Marco Montoya 

Foto: Jesse D. Garrabrant | AFP

Filadelfia.- Phoenix se mantiene en la persecución de Utah por la cima de la Conferencia Oeste tras superar uno de los grandes desafíos que puede haber esta campaña en la NBA: ganar en la casa de los 76ers (39-19), los líderes de la otra costa. 116-113 se llevaron la pizarra.

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Desde el balón al aire, las quintetas se enfrascaron en un auténtico duelo de eliminación, bien podría ser la próxima edición de Las Finales. Joel Embiid se echó al hombro a su equipo, mientras que los Suns (42-16) tuvieron un aporte más colectivo. Como ha sucedido en pocas ocasiones durante la campaña, Filadelfia llegó desfavorecido debido a las lesiones; sin embargo, el ser locales y tener a un candidato a Jugador Más Valioso los impulsó. En una batalla sin tregua, la pizarra reflejó un empate a 54 al medio tiempo.

Chris Paul arrancó la reanudación encendido. En Phoenix se acordaron que ni Ben Simmons, Seth Curry o Tobias Harris estaban sobre la duela y salieron con mayor agresividad. Cada ataque del aún líder del Este tenía un solo destino, Embiid. Parecía que la resistencia se vendría abajo cuando el camerunés se cansara. Danny Green tomo el papel de su escolta a la ofensiva.

Quizá los miembros del Oeste tuvieron a su equipo completo, pero el ímpetu de sus rivales rompió su defensa en incontables ocasiones, incluso cuando el número 21 de ‘Phila’ dejó la duela unos minutos por molestias. El veterano Dwight Howard respondió desde la banca.

Un par de triples consecutivos de Jevon Carter le dieron el momento emocional a los visitantes. Había llegado la hora de administrar el tiempo y jugar con la desesperación del rival. Los 76ers jamás bajaron los brazos; sin embargo, se les acabó el reloj. Embiid probó un bombazo con menos de un segundo que por poco manda todo a tiempo extra, falló. Los Suns salieron con su triunfo número 42.

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