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Mira

5, agosto 2021 - 14:36

┃ Fernando Schwartz

Salvador-Sobrino

Fernando Schwartz

FOTO: Marko Djurica | Reuters

La madrugada de este jueves, Gabriela Agúndez se quedó en cuarto lugar de la final de clavados en los juegos Olímpicos de Tokio 2020 y fue superada por la australiana, Melissa Wu, quien ganó la medalla de bronce gracias a Salvador Sobrino, su entrenador de clavados y quien decidió dejar México por una falta de inseguridad por parte de la Federación Mexicana de Natación.

“Tenía problemas con mi contratación, había incertidumbre y de esto vives, al fin y al cabo es tu trabajo y tú quieres tener una seguridad y entonces a mí no me brindaron esa seguridad en ese momento por parte de la federación entonces yo me sentí un poquito casi casi obligado a aceptar la posición que me ofrecían en Australia y me ofrecían una posición con muy buen salario y con muy buenas cosas entonces yo la acepté”, dijo el instructor.

Además de aclarar el motivo de su salida, Sobrino confirmó que le hubiera gustado seguir en México; sin embargo, en Australia le han demostrado que valoran su trabajo y él es un profesional.

“Por eso que nos vamos, no nos vamos porque queremos irnos, a mí me hubiera gustado seguir trabajando en México y estar con los mexicanos pero somos profesionales y a eso nos dedicamos, en Australia me han tratado de una manera increíble, me han dado todo el apoyo y han valorado mi trabajo”.

Respecto a colegas en otros deportes como Óscar Salazar, Salvador dio su opinión de lo que hizo con el equipo de Taekwondo de Egipto.

“Yo sí me enteré de la medalla de Egipto (con el entrenador Óscar Salazar) como la tiradora de arco que ahora compite por Holanda (Gabriela Bayardo), esas cosas ya deben de parar y deben dejar de suceder y siento que es importante mantener esos talentos, que se queden en México”.

 

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Por otra parte, Salvador Sobrino habló sobre la competencia tan difícil que fue para Melissa Wu y él, ya que las clavadistas mexicanas Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez, no pusieron las cosas nada fáciles, además de estacar el talento nato de los mexicanos en los clavados.

“Cualquier medalla olímpica es algo increíble, son muy escasas y muy difíciles de agarrar, a mí me tocó esta vez y fue una medalla muy difícil porque la mexicana Gaby y la norteamericana estaban muy pegadas y tuve la suerte de que me tocó a mí”.

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