Por Javier Juárez

Foto: Isaac Ortíz | Mexsport

Ni quién le diga algo a Gerardo Martino. Rogelio Funes Mori pulverizó cualquier crítica por su llamado en cuatro minutos. Tampoco es para crecerlo. Nigeria no representó ningún peligro para México. Las Súper Águilas jugaron con futbolistas de su liga local, todos jóvenes con escasa experiencia internacional. La mezcla fue perfecta para el debut soñado de Rogelio. El revuelo que se generó semanas atrás, por ahora está apagado.

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Las luces las tuvo que compartir Funes Mori con Héctor Herrera. El Zorro se puso el gafete de capitán y llevó a buen puerto el navío mexicano. El jugador del Atlético de Madrid cooperó con dos goles de los cuatro que le metió México a los africanos.

El jugo que le pudo sacar el Tata al juego es poco. Nigeria cumplió el compromiso, cobró y nada más.

El partido le sirve al Tricolor para generar confianza en el grupo luego de meses difíciles. Estados Unidos les ganó a los aztecas la Nations League y eso provocó mucha molestia. Eso, las multas, el veto en el estadio Azteca y discrepancias con las listas de Martino crearon un ambiente turbio.

Héctor Herrera en 120 segundos provocó que todo se olvidara. El jugador del Atlético de Madrid entró sin marca y definió a un costado de Stanley Nwabali. Los paisanos que asistieron al Memorial Coliseum celebraron la anotación.

La gente se encontraba en pleno festejo y rápido llegó el segundo gol. Chucky Lozano le pegó mal al balón, pero el destino decidió que le cayera a Funes Mori. El argentino impactó el esférico y entró a la historia del futbol mexicano. El plantel llegó a abrazarlo. Esa imagen confirmó que el morbo está afuera, en el interior todos lo arroparon desde su primer día en el CAR.

México se sintió cómodo, se conformó y bajó las revoluciones.

Martino ocupó el juego para probar a jugadores poco habituales como Gilberto Sepúlveda, Osvaldo Rodríguez y Erick Gutiérrez. En la portería, como lo adelantó, ocupó a Alfredo Talavera. El portero de Pumas tuvo una noche placentera. Anayo Iwuala tuvo destellos, pero careció de acompañamiento. Uche Onwuasoanya y Charles Atshimine no pudieron hacerle segunda.

Nigeria no registró tiros a la portería en el primer tiempo. México disparó cuatro veces y cobró siete tiros de esquina. El Tricolor estuvo encima siempre.

Rogelio Funes Mori enseñó que tiene características similares a Raúl Jiménez. El argentino sirvió de poste, le filtró un balón a Hirving Lozano y en la continuación de esa jugada Héctor Herrera, sin portero, pudo marcar su doblete.

Luego de eso los anotadores salieron. Funes Mori recibió aplausos de la gente. Su presentación fue buena.

El Tata le dio minutos a Efraín Álvarez, Jonathan Dos Santos y Orbelín Pineda. Martino busca revulsivos para la Copa Oro.

Nigeria también cambió piezas. El cansancio les afectó a varios elementos. Los nuevos futbolistas entraron frescos y con su velocidad les causaron algunas complicaciones a México.

El partido cayó. Los roces fueron más que las jugadas en las áreas. Carlos Salcedo fue el que más se encaró con los elementos de las Súper Águilas.

El Tricolor se conformó con el 3-0, pero los cambios entraron con la idea de mostrarse.

México aceleró. Erick Gutiérrez, de los mejores del juego, le filtró el balón a Jonathan Dos Santos y el del LA Galaxy marcó en su ciudad.

Lo que faltó fue esperar el final del partido. Anayo Iwuala siguió como el futbolista más lúcido de Nigeria, agotó su tanque de gasolina, pero lastimosamente no tuvo recompensa a su esfuerzo.

El cansancio tiró a las Súper Águilas, el largo viaje de casi 20 horas y el ritmo del partido les pasó factura.

Nigeria bajó su escudo. Jesús Gallardo tuvo la última ocasión para marcar el quinto tanto, sin embargo, le pegó mal al balón y dejó ir una ocasión clara.

Oliver Vergara ofreció algunos minutos extra, pero no pasó más. México cerró un juego cómodo. Las Súper Águilas como sparring quedaron a deber.

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