Javier Juárez 

Foto: Jose Luis Melgarejo |Mexsport

Ya hay VAR en Concacaf, pero tiene que haber árbitros que lo sepan utilizar. Si América no sacó un resultado positivo de su visita a Portland se debió al trabajo del juez Mario Escobar. Los Timbers hicieron 22 faltas, les perdonaron dos tarjetas rojas y les obsequiaron un penalti.
Mucha leña hubo en el Providence Park. El videoarbitraje de nada sirvió. Roger Martínez marcó para el 1-1, en el estadio Azteca tienen que finiquitar la llave.

Mucho músculo. América se encontró un estilo parecido al Olimpia, pero más técnico. Santiago Solari ocupó a su mejor elenco. El Indiecito le puso más atención a la Concacaf que a la liga local. El primer lugar no se lo quita a Cruz Azul, pero tampoco puede perder su segundo sitio. Eso motivó al estratega de las Águilas a ocupar a sus mejores futbolistas.

Timbers asfixió a los azulcremas y luego se convirtió en desesperación. El primer disparo de la artillería azulcrema lo hizo Roger Martínez al minuto 22. El tiro fue bueno, pero Jeffrey Attinella se estiró lo más que pudo y pudo enviar el balón a tiro de esquina.

Fuera de ese impacto, América no pisó el área de Portland. Giovanni Savarese apostó por aguantar a los americanistas y herir con letales contragolpes. Felipe Mora y Yimmi Chará, ambos jugadores con pasado en el futbol azteca, fueron los encargados de dar sustos, pero no lo lograron. Guillermo Ochoa tuvo una plácida noche. El portero emplumado no tuvo que intervenir en el primer tiempo.

Los roces, faltas e imprecisiones se apoderaron del juego. Los Timbers estaban en casa, pero se notaron complacidos. Como si su intención fuese irritar a los azulcremas y provocar errores.

El plan de Portland casi les sale, pero Claudio Bravo perdió la concentración y tras una falta sobre Richard Sánchez en el área le abrió al América la oportunidad de marcar a través de un penalti. Roger Martínez tomó el balón y con un tiro raso abrió la cuenta. El candado estadounidense por fin se abrió. Lo anecdótico es que ellos mismos pusieron la llave.

América no aplastó, pero mereció irse al descanso con ese gol. La respuesta de los Leñadores fue la esperada. Timbers tuvo que atacar, su plan cambió.

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ortland se dio cuenta que no era difícil poner nerviosos a los azulcremas. Dairon Asprilla disparó en el área y su impacto se estrelló en el poste.
Ochoa por fin se apretó los guantes. Memo tuvo que estar atento a cada embate de los Timbers.

El partido fue más rudo. Claudio Bravo pateó a Álvaro Fidalgo y de no ser por la inteligencia de Solari la mecha se pudo haber encendido. El Indiecito aplacó al español antes de que buscara pelea.

América pudo tener superioridad numérica, pero el árbitro guatemalteco Mario Escobar le perdonó la segunda tarjeta amarilla a Dario Zuparic. Solari y toda la parvada azulcrema le reclamaron la mala decisión.

El ciclón verde terminó. América aguantó los minutos más duros sin recibir daño. Solari analizó qué cambios hacer. Mauro Lainez y sobre todo Leo Suárez no pesaron. Nicolás Benedetti fue el elegido.

El partido se ensució y ya no pudo limpiarse. Mario Escobar cooperó para que el espectáculo fuera a menos hasta desaparecer.
América se dedicó a cuidarse y defender su gol. El triunfo estuvo cerca, pero en la agonía del juego el árbitro les regaló un penalti a los Timbers. Valdez metió la mano tras recibir una falta, sin embargo, no se señaló eso. Felipe Mora tomó el balón y marcó el empate agónico.

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