Ángel Rueda

FOTO: Christian Petersen | AFP

Luego de dar positivo a Covid-19, la situación de Aaron Rodgers va mucho más allá de perderse el duelo del domingo ante los Chiefs. En agosto pasado, el mariscal de campo de los Green Bay Packers aseguró estar “inmunizado” contra el virus. La declaración se interpretó como una confirmación de haberse vacunado, sin embargo, el reciente contagio y el hecho de ser descartado desde un comienzo para el próximo partido revelaron lo contrario, el quarterback nunca recibió el biológico, sino que utilizó un tratamiento alternativo.

Ante la ola de cuestionamientos, Aaron Rodgers explicó lo sucedido en una entrevista concedida al programa “Pat McAfee show”: “No fue una mentira, era la verdad”, se defendió el número 12. “No soy un anti vacuna, pero tengo un pensamiento crítico. Soy alérgico a un ingrediente que está en las vacunas de ARNm. Encontré un protocolo de inmunización a largo plazo para protegerme y estoy muy orgulloso de la investigación que se realizó con él”, explicó el quarterback.

“Creo firmemente en la autonomía corporal y la capacidad de tomar decisiones por tu cuerpo, no tener que aceptar alguna cultura o un grupo enloquecido de personas que dicen que tienes que hacer algo. La salud no es una talla única para todos”, agregó.

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Más allá del positivo, la polémica estalló luego de que el MVP de la temporada pasada incumpliera todos y cada uno de los protocolos establecidos por la NFL para los jugadores no vacunados. El mariscal de campo no utilizó el cubrebocas en la banda, tampoco lo hizo en las conferencias de prensa, ni guardó la distancia con los jugadores rivales en las actividades fuera del partido. Lejos de calmar las aguas, Rodgers citó a Martin Luther King en la posibilidad de no seguir leyes injustas, sobre todo en una política que, según sus palabras, “no está basada en la ciencia”.

El quarterback lamentó el escarnio público. “Me doy cuenta de que estoy en el punto de mira de la mafia en este momento, así que antes de que el último clavo de la cultura de cancelación se ponga en mi ataúd, creo que me gustaría dejar las cosas claras sobre algunas de las mentiras descaradas que están por ahí”, dijo.

Según cifras publicadas por la Liga, el 93.7 por ciento de los jugadores están vacunados. El proceso, sin embargo, ha sido lento. A lo largo de la campaña han existido voces críticas, como la del receptor de los Bills Cole Beasley. “No soy pro o anti vacunas, soy pro elección. El problema es la información que se le oculta a los jugadores para que un jugador sea influenciado para ir en una dirección en la que quizá no se sienta cómodo”, dijo en julio pasado.

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La NFL busca mantener los protocolos sanitarios que permitieron que la temporada pasada llegara a buen puerto sin cancelar un solo partido. Los jugadores no vacunados, por ejemplo, deben realizarse pruebas diarias, mientras que los que han sido inoculados deberán hacerlo semanalmente. Si un jugador no vacunado da positivo, será aislado por un periodo de 10 días. Por el contrario, en caso de contar con la vacuna, el jugador podrá regresar a los entrenamientos al presentar dos pruebas negativas con al menos 24 horas de diferencia.

En cuanto a los contactos cercanos, un jugador no vacunado deberá hacer una cuarentena de cinco días, mientras que el vacunado no tendrá que seguir el procedimiento. La NFL tiene establecida una multa de 14,650 dólares cada que un jugador rompa los protocolos. Aunque de momento no se han anunciado sanciones para el quarterback de los Packers, la liga ya investiga las fisuras en el protocolo implementado por Green Bay.

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