Brian Sales

Foto: Luis Garduño

A pocos días de poder hacer su debut en los Juegos Olímpicos, la delegación de futbol dejó el país y partió rumbo a Tokio en un vuelo de poco más 16 horas de duración. Lo hicieron de forma cautelosa, sin declaraciones.

Antes que ellos llegaron las maletas en las que van los sueños de regresar con una medalla olímpica, algo como lo que se logró hace unos años en Londres. En una de las bolsas de cada maleta, los futbolistas también metieron un detalle personalizado que las familias les hicieron llegar como forma de motivación y despedida.

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Después de una pandemia de Covid-19 que obligó a postergar los Juegos Olímpicos, la cita está pactada para el próximo 22 de julio. Ese día México no va a dormir. Muchos estarán pegados a su televisor pese al horario poco normal para el continente americano. En punto de las 3:00 AM, el balón rodara y las ilusiones comenzarán con el partido inaugural de su grupo ante Francia. Antes, tendrán una última prueba ante Nueva Zelanda, ya en Tokio.

El segundo partido será ante los nipones. Dentro del seno del Tricolor saben que no pueden tener ningún exceso de confianza, sobre todo porque Francia representa el más grande reto aún on sus figuras estelares, pero con refuerzos del calibre de Florina Thauvin y André Pierre Gignac. Ya para la despedida de la fase de grupos, el encuentro se disputará ante Sudáfrica. A lo largo de la historia, la diferencia entre físicos con los africanos siempre llama la atención, por lo que Jaime Lozano espera llegar clasificado a la siguiente fase y evitar alguna sorpresa ante los anfitriones del Mundial del 2010.

El contingente de la Selección Mexicana también lleva las ilusiones extra de exportar jugadores mexicanos al viejo continente. Tipos como Luis Romo, Erick Aguirre y Johan Vásquez, saben que es una gran oportunidad de mostrarse, lucirse y llenarle el ojo a los visores de todo el mundo que prestarán su atención al torneo Sub-23 dentro de la justa olímpica. Aunque ya se habló del supuesto interés por parte de equipos relevantes en Europa, este torneo puede significar la consagración y la mejor oportunidad de sus vidas para trascender dentro del fútbol.

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Así, con la maleta llena de ilusiones, esperanzas y buenos deseos por parte de sus familiares, el Tricolor dejó el país en busca de una medalla olímpica y se embarcó en un viaje de poco menos de 16 horas hacia el oriente. Las olimpiadas están por llegar a su fin y arrancará una de las justas más competitivas e importantes del mundo para cualquier atleta de alto rendimiento.

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