Por Marco Montoya

Foto: AFP

Jacob deGrom va encaminado a ganar el tercer premio CY Young de su carrera en la que ha sido una de las campañas más dominantes para un serpentinero en la historia de las Grandes Ligas.

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El pitcher de los Mets recibió una carrera o dejó en blanco a sus rivales en sus primeras 12 salidas y, a pesar de varias lesiones, comanda al equipo neoyorquino. Los gritos de ‘MVP, MVP’ aparecen en el Citi Field cada que sube a la lomita.

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Pasaron 31 entradas para que le permitiera a alguien anotarle de nuevo, un mes transcurrió desde entonces. El comparativo más cercano que se tiene con otro lanzador es Bob Gibson, quien en 1968 permitió 1.52 rayitas por cada nueve entradas, deGrom tiene efectividad de 0.69.

Otro ejemplo del dominio que ha ejercido el derecho es que los pitchers batean .112 en la campaña. Contra él, la liga está en .116. Padres de San Diego, Cachorros de Chicago, Bravos de Atlanta, entre otros, nada han podido hacer para evitar que los neutralicen. Los Filis de Filadelfia le han dado su tarde más complicada con el par de veces que lograron anotarle.

En cinco veces ha lanzado diez o más ponches, entre el 10 y el 23 de abril, eliminó por la vía de los strikes a 43 bateadores en tres partidos. Sus dos derrotas llegaron en partidos donde faltó el apoyo ofensivo, Nueva York quedó en blanco. La novena ha salido victoriosa en nueve de sus 13 comienzos.

El control ha estado de su lado en prácticamente cada apertura, abanica a 11 toleteros por cada base por bolas que le negocian. Su desempeño se ha convertido en una de las claves para que los Mets sean los líderes de su división y se ubiquen como el segundo mejor staff de lanzadores en la Gran Carpa.

En la actual temporada, hay una carrera de diferencia entre deGrom y el segundo lugar en el departamento de rayitas aceptadas, su mejor año hasta el momento fue en 2018, cuando su efectividad quedó en 1.70.

Quizá al bat no ponga el espectáculo como Shohei Ohtani, pero también ha respondido con 12 imparables en 29 turnos, ha remolcado seis carreras, el mismo número que le han hecho cuando sube al montículo.

Jacob deGrom comparte con Fernando Valenzuela el promedio de carreras permitidas después de 72 entradas, el ‘Toro’ tenía el mismo número que el derecho de 0.50 cuando deslumbró en su año de novato en 1981, la diferencia es que el elemento de los metropolitanos dejó esa marca en cuatro apariciones más sobre la lomita de las responsabilidades.

Con mejores números que en sus dos campañas de CY Young, el derecho va enfilado a su tercer cetro y esta vez también se encuentra en la conversación al premio de Jugador Más Valioso. Por ahora su enfoque está en volver a la postemporada, etapa a la que llegó Nueva York por última vez en 2015, cuando perdieron la Serie Mundial. Mantener el ritmo y la salud serán los primeros dos obstáculos.

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