Con la tecnología de Google Traductor

Mira

29, julio 2021 - 16:31

┃ AFP

Olympics: Tokyo 2020 Venues

FOTO: REUTERS

Usain Bolt se retiró tras el Mundial de Londres 2017, pero su adiós a los Juegos Olímpicos había llegado un año antes, en Rio-2016, donde volvió a ser el héroe de la pista. En Tokio-2020, una nueva generación busca seguir la estela de la estrella jamaicana.

En los últimos años, el atletismo busca sucesor y todavía no lo encuentra.

En la velocidad no ha surgido una figura que pueda ni acercarse al halo mediático de Bolt y sus ocho oros olímpicos, pese a los logros de figuras como el estadounidense Noah Lyles (oro mundial en 200 y 4×100 metros en 2019) o Trayvon Bromell, que con 9.77 ha sido el más rápido en este 2021 en los 100 metros.

La atención se ha desplazado en cierta forma a otras pruebas que habían quedado en un segundo plano y donde sí han surgido en las últimas temporadas grandes estrellas que baten récords del mundo o están a la caza de ellos.

“Me hacen a menudo la pregunta de a qué se parece el deporte después de Bolt. Parece que tiene buena salud en una amplia gama de disciplinas del atletismo”, afirmó el presidente de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) el martes en Tokio, en una entrevista con las agencias de prensa internacionales.

Un síntoma de esa buena salud son los 400 metros vallas, uno de los platos fuertes de Tokio-2020.

El noruego Karsten Warholm (25 años), ganador de los últimos dos títulos mundiales, buscará su primera medalla olímpica y lo hará con la confianza por los nubes tras batir a principios de este mes en Oslo el récord del mundo con un crono de 46 segundos y 70 centésimas, derribando una plusmarca que estaba en pie desde los Juegos de Barcelona-1992.

El mérito de Warholm es todavía mayor teniendo en cuenta que compite contra rivales con marcas espectaculares como el estadounidense Rai Benjamin, el catarí Abderrahman Samba o el brasileño Alison Dos Santos.

YULIMAR ROJAS, UN ORO MUY PROBABLE

Pero la gran esperanza del atletismo latinoamericano en Tokio-2020 será sin duda la venezolana Yulimar Rojas, plata olímpica del triple salto en Rio-2016 pero dominadora absoluta del ciclo olímpico que ha conducido a Japón, con dos títulos mundiales (2017 y 2019).

“Estoy muy contenta de estar aquí en Tokio, de estar en mis segundos Juegos Olímpicos, con ganas de darlo todo y de dejar a mi país en alto”, dijo en un vídeo el pasado sábado tras aterrizar en Japón.

A sus 25 años, Rojas no tiene rival en su prueba y el oro parece reservado para su cuello.

La pupila del mítico exsaltador de longitud cubano Iván Pedrosa aspira además en Tokio a batir el viejo récord mundial de la ucraniana Inessa Kravets (15,50 m), al que se ha ido acercando. En mayo llegó a 15,43 metros, firmando la segunda mejor marca de la historia.

El que sí batió dos veces el récord del mundo en cuestión de días a principios de 2020 fue el saltador de garrocha sueco Armand Duplantis, que lo dejó en 6,18 metros en pista cubierta.

“En un mundo de ensueño, me gustaría ir allí y ganar con un récord del mundo, hacer algo legendario para los Juegos Olímpicos, pero son mis primeros Juegos, solo quiero ganar. Eso es lo que tengo en mente”, afirmó el saltador de 21 años, que creció en Estados Unidos.

EL RETO DE SIFAN HASSAN

Otro nombre llamado a ser protagonista en Tokio-2020 es el de la neerlandesa Sifan Hassan, que persigue un histórico triplete de oros en 1.500, 5.000 y 10.000 metros.

La jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce aspira a conseguir un tercer oro olímpico en los 100 metros, mientras que el ugandés Joshua Cheptegei será el hombre a batir en 5.000 y 10.000 metros.

Solo 18 de los ganadores del oro en las 43 pruebas individuales del atletismo de Rio-2016 estarán en Tokio para defender sus coronas, lo que abre el abanico de posibilidades y garantiza un aluvión de nuevos campeones olímpicos.

El 8 de agosto, cuando el atletismo y los Juegos de Tokio bajen el telón se sabrá si alguien ha sido capaz de presentar su candidatura al trono vacante del añorado Bolt.