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Mira

24, febrero 2015 - 16:09

┃ José Ángel Rueda

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Por José Ángel Rueda

Partidos curiosos los que se viven en la Champions League. Sólo el futbol de élite es capaz de dejar semejantes demostraciones en las que los dos equipos implicados se van a casas con sentimientos encontrados. Sí, Barcelona y Manchester City deben estar contrariados. Los catalanes por no haber podido liquidar la eliminatoria tras un primer tiempo espectacular y un penal errado por Messi en el último minuto, y los de Manchester, por no conseguir un empate que, después de un gran segundo tiempo, bien pudo ser merecido. Al final, el Barça se lleva un 2-1 a favor al Camp Nou, buen resultado, sin embargo, visto lo visto, demasiadas cosas quedan por definir.

Las lanzas europeas suelen tardarse en romper cuando la vida está en juego, cuestión de Octavos. La estrategia anunciada por Pellegrini en la que declaraba abiertamente la guerra por la pelota quedó muy pronto en intento. Con el partido lento y trabado, el equipo blaugrana monopolizó el esférico y se dedicó a tocar para sentirse seguro. El City defendió sin complicarse y así se fueron los primeros minutos.

Sin mayor movilidad, el Barcelona descubrió un espacio por la banda izquierda y con Neymar de bandera anunció dos veces. Simple engaño. A los 17 minutos, Messi, bien clavado en la derecha, descubrió la fórmula y centró el balón, Kompany intentó despejar pero erró en el contacto, situación que Suárez aprovechó y fulminó a un Hart sin opciones.

Con el resultado a favor, el equipo de Luis Enrique interpretó su mejor futbol. Con toques rápidos se quitó la presión de un City que quiso despertar pero no pudo. Con Messi como motor, el Barca generó llegadas, como descubriendo algún resquicio que en el futuro habría de ser fundamental.

Y así fue, Rakitic condujo el balón desde medio campo y encontró a Messi en el mejor lugar. El argentino rompió la marca y aportó eso que en el futbol es fundamental. El desequilibrio fue suficiente para habilitar a Alba por la banda izquierda, el lateral aguantó lo necesario y, tras levantar la vista, centró raso el balón a Suárez para marca el segundo gol.

Con el banquete servido, los catalanes pudieron ampliar la ventaja, sin embargo, Hart sacó dos balones importantes en el mano a mano. El City se fue al descanso derrotado, pero hay revanchas, y eso lo saben bien.

Ya en el segundo tiempo, los del ingeniero construyeron un plan inapelable. Cuando el futbol falta, el corazón debe salir al rescate. Un inicio plagado de intensidad sacó a los locales del letargo y bien pudo conseguir el descuento, sin embargo, ni Dzeko ni Agüero lograron definir.

El City comenzó a presionar la salida y consiguió meter al Barcelona en su campo. Aquel plan no tardó mucho en dar resultado. En una gran jugada, Silva habilitó al Kun dentro del área y el argentino le dio vida a los ingleses, con una buena definición ante la salida de Ter Stegen.

Luis Enrique respondió con un cambio que cerró el medio campo. El técnico culé adelantó a Mascherano y recuperó el esférico. El tiempo transcurrió sin mayor sobresalto. Clichy se fue expulsado al ver la segunda amarilla tras una falta sobre Alves y el City parecía irse resignado con el 1-2 en contra.

Cuando todo estaba por terminar. Zabaleta cometió una falta irresponsable a Messi dentro del área y el árbitro marcó penal. El argentino pudo liquidar la eliminatoria, sin embargo, falló la pena máxima y en el contraremate erró de manera increíble con el marco vacío.

Lo decíamos, cosas curiosas las que deja la Champions League. El City se vio muerto y resurgió en cuestión de segundos. Será el Camp Nou quien defina al ganador.

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