Ivonne Almaraz

Foto:  Isaac Ortiz | Mexsport

No fue la fiesta esperada, faltó diversión, más goles, sin embargo, terminó por ser un feliz cumpleaños para los Rayos. Necaxa celebró 98 años, jugó en casa y un chispazo de Luis García bastó para encender la vela y lograr el triunfo. Los de Aguascalientes recibieron a Bravos y el Victoria retumbó, pues la afición no se quedó atrás y se unió al emblemático triunfo que resultó el tercero para los rojiblancos.

La propuesta de los rojiblancos no dio pie a los titubeos. Desde que la pelota rodó, hicieron todo por ser protagonistas del juego. Paradójicamente los delanteros necaxistas fueron más claros y le provocaron dolores de cabeza a la zaga juarense, y es que la movilidad de Alejandro Zendejas, en conjunto con la presencia de área de Mauro Quirorga preocuparon a los defensores visitantes.

La primera intervención de Hugo González fue a un disparo de media distancia del ‘Oso’ González. El arquero de los fronterizos se estiró cuan largo para evitar que la bola lo techara y se fuera al fondo. Los Rayos comenzaban a tocar a puerta.

Bravos intentó responder, sin embargo, la falta de comunicación les impidió crear e hilar más de tres pases, situación que llevó al ‘Bigotón’ a ponerse de pie para gritarle a sus pupilos, quienes mostraron preocupación al ver la reacción de su estratega.

El partido ofreció en sus primeros 45 minutos algunas emociones, pero faltaba la más importante, por lo que todo apuntaba a que esta podría venir hasta el complemento. Mientras tanto, se fueron al descanso con par de roscas en la pizarra.

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Para el complemento, Memo Vázquez fue el primero en hacer modificaciones. El timonel de los locales apostó por Alan Medina y Luis García, quienes apenas entraron al rectángulo verde y cumplieron en fortalecer la media cancha.

El balón parado se convirtió en la mejor arma de los Rayos, fue ahí que, en la agonía de la recta final, la promesa de anotación no quedó en eso y se cumplió.

González cobró desde la izquierda y puso un ligero pase para Luis García, quien recibió, encaró a González y disparó. ¡Gol! La fiesta estaba ahí.

Juárez vivió una completa agonía en la recta final e intentó igualar la pizarra, pero el tiempo ya no le dio. Quintero silbó y no hubo más. Necaxa cumplió.

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