Rubén Beristáin
Foto: Cortesía | @CruzAzul

Cruz Azul se conformó con muy poco. El toque acostumbrado de sufrimiento apareció en el estadio Caliente. El campeón se fue adelante con un gol de Luis Romo, después cedió el protagonismo y renunció al ataque ante el colero del Grita México 2021.

La apuesta finalmente le salió y sacó tres puntos valiosos que lo colocan cerca de los primeros lugares del torneo. Xolos, en cambio, no reacciona y sigue último. 1-0 final.

En la Frontera se vivió un duelo bastante desigual para cerrar la jornada. El campeón, con todo y su bache futbolístico y el orgullo herido, visitó al sotanero del torneo. En el papel los Xolos eran un rival cómodo para que Cruz Azul retomara el buen paso.

Xolos fue la víctima. Ni siquiera presentó un cuerpo técnico oficial tras la destitución de Robert Dante Siboldi. Una hora antes del cotejo y se desconocía ese rubro. Fueron tres auxiliares y entrenadores de fuerzas básicas los que tuvieron que entrar al quite. Ignacio Palau, Ildefonso Mendoza y Cirilo Saucedo estuvieron en el banquillo fronterizo, con el objetivo de cambiar un poco la grave situación de la institución.

Qué mejor forma de aprovechar esa situación para La Máquina ante un equipo sin proyecto, ni pies ni cabeza. Por eso Juan Reynoso mandó prácticamente a su mejor cuadro. Jonathan Rodríguez fue la única ausencia de peso. El Cabecita no está en su mejor forma y el peruano decidió usarlo como revulsivo de lujo.

Santiago Giménez y Bryan Angulo se encargaron del ataque cementero.

Tijuana se vio animado en el primer lapso del juego e incluso terminó algunas jugadas. Palau pidió agresividad y sus pupilos le respondieron. Eryc Castillo y David Barbona probaron al portero Jesús Corona, pero el capitán celeste no se exigió.

El estadio Caliente estuvo pintado completamente de azul. Los vestidos de rosado, por la campaña de prevención del cáncer de mama, parecieron visitantes. El “Azul, Azul” retumbó como si fuera el mismísimo Coloso de Santa Úrsula. Eso dio ánimo a los capitalinos y no tardaron en mostrar su mejor nivel. Cruz Azul apretó, reaccionó y hasta dominó.

Bryan Angulo avisó primero. Luis Romo se encontró con un balón a modo, pero no supo disparar. El campo artificial le jugó una mala pasada. Orbelín y Santi Giménez inquietaron a Jonathan Orozco, sin embargo, el balón se negó a entrar. El agobio visitante fue mucho y el festejo no tardó. Tijuana no supo ni que hacer. Fue desangelado, impreciso, incluso sin ánimos y eso lo pagaron caro.

Romo se encontró con el balón y se desquitó de su primer fallo. La zaga tijuanense le dio tiempo y espacio. El mediocampista midió su disparo y lo colocó fuera del alcance del guardián local. Orozco se estiró lo más que pudo, pero fue imposible.

El conjunto cementero se distribuyó bien, fue mejor. El balón fue controlado en su totalidad por los celestes. Orozco tuvo mucho trabajo. El seleccionado mexicano por el Tata Martino se puso a tono antes de tiempo.

Los canes quisieron ladrar, adelantaron líneas y ahogaron un poco a los cementeros. El empate estuvo cerca, pero el travesaño lo impidió. Vladimir Loroña cabeceó un centro preciso de Ortiz, sólo que el esférico se estrelló en el larguero. El monarca se salvó.

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El complemento cambió por completo. Entre que ningún equipo quiso adueñarse de las acciones, la visita cedió por completo la iniciativa. La Máquina le dio el protagonismo a su rival, se olvidó del ataque y de finiquitar el duelo , con todo y el ingreso de Cabecita Rodríguez. La alternativa que buscó Reynoso fue algún contragolpe letal y aprovechar la velocidad del charrúa, pero en ninguna ocasión ocurrió. Fidel Martínez entró por el lado del xolaje, pero no le puso tanta alegría.

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Xolos se fue al frente. Cruz Azul esperó, con el peligro de salir empatado del Mictlán. Corona lo evitó y le puso emoción. El guardián cementero detuvo un balón de forma espectacular cuando ya se cantaba en el recinto.

Cruz Azul aguantó como pudo y se llevó los tres puntos de la Frontera. Tijuana luchó, pero continúa como el peor de todos.

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