jugador de los Trail Blazers aprovechó su capacidad en el brinco y registró un máximo de 3.20 metros.

Esa habilidad la mostró en sus tres clavadas, intentando besar el aro en la última de ellas. También realizó un homenaje en su segundo turno a Tracy McGrady, su ídolo, copiándole el giro de 360 grados que hizo en la edición del 2000.

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Por primera ocasión en la historia del ‘Slam Dunk Contest’, gana la competencia un jugador que no registra ninguna gran clavada en su paso por la NBA. Llegó como una incertidumbre y se marcha de Atlanta como el campeón de las clavadas. En la final le ganó a Toppin con un claro 3-2.

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