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29, octubre 2021 - 23:00

┃ Marco Montoya

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Marco Montoya

FOTO: Kevin C. Cox | AFP

Dos imparables fue todo lo que permitieron los Bravos en el Juego 3 de la Serie Mundial, Atlanta demostró la calidad que tiene su staff de lanzadores y acarició un no hitter durante la blanqueada 2-0 que le propinó a Houston.

El novato Ian Anderson se mantuvo imbatible durante cinco episodios y cuatro relevistas se encargaron del resto de la tarea. La esperanza de un sin hit ni carrera llegó hasta el amanecer del octavo capítulo.

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Un doblete remolcador de Austin Riley junto con un cuadrangular solitario de Travis D’Arnaud bastaron para que los campeones de la Liga Nacional tengan el Clásico de Otoño 2-1 a su favor.

EL JUEGO

La novena texana fue incapaz de encontrarle la pelota a Anderson, únicamente logró poner a corredores en base ante él gracias a pasaportes.

A pesar de la noche histórica que estaba teniendo su serpentinero, el mánager Brian Snitker mantuvo su estrategia de retirarlo después del quinto capítulo y dejarle el resto a su bullpen. La actuación del derecho acabó tras 76 disparos a la goma.

La dupla que llevó a los Bravos hasta el Clásico de Otoño volvió a golpear. Riley disparó un doblete por los rumbos del jardín izquierdo que le permitió a Eddie Rosario llegar hasta la registradora para romper el cero.

El venezolano Luis García no tuvo su mejor noche, los problemas de control acortaron su labor a 3.2 entradas. Aun así, logró minimizar el daño, solo una rayita permitió.

Cuando una novena está inspirada todo le comienza a salir, Houston dio un par de batazos peligrosos, pero Riley y Ozzie Albies sacaron a relucir su habilidad con la manopla.

Conforme el encuentro maduró, la idea de un no hitter de manera combinada se empezó a sentir en el Truist Park. El primer encuentro de Serie Mundial en la ciudad desde 1999 pasó a tener tintes de hazaña.

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La posibilidad de entrar en los libros de historia terminó en el octavo inning, Aledmys Díaz conectó un elevadito lo suficientemente colocado para que picara detrás del tercera base y delante del jardinero izquierdo. La carrera de Rosario fue infructífera.

El cubano logró moverse hasta la tercera base, el duelo definitivo enfrentó a Tyler Matzek y Michael Brantley, el relevista ganó, la carrera del empate se quedó a un hit de distancia.

D’Arnaud puso la anotada que selló la victoria con un jonrón solitario.

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