Rubén Beristáin

Fotos: Oswaldo Figueroa

Chivas camina solo, pero con un toque de apoyo incondicional. Un sector de su afición le dio la espalda y tomó una dolorosa distancia con el equipo. El mal momento del Rebaño Sagrado en el Grita México A2021, con sólo un triunfo en sus últimos cinco partidos, lejos de los primeros lugares y un funcionamiento que ha dejado mucho que desear con el técnico Victor Manuel Vucetich, logró lo que hasta hace un tiempo era impensable: un recibimiento en la CDMX no tan numeroso, pero sí muy pasional.

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La Barra Insurgencia, caracterizada como la que pone la fiesta en el aeropuerto con cientos de aficionados, se quedó en casa.

La capital no se pintó totalmente rojiblanca. Esa costumbre quedó para otra ocasión. Los murmullos, gritos y festejos fueron ligeros. El conjunto tapatío no está para un festín completo. Los cánticos no retumbaron. Las banderas, tambores y trompetas se quedaron guardados. Un día antes fue anunciado en sus redes sociales y este sábado por la tarde lo cumplió. “Nos hemos cansado de aplaudir sus derrotas, de enviar a saco roto todas nuestras palabras de aliento y exigencia. Nos han prometido mejores resultados, pero hasta ahora no hemos visto mejoría”, fueron las palabras que desplegó el sector lleno de hartazgo por los malos resultados.

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Algunos no tomaron en cuenta las indicaciones del grupo de animación. Tal vez no se enteraron o su pasión pudo más. Los infaltables y más fieles no abandonaron. Cerca de 85 aficionados hicieron acto de presencia para recibir al equipo de sus amores y hasta hicieron el famoso pasillo rumbo al camión.

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Los primeros en salir fueron Alejandro Mayorga y Miguel Ponce, ambos custodiados y con saludos lejanos. Después Oribe Peralta apareció y el apoyo sonó. “Venga Oribe, tú puedes”, pudo escucharse.

Antonio Briseño siguió con el desfile. Jesús Angulo quiso pasar desapercibido, pero no pudo. En cuanto el Canelo fue reconocido, varios lo abordaron. Isaác Brizuela siguió.
Jesús Molina fue de los más asediados. El mediocampista incluso se dio el tiempo de regalar autógrafos a americanistas y rojiblancos por igual.

Al final de todos apareció el Rey Midas. Los abucheos no aparecieron, tampoco el “Fuera Vuce”. Varios fanáticos le demostraron su respaldo a Víctor Manuel en que podrá ser quien saque a la institución adelante.

La pasión no faltó, fue sincera, pero a cuenta gotas. De Chivas depende si continúa o si también decepciona a sus más fieles.

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