JOSÉ LUIS CAMARILLO

La zurda mexicana Érika ‘Dinamita’ Cruz, quien pertenece a la Guardia Nacional, fue una máquina inteligente de tirar golpes que además puso el corazón por delante para doblegar por decisión técnica en siete rounds (70-63, los tres jueces) a la canadiense Jelena Mrdjenovich y derrocarla como campeona mundial pluma de la WBA, la noche de este jueves en la Academia Militar West Point (Nueva York), que por primera vez en la historia cobijó una función de boxeo.

Érika (13-1, 3 KOs) impuso un ritmo de pelea que Mrdjenovich, de mayor estatura y experiencia, no pudo soportar. El réferi Benji Estévez detuvo la contienda en la séptima ronda porque una herida junto al ojo derecho de la canadiense sangraba en abundancia. El médico de ring no la dejó continuar, entre protestas de la norteamericana, que hacía su sexta defensa.

Entre lágrimas, “Dinamita” dedicó el triunfo a su padre, el ex peleador Memo Cruz, quien no pudo acompañarla “por cuestiones relativas a la pandemia”.

La herida de Jelena que definió el duelo se produjo en el tercer giro, por un choque accidental de cabezas. Mrdjenovich (41-11-2, 19 KOs) mostraba otro corte, en el arco superciliar del mismo lado, cerca del entrecejo.

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La peleadora de Canadá se batió con bravura en un intento por cambiar la marea, pero Cruz utilizó mucho movimiento de cintura y llevaba un ritmo y una condición fÍsica impresionantes, lo que le permitió mantener una presión constante y moverse sobre piernas cuando Jelena mostraba peligrosidad.

“Este cinturón es para ti, papá”, dijo Érika en el ring, después que un miembro de la Academia Militar de West Point le colocó la faja. “Dios me ha permitido estar aquí, en un país que no es el mío. Los mexicanos somos guerreros, el cinto es producto de un trabajo que hicimos en equipo. Me enfrenté a una campeona, pero mi mente era llevarme este cinturón, no venir hasta acá para venirme (a casa) con las manos vacías”.

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