José Ángel Rueda

Foto: Gregory Shamus | AFP

El sistema por encima de los nombres. Los Browns enfrentaron a los Broncos sin sus tres mejores hombres a la ofensiva, sin embargo, su ausencia no pesó. Case Keenum logró suplir con garantías la baja de Baker Mayfield, mientras que D’Ernest Johnson corrió como si de pronto se hubiera apoderado de las fuerzas de Nick Chubb y Kareem Hunt. Cleveland se llevó el triunfo 17-14 y de paso metió presión a los Bengals en el norte de la Americana.

Cleveland es el equipo que mejor corre en la NFL y una vez más lo puso de manifiesto. El corredor suplente D’Ernest Johnson terminó el partido con 168 yardas totales y fue fundamental en el dominio de Cleveland por grandes lapsos del partido. Fue precisamente con un acarreo de cuatro yardas del jugador de tercer año que los Browns se pusieron en ventaja, luego de una serie dominante.

Si el equipo local estaba mermado a la ofensiva, en defensa llegaron con cuadro estelar. Cleveland maniató toda la primera mitad a unos Broncos que no encontraron la forma de mover el ovoide, y cuando lo hicieron, John Johnson les robó la gloria con una intercepción en zona roja.

A pesar de domino que mostró Cleveland, su poca contundencia en la zona final del campo le abrió las puertas a Denver en la segunda mitad. Los Broncos buscaron la reacción muy pronto, con una primera serie que terminó en las diagonales, gracias a un pase de cuatro yardas de Bridgewater al corredor Melvin Gordon.

Con el partido en el alambre, Kase Keenum sacó toda la experiencia ante su ex equipo. El mariscal de campo manejó bien sus jugadas y sobre todo evitó errores. Una especie de revancha llegó cuando encontró a su fullback Johnny Stanton en la zona prometida.

Los Broncos aún intentaron una última reacción gracias a un touchdown del novato Javonte Williams, luego de un pase de 10 yardas por parte de Teddy Bridwater cuando faltaban cinco minutos en el reloj.

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Pese al amago de drama, los Browns no se pusieron nerviosos, y recibieron el ovoide con la convicción de terminarse todos y cada uno de los segundos restantes. Como no podía ser de otra forma, D’Ernest Johnson se comió el campo y con él el reloj, hasta que llegó la formación victoria que pone a Cleveland con un récord de 4-3. Los Broncos siguen en caída libre, con cuatro derrotas consecutivas luego de un arranque con tres triunfos.

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