Foto: AFP

La idea de la utilización de camas de cartón en la Villa Olímpica de Tokio 2020 explotó en las redes sociales. La medida, en un principio, se consideró como una estrategia del comité organizador para construir unas camas antisexo y así evitar la intimidad entre los atletas, sin embargo, la realidad es que todo es parte de un plan para hacer de estos Juegos Olímpicos los más sustentables de la historia.

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Las camas de cartón son una de las apuestas más fuertes para poder reutilizar en un futuro las 18,000 camas que se utilizarán en la Villa Olímpica durante este verano. Creadas por la empresa japonesa Airweave, pueden resistir hasta 200 kilos y están perfectamente calificadas para soportar movimientos bruscos, además del complemento de colchones modulares que se adaptan a todo tipo de cuerpos, permitiendo el correcto descanso. Las bases, hechas de materiales biodegradables, permitirán darle vida a un producto que en otras circunstancias estarían condenados a la inutilidad.

Este tipo de camas de cartón también se han utilizado en otros ámbitos, no sólo el deportivo. En los últimos meses, por ejemplo, algunos hospitales han hecho uso de ellas ante la demanda de camas por el incremento de casos de Covid-19; su fácil armado y accesible costo, hasta cuatro veces menor que las camas convencionales, además de sus materiales reciclables, son sus principales características.

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GUADALAJARA 2011, PIONEROS

Aunque ahora parezca una novedad, la realidad es que los grandes eventos deportivos llevan tiempo estudiando la forma de generar un impacto positivo en el medio ambiente.

Ya en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 se utilizó el cartón para amueblar la villa donde se alojaron los atletas del continente.

En aquel entonces, las sillas y las mesas que se utilizaron tanto en las habitaciones y el comedor contaban con una base de cartón reciclable.

EL DESTINO DE LAS VILLAS

Otra de las preocupaciones de los Comités Organizadores es encontrarle vida útil a las Villas Olímpicas una vez que los juegos llegan a su final. Ha habido casos en los que los edificios quedan en completo abandono, lo cual también es una forma de contaminación. Hay otras, sin embargo, en las que las edificaciones se han convertido en complejos habitacionales. Tal es el caso de la Villa Olímpica de México 1968, en la que los 904 departamentos, distribuidos en 29 edificios, fueron puestos a la venta. Lo mismo ocurrió con las villas de Barcelona 1992, Londres 2012, Río 2016 y muchas más.

En el caso específico de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se tiene pensado que las 23 torres que dan brillo a la bahía de Tokio se conviertan en 4,000 departamentos de lujo. Muchos de ellos incluso ya fueron vendidos.

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