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25, febrero 2015 - 22:43

┃ Luis García Olivo

cro-futm-america-saprissa

POR LUIS GARCÍA OLIVO
FOTOS ÓSCAR RAMÍREZ
ENVIADOS ESPECIALES

TIBÁS.- El Ferrari azulcrema sufrió de más, le costó trabajo encender y más acelerar, pero en la curva final, Oribe Peralta y Pablo Aguilar se hicieron del volante y con ello de las riendas del partido ante un Monstruo morado, que estuvo para derrotar, pero la falta de puntería, agregada a la paciencia de los hombres de Gustavo Matosas terminaron por darle al triunfo y el eventual pase de semifinales a las Águilas del América en su visita al Saprissa al imponerse 0-3.

La receta le funcionó a Matosas, no le importó sufrir las embates del Monstruo y la agresividad de la Cueva, supo el minuto y el momento exacto para echarse el duelo a la bolsa, pues con la entrada de Pablo Aguilar y su replanteamiento de juego hicieron que las Águilas volaran en un hostil panorama. Así que medio pase está en la bolsa de los emplumados, ya que tres goles y todos en materia de visitante obligarán al Saprissa hacer un duelo perfecto en la vuelta para doblegar un marcador casi lapidario.

El Monstruo calló y fue más el vuelo del Águila, que con la paciencia está a nada de semifinales en la Concachampions.

SUSTOS

Poca generación de futbol, escasa adaptación a la cancha sintética y el juego basado en infinitas faltas, fue como el América vivió la recta final de la primera parte, por lo que a nada se quedó de ver perforada sus redes.

Y es que Saprissa aprovechó las condiciones de su localia y de su césped, así que poco a poco ganó terreno logrando encerrar a las Águilas, pero antes, en la primera media hora, el balón se disputó con mucha garra en el medio campo, mucho roce, bastante contacto y falta tras falta detuvieron las acciones. Sin embargo, el Monstruo obtuvo su par de sustos en los botines de Daniel Colindres, quien en la primera sacó a Moisés y tiró desviado, y en la segunda disparó suave para que Muñoz mandara a corner, sobresaltos que pusieron pelos de punta a Gustavo Matosas, pues su juego precavido sufrió más de lo esperado.

El sistema del América fue en busca de la igualada, el arriesgar de más no estuvo en Matosas a sabiendas que la serie finaliza en el Azteca. El 4-4-2 con cuatro incrustaciones que sorprendieron, plasmó que el empate le caería bien el América, pues apenas una franca llegada de gol por medio de Darwin fue lo poco que se contó a favor de las Águilas en los primeros 45 minutos.

Y esto pese a que regresó a la actividad, quien con pocos balones y un frío acompañamiento de Martín Zuñiga, algo de peligro pudieron hacer al frente. En tanto que a nivel defensivo, Goltz, Aguilar, Ventura y Osmar sufrieron más de lo esperado en dicho lapso, sin salvarse del mediocampo liderado por Osvaldito que con Pimentel, Guerrero y Velasco no frenaron al rival.

RÁPIDO Y FURIOSO

Y cual calca del final de la primera parte, Saprissa comenzó a tambor batiente el complemto y una vez más América se quedó a nada de verse abajo en el marcador. La poca puntería de Colindres, aunada a la buena labor de Moisés Muñoz impidió que los de casa se fueran al frente.

En jugada elaborada de Ariel Rodríguez y en contrarremate de Colindres, el balón pegó en uno de los palos. Enseguida, el mismo Ariel probó a Moi y el meta azulcrema recordó su actuación como la vivida contra los Pumas y respondió con soberbia atajada.

Al ver que el Saprissa apedreó el terreno emplumado, Matosas replegó a sus hombres con línea de cinco en busca de que no le anotaran, pues ingresó a Pablito Aguilar, desatando más cuidado en la parte de atrás y menos llegadas del rival, por lo que América finalmente respiró con contragolpes que no fueron capitalizados en los pies de Darwin, quien desconfiado y hasta atemorizado por la Cueva mandó a las nubes otra de las más claras.

La defensa azulcrema se hizo dura, Pablito se batió a nivel de pasto y cerró los espacios, América se hizo de la pelota y niveló las fuerzas. Rubens y Oribe, a escena. No obstante, Ariel Rodríguez contestó con cabezazo que nuevamente fue desviado por Muñoz, quien ya hacía diferencia y se convertía en figura.

La recta final de los primeros 90 de 180 minutos ingresaron a la Cueva, las Águilas lucieron más animadas y con la dupla de Oribe y Darwin incrementaron el peligro, por lo que fue en cuestión de minutos para que la máquina del Ferrari potencializará su velocidad con Pablo Aguilar, quien destrabó el marcador.

Con la Cueva enmudecida, Oribe Peralta le echó más sal a la herida de los ticos, el “Cepillo” marcó inmediatamente un doblete en compañía de Darwin y aumentaron el dolor de los Morados, que abandonaron minutos antes una Cueva doblegada nuevamente por un cuadro mexicano. Saprissa necesita un milagro y el Ave está a nada de semifinales.

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