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12, febrero 2015 - 8:38

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POR ALEXIS GRIVAS
ENVIADO ESPECIAL DE OEM

BERLÍN.- Se estrenó ayer en competición “Eisenstein en Guanajuato”, la coproducción de México con Holanda, Finlandia y Bélgica, en la que el veterano cineasta británico Peter Greenaway retrata el viaje que el famoso realizador de la era soviética Serguei Eisenstein emprendió en México en 1931 tratando de filmar la película “Que Viva México”, empresa que finalmente fue truncada a la vez que mucho después se pudo armar un filme que bajo el mismo nombre incluía lo que el realizador había logrado filmar en tierras mexicanas.
Acordaremos que la visión de Greenaway respecto a la estancia de Eisenstein en Guanajuato es muy suya y acorde a sus preocupacione estéticas y su manera muy particular de plasmar sus películas, especialmente estos últimos años, tiempos en que sus filmes han causado bastante controversia. Me temo que otro tanto sucederá con esta última.
Greenaway, espíritu inquieto e innovador en sus bien entrados 70 años, pintor, artista plástico, cineasta, creador de instalaciones y de proyectos multimedia, provocador en extremo a raíz de sus posiciones sobre el futuro del cine y la temática constante de sus películas –sexo y muerte, según él mismo–, ha dado un giro considerable en su estilo desde los ochentas en que irrumpió en el panorama mundial con filmes tan revolucionarios y audaces en forma y contenido como lo fueron “El contrato del diseñador” (1982) y “La barriga del arquitecto” (1980), a las que siguieron entre muchas otras “El niño de Macon” (1992), “Las maletas de Tulse Luper” (2003/4), hasta las últimas, “La acusación de Rembrandt” (2008) y “Golzis y la compañía del pelícano” (2012).
El giro del realizador hacia un cine donde la narrativa tradicional se retrae a favor de una fantasmagórica utilización de imágenes truculentas, de efectos que están al límite del gratuito, el uso de trucos como la pantalla múltiple, material de archivo –en este caso de las clásicas película de Eisenstein como “Octubre”, “El acorazado Potemkin”–, que se intercortan con la narración de las actividades de “Eisenstein en Guanajuato”.
Todo esto compone el panorama al que se enfrenta uno al visionar la película. No se puede saber si el retrato del personaje corresponde a la realidad o si es lo que ha plasmado el realizador en su guión y nos lo ofrece como algo real. El hecho es que el acercamiento al personaje se antoja bastante superficial y a la medida del gusto de Greenaway por el truculento, lo que hace pantalla a lo que podría ser el retrato verídico del realizador soviético y sus inquietudes frente a los problemas que encontró para la realización de su proyecto.
De hecho la filmación en sí y todo en su alrededor figura muy poco en la película. Después de una primera media hora de truculencia auditiva y visual donde además unos personajes locales parecen como caricatura y que las locaciones de Guanajuato donde se filmaron los exteriores están retratados con un acercamiento más bien turístico y exótico, el meollo de la película gira alrededor de la homosexualidad de Eisenstein, de su relación sexual y sentimental con su ángel de la guarda mexicano encargado de su bienestar (el actor mexicano Luis Alberti en el papel de Palomino Caniedo), algo que ya se sabe que ha causado mucho disgusto a los rusos, aunque ellos no participaron de alguna manera en la película.
Por otra parte, Eisenstein está retratado a través de la actuación del intérprete finlandés Elmer Back, como un tipo que pasa su tiempo a deambular, vomitar, fornicar, dormir y otras tantas trivialidades que a mi gusto opacan lo que sería un genuino retrato del personaje. Entendámonos bien. No es que me gustaría una visión y un retrato hagiográficos del personaje. Tal cosa no es además propia al estilo de Greenaway. Pero me temo que lo que nos propone el realizador británico es una lectura superficial, gratuita y exótica tanto del personaje como de su contexto.
Habría que anotar por otro lado que la película fue recibida tanto con aplausos como con algunos, pocos, abucheos al término de la proyección de mediodía reservada a la prensa, mientras que durante las bastante concurrida conferencia de prensa que siguió a la proyección, Greenaway se mostró a la altura de su bien conocida eficacia en manejar/convencer tanto a los medios como a las gentes a través de su hábil uso de la palabra.

ITALIA, PAÍS INVITADO AL FESTIVAL DE GUADALAJARA
Lo relativo a México, que este día fue por razones obvias el tema único de esta nota, incluyó el anuncio por el director del festival de Guadalajara, Iván Trujillo, a lo largo de una conferencia de prensa especialmente convocada, que el país invitado este año en el certamen tapatío será Italia.
Se presentará una amplia selección de las últimas producciones de aquel país, alrededor de 50 películas, mientras que el famoso realizador Bernardo Bertolucci encabezará la numerosa delegación italiana que se desplazará a Guadalajara.
El homenaje será organizado con el apoyo del organismo estatal cinematográfico ANICA y de comercio ICE y cuenta con el apoyo de Cinecitta, del Instituto Luce, de la embajada italiana en México, mientras que del lado nacional, Imcine ofrece un sustancial apoyo.