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19, junio 2021 - 7:47

┃ Brian Sales

Octavio Paz portero Pumas

BRIAN SALES

CORTESÍA | @PumasMX

Octavio Paz se sacó la lotería. El nuevo portero de Pumas se encontraba desempleado hasta que su teléfono sonó. Del otro lado de la línea, Jesús Ramírez le ofreció la que, en sus palabras, es la oportunidad de su vida. Lo cortaron de los Coyotes de Tlaxcala a finales del año pasado y por su mente pasaron muchas cosas, hasta que los auriazules lo salvaron y ahora le brindaron la oportunidad de brillar como tercer portero y generar competencia interna dentro del primer equipo.

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“Es la oportunidad de mi vida. No a cualquiera le sucede este tipo de cosas, de quedarte sin jugar y que luego te inviten de la Primera División, de la magnitud que es Pumas. Lo veo como la oportunidad más importante que he tenido y vengo con la idea de hacer las cosas de la mejor manera”, aceptó en charla exclusiva con ESTO.

Él, como muchos mexicanos, supo lo que era la sensación de no tener trabajo en medio de una pandemia que azota no sólo al país, sino al mundo. Aún recuerda cómo fue que la noticia le cambió el semblante y le iluminó el futuro. Reconoció que fue un alivio no sólo personal, también familiar, porque tiene gente que depende de lo que él haga o deje de hacer dentro del terreno de juego, bajo los tres postes.

“Por mi parte fue un gran alivio. La situación no es sencilla en todo el mundo. Saber que vas a tener trabajo, es un alivio personal. No puedo describir la felicidad que tengo. Sentimientos encontrados, por los años que estuve intentando trascender. Ya cuando le comenté a mi familia, todo se magnificó. Ellos son una parte fundamental. Si no fuera por mi familia, no estaría aquí. Mi mamá me dijo que le agradeciera a Dios”, compartió.

A su llegada, Paz fue recibido con los brazos abiertos por todos. Pudo ver a Jesús Ramírez, Andrés Lillini y a sus nuevos compañeros. Agradeció el gesto que tuvo el plantel, el cual lo trató como un igual y rápido colaboraron para la adaptación del nuevo guardameta. Paz saldrá a la banca las primeras tres jornadas que Alfredo Talavera estará con la Selección Mexicana en la Copa Oro.

“Le comenté a Jesús que vengo con toda la disposición. Estoy a la orden para que, cuando sea requerido, estar preparado mental y físicamente. Me siento muy bien. El recibimiento del grupo fue muy bueno. No es como que no los conozca, sino todo lo contrario. Ya hablé con todos y parece que los conozco desde hace mucho tiempo”, admitió.

Paz también compartió algunas cosas del vestidor con el que se encontró y valoró mucho la actitud que tuvo Julio González con él. De igual forma con Andrés Lillini, quien se convirtió rápidamente en el primer aliado del guardameta dentro del primer equipo.

“Fue el primero en saludarme (Julio). Me abrió las puertas y el primer día me invitó a desayunar. Es una maravilla de persona. También logré conocer al entrenador de porteros y tiene una gran armonía en el grupo. Él se me acercó para darme la bienvenida y decirme que estaba a la orden para lo que quería, necesitaba o si algo me incomodara. Aún no hay una plática a fondo, pero sólo queda trabajar”, cerró.

Carrera de adversidades 

Aunque ahora llegó a un equipo grande del balompié nacional, Paz no olvida sus orígenes ni a los clubes que le brindaron sus primeras oportunidades dentro del balompié nacional. Aún recuerda cómo fue su transitar y sus primeros pasos, cuando aún no cumplía la mayoría de edad. Pachuca formó una gran parte del arquero que es hoy.

“Empecé muy joven en la Tercera División, en Oaxaca, la ciudad donde nací. Sólo estuve algunos meses, no fue mucho tiempo. Tuve pocos minutos. De ahí me invitaron para ir a Pachuca, donde hice el proceso de las fuerzas básicas y de la Sub-17. Fueron como cinco años, hasta que me dieron a préstamo a Tlaxcala, cuando tenían vínculo. Dos años duré con Tlaxcala. Paré algunos meses, hasta que me invitaron a Veracruz, donde jugué en la Segunda y me fue bien, hasta que me subieron al primer equipo. No continué, por todo lo que pasó con la franquicia”, recordó.

Sus últimos pasos antes de llegar a Coyotes de Tlaxcala fueron los mejores. Quedó campeón con los Alebrijes de Oaxaca, al mando de Alejandro Pérez, quien ahora dirige a Pumas Tabasco. También se lució con la Trinca, aunque no obtuvo el reconocimiento que se merecía, hasta que pasó su etapa dentro de la Liga de Expansión y se quedó desempleado.

“Recibí otra invitación para bajar a una Segunda, a Irapuato. No lo pensé dos veces. Me fui, tuve un gran torneo y nos fue fenomenal. Eso me abrió las puertas para llegar a Alebrijes, el equipo de mi ciudad. Ahí se consiguió el campeonato, el último del Ascenso MX. Llegó la pandemia y regresé a Tlaxcala. En diciembre me informaron que no entro en planes, a pesar de tener un buen torneo. Me quedé sin jugar una vez más, pero se dio el acercamiento con Pumas. Tuve varias llamadas con Jesús y me comentó las posibilidades de llegar. Gracias a eso estoy acá”, finalizó.

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