MIGUEL ÁNGEL MÚJICA | ENVIADO ESPECIAL
FOTOS: ÉRIK ESTRELLA | ENVIADO ESPECIAL

San Pedro Garza García.- Tener al equipo con más campeonatos en el futbol mexicano por más de dos días ocasionó estragos en el orgullo regiomontano. Monterrey, siempre dividida por Rayados y Tigres, se convirtió en una sucursal de Coapa tras el reconocimiento de cancha del América a unas horas de la final de la Liga de Campeones de la Concacaf.

Los aficionados azulcremas se reunieron para recibir al equipo tras la práctica nocturna de Santiago Solari y los suyos en el BBVA.

La gente no le falló a sus Águilas. Alrededor de la siete de la noche comenzaron a reunirse a las afueras del hotel de concentración. Desde pequeños hasta los de mayor edad, el América despertó ese orgullo que pocas veces pueden sentir en una tierra llena por los dos equipos de la ciudad.

Un par de horas pasaron, pero la desesperación jamás arribó. Las Águilas del Indiecito llegaron a las nueve de la noche y con tan sólo ver el camión, la fiesta explotó. “Dale, dale, dale, dale Ame” retumbó en todo San Pedro Garza García.

Los jugadores bajaron y agradecieron el gesto, pero los aficionados no soportaron el tenerlos lejos y comenzaron a avanzar rumbo a la entrada del hotel.

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La fiesta poco a poco terminó en caos. A la voz de “ay, ay, ay, ay, ay, es el Gigante de Concacaf”, el lugar se sacudió con todo. La gente de seguridad del hotel poco pudo hacer y los seguidores arroparon a los jugadores que alcanzaron.

Se vio a Álvaro Fidalgo anonadado, mientras el Mono Osuna firmaba una que otra playera que se le acercaba. Córdova, Ochoa y Aguilera agradecieron el recibimiento, pero al ver la marea azulcrema que se les venía encima, decidieron entrar al recinto.

Las banderas se izaron de inmediato. “El que no salte es un Rayado mari…” se escuchó en todo lo alto, mientras el cuerpo de seguridad del hotel intentaba apaciguar a todos los presentes.

Las Águilas ingresaron y no volvieron a salir. Los hinchas soportaron unos minutos más, pero al ver respuesta nula, decidieron guardar los gritos, cánticos y alientos para hoy en el BBVA.

Así fue la serenata americanista, con una pasión que rompe barreras y fronteras por el equipo más ganador de la Liga MX y la Concachampions.

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