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5, septiembre 2021 - 6:30

┃ Marysol Fragoso

Paola San Román

Marysol Fragoso

Fotos: Luis Garduño

Cuentan las leyendas de varios pueblos de la antigüedad como el egipcio, el chino y el hindú, así como un pasaje de La Biblia, que existe un ave con plumaje y con cualidades inigualables llamada Fénix, la cual renació tras haberse quemado. A partir de entonces se convirtió en el símbolo del poder, la sabiduría, la belleza y la transformación personal.

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Una historia similar acontece en pleno siglo XXI en la persona de la matadora de toros mexicana Paola San Román, quien el pasado 24 de diciembre de 2020, quedó envuelta en llamas, junto con varios miembros de su familia, tras una explosión, producto de una fuga de gas, en la casa de su abuela.

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Nueve meses después del percance, en el rancho de su familia, en San Miguel de Allende, va superando este trance que a la postre le costó la vida a su abuela Rosa María González y su tía Diana; que la mantuvo a ella y a su padre en el hospital, con quemaduras de tercer grado, y al que se sumó, en marzo, el fallecimiento de su abuelo el matador Ernesto San Román ‘El Queretano‘, debido a un infarto.

Demasiado dolor para la joven Paola San Román, quien, no obstante, renace cual Ave Fénix y alista nuevas metas que tienen por objetivo lograr confirmar la alternativa en la Monumental Plaza México, para lo cual, prepara una próxima reaparición oficial.

“Ha sido una etapa durísima emocionalmente para mí y me ha costado mucho superarla pues han sido muchas las pérdidas de personas amadas en muy corto tiempo. Me enfoco en pensar que todos tenemos que morir, que todos vamos para allá y así es como he podido avanzar”, dijo en exclusiva para ESTO, esta torera de la dinastía San Román.

“El toreo me ha ayudado a recuperarme. El toreo me alivia todos esos dolores porque si bien es cierto que al principio no podría asimilar lo sucedido y no quería saber nada de nada; cuando empecé otra vez a practicar el toreo me di cuenta que me ayudaba bastante para  desahogarme porque me mantiene con la cabeza ocupada”, comentó.

“Cuando volví a entrenar, aún tenía los brazos vendados, no podía doblar completamente los dedos de las manos, pues sufrí quemaduras muy graves ahí y también en la cara, pero tenía que probarme que era capaz de volver a hacerlo. Sigo teniendo miedo a la muerte ya que me quemé por completo, gracias a mi papá que me abrazó con su chaleco, me apagó. Ese día viví y contemplé cosas muy fuertes”.

Agregó: “La preparación previa a cuando lidié el primer toro a puerta cerrada -tenía como 460 kilos-, fue  muy importante, pues mi condición física ya no era la misma, en especial por el humo que respiré durante el incendio”.

Avanzó luego a torear dos festivales privados: “Corté dos orejas en cada festival, ante novillos que no fueron fáciles y me dio mucho gusto haber sido capaz de resolver de muy buena manera delante de esos astados. Salí adelante y mi alma descansó. Ahora tengo un hermoso encierro para reaparecer en cuanto las autoridades permitan hacer corridas, tras la baja de la pandemia”.

Como se recordará, durante su etapa novilleril Paola fue puntera en el escalafón. En 2014 toreó 20 festejos en los que cortó 18 orejas. Más adelante, entre el 1 de enero  y el  9 de mayo de 2015, toreó otras 25 novilladas en las que cosechó 32 orejas, dos rabos y logró un indulto. Recibió la alternativa el 16 de mayo de ese año. Posteriormente, sólo toreó otra corrida en Tetepango, donde cortó dos orejas.

En 2016, toreó tres tardes; una en 2017 y 2018, respectivamente. Para 2019 logró sumar siete y se fue de vacío en 2020, debido a las restricciones por el Covid-19.

“Como novillera toreé muchísimo, aunque como matadora las cosas se han complicado, pues no he toreado al ritmo de antes de recibir la alternativa, por lo que estoy entrenando con muchísimas ganas para que se me abran las puertas como antes. Daré un paso al frente para cortarle las orejas a los toros, me faltan un poquito de oportunidades para lograr ese arranque”.

Finalizó al señalar: “Ahora que soy matadora tengo un toreo diferente, con más técnica para hacer faenas más puras, con un toreo que me sale del alma, que expresa lo que traigo dentro y que no consigo expresar en alguna otra actividad. Tengo muchas ilusiones nuevas y espero que me vayan a ver torear y que lo disfruten”.

La saga San Román

El decano de esta dinastía es Agustín San Román Sandoval, novillero que nació el 29 de mayo de 1934. Es hermano de Ernesto San Román Sandoval ‘El Queretano’ y de Jorge San Román Sandoval. Se presentó en la Plaza México el 23 de julio de 1963, ante novillos de Rancho Seco.

Ernesto San Román Sandoval ‘El Queretano’, nació el 17 de febrero de 1946. Tomó la alternativa el 19 de febrero de 1967, en Querétaro. Confirmó en España, el 30 de agosto de 1970. Luego en la Plaza México, el 28 de febrero de 1971.Falleció el 8 de marzo de 2021, a la edad de 75 años. Es padre de Ernesto San Román González (ex novillero) y abuelo de la matadora Paola San Román.

Jorge San Román Sandoval fue novillero, falleció en días pasados. Es padre del matador Jorge Antonio San Román Rodríguez, quien murió  en un accidente automovilístico en agosto de 2013.

Óscar San Román (hijo de Agustín San Román Sandoval). Es un matador de toros que recibió la alternativa en la plaza Santa María, en Querétaro, el 25 de diciembre de 1991.

Además, en esta saga se cuenta a los matadores Juan Carlos Galván San Román y Gerardo San Román, por parte de la hermanas de “El Queretano”. Les siguen la matadora Paola San Román y su primo el novillero Diego San Román Orozco (hijo de Oscar San Román), quien nació el 10 de noviembre de 1995.

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