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Mira

8, septiembre 2021 - 20:58

┃ Javier Juárez

Tecatito Corona

Javier Juárez | Enviado especial

Foto: Érik Estrella | Enviado especial

México encontró resistencia. Si pensaban acercarse a Qatar a través del Canal de Panamá se equivocaron. Los verdes tienen que buscar vías alternas. Los canaleros les enseñaron a los tricolores cómo se juega un octagonal y les sacaron un empate. El Tricolor tuvo una versión irregular en el Rommel Fernández y se confirmó que los países centroamericanos dejaron de tenerle miedo al gigante.

El respeto se mantiene, pero los jugadores con el escudo del águila en el pecho no los intimidan. El 1-1 fue lo más razonable. Los dos contrincantes terminan invictos la primera parte de las eliminatorias y se acercan al boleto. México no despeja las críticas.

Panamá jugó como si fuera su última oportunidad para estar en Qatar 2022, eso se vio, la marea roja encimó a los verdes hasta ahogarlos. El ímpetu canalero provocó la lesión inmediata de Adalberto Carrasquilla. Los panameños perdieron a un soldado, pero el resto del batallón siguió intenso. Alberto Quintero se paró frente a Ochoa, le pegó al balón, pero Memo se interpuso y mandó el esférico al tiro de esquina.

México era la presa y su cazador no lo dejó respirar. Panamá asfixió a todos los jugadores de playera blanca.

Tanta presión les dio frutos a los locales. Los canaleros vulneraron a Memo Ochoa de manera merecida. El portero mexicano recibió su segundo gol en el octagonal. Rolando Blackburn lo superó. El delantero del Strongest reaccionó más rápido que Néstor Araujo y se barrió para provocar el estallido del Rommel Fernández.

Panamá enseñó cómo sus ganas de asistir a su segundo Mundial, se evidenció en cada barrida, aceleración o tiro a la portería. Por eso estaban invictos y en segundo lugar de la tabla pisándole los talones al Tricolor.

Los canaleros supieron que en caso de tumbar al gigante se iban al primer lugar y sus probabilidades de estar en Qatar iban a crecer.

El Tricolor sufrió mucho. Jesús Manuel Corona sacó un tiro de lejos, la parábola iba al ángulo izquierdo, pero Luis Mejía tocó el balón con la mano y lo mandó a tiro de esquina.

Esa fue la ocasión más clara de los aztecas. El resto poco
Panamá empapó su playera. Nadie bajó el ritmo. Lo único que los frenó fue un breve descanso. Ellos no lo necesitaban, pero tuvieron que hacerlo.

Jorge Theiler puso a calentar a Sebastián Córdova, Henry Martín y Uriel Antuna, ellos no entraron al vestidor.

Los cambios eran de esperarse. Henry tomó el lugar de Funes Mori, Rogelio ofreció otro juego opaco y su convocatoria vuelve a debatirse entre la gente. Andrés Guardado entró a ponerle experiencia al juego y Córdova habilidad.
México tocó puerta. Luis Romo tiró en el área, pero Luis Mejía reaccionó y desvió el remate.

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Thomas Christiansen le movió al tablero. César Yanis y Eduardo Guerrero entraron a correr y seguir la asfixia que les funcionó.

Panamá agotó todo el combustible. Los olés se escucharon en la tribuna. Las goleadas de México a los canaleros en eliminatoria son cosas del pasado.
Córdova probó por tercera ocasión a Mejía y el resultado fue el mismo, manotazo y fuera.

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La cuarta fue la vencida. El Tecatito Corona tomó un balón suelto en el área y lo puso lejos de Mejía, el portero canalero no pudo detener otro tiro más.
Panamá quiso retomar la ventaja, pero el tiempo se diluyó y los puntos terminaron repartiéndose.

México rescató el empate y sigue líder, no con su mejor versión.

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LA AFICIÓN MEXICANA ESTUVO PRESENTE EN EL ROMMEL FERNÁNDEZ

En medio de una marea roja que arrastra todo a su paso destacaron los colores verdes, blancos, rojos y el rosa mexicano que el patrocinador del Tricolor a impuesto en la playera. Los paisanos están en todos lados. La presencia en el Rommel Fernández de aficionados aztecas era de esperarse. La distancia y los protocolos sanitarios no impidieron que se trasladara un nutrido grupo y entraran al mítico estadio.

El Caramelo y el Chapulín Colorado son los seguidores que no faltan, sin embargo, no fueron los únicos, paisanos de Guadalajara, la CDMX, León, Toluca e incluso Monterrey, estuvieron en el lugar.

Los tonos rojos fueron más, era lógico, pero el ruido de las matracas mexicanas se escuchó en el coloso de Juan Díaz. Los aficionados locales recibieron de buena manera a los paisanos.

La guerra fue de porras nada más. El grupo de animación Corazón Azteca llegó a la entrada principal del lugar y de inmediato llamó la atención con una manta tricolor. Los integrantes de la Extrema Roja se acercaron y comenzaron los cánticos. El grito de “México, México, México contra el de Panamá, Panamá, Panamá”.

Las típicas máscaras también estuvieron presentes, la del Santo, la popular del Escorpión Dorado y clásicas como la del Blue Demon. La pandemia obligó a que no asistieran más seguidores, regularmente son miles, pero en esta ocasión al tanteo se observaron a doscientos paisanos.

Las playeras de Chivas fueron las que más se notaron, de Tigres hubo, Cruz Azul, incluso de León y Necaxa.

Los puestos de alimentos ofrecieron empanadas, hot dogs y carne asada, todo a un balboa o un dólar, vale lo mismo.

Los mexicanos convivieron sanamente con los locales. Los canaleros fueron respetuosos con los visitantes, hasta fotos e intercambio de pensamientos sobre el juego se dieron. Panamá le tiene respeto al Tricolor, pero siempre le apostaron a un triunfo de su selección.

El estadio no lució la entrada esperada. El estadio fue abierto a un 80 por ciento de su capacidad, sin embargo, se notaron muchas bancas vacías. Los asistentes debieron ser entre 17 y 18 mil. Una porción la aportaron los mexicanos.
México siempre tiene cobijo hasta en la parte más desconocida de mundo.

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