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11, noviembre 2021 - 16:53

┃ José Ángel Rueda

María José Alcalá

José Ángel Rueda

Foto: Luis Garduño

Cuando apenas tenía ocho años, María José Alcalá descubrió la adrenalina de los clavados en la alberca del Instituto Mexicano del Seguro Socia de San Juan de Aragón. Aunque era muy pequeña, desde el comienzo quedó atrapada por la disciplina del deporte de alto rendimiento. La niña clavadista sorprendía por su arrojo, en una edad en la que las alturas suelen representar un temor para la mayoría de los niños, pero ella disfrutaba de ese vértigo.

Lo que comenzó como un sueño, poco a poco se hizo más fuerte a medida en la que los saltos desde el trampolín o la plataforma se convirtieron en un acto cotidiano. Muy pronto destacó y su talento la llevó a conocer en primera persona el sueño del olimpismo, cuando se le abrieron las puertas del Comité Olímpico Mexicano y representó por primera vez a su bandera.

“Yo llegué al Comité Olímpico Mexicano a los ocho años de edad. Mi primera comida que me dio el Comité Olímpico Mexicano fue cuando quedé seleccionada para representar a México a los nueve años. Desde ahí fue mi segunda casa, el Seguro Social fue la primera”, reconoció la ex clavadista en una entrevista con el Diario de los Deportistas.

Ahí, en las instalaciones del Comité Olímpico Mexicano, la pequeña Mary José alimentó su sueño. Eran los años ochenta, los de las glorias de Carlos Girón en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, la época dorada de la marcha con Ernesto Canto y Raúl González en Los Ángeles 1984.

Con el ejemplo de la disciplina, María José Alcalá no dejó que el tiempo la desviara de sus objetivos, y los años adolescentes no hicieron más que hacerla más fuerte.

Fue entonces en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 que cumplió el sueño más grande, cuando con 17 años, tomó el vuelo que impulsaría para siempre su carrera.

En aquella justa, pese a su juventud, Alcalá finalizó en noveno lugar desde la plataforma y en el 20 desde el trampolín, sin embargo, más allá del resultado, su participación tuvo la fuerza de abrir el camino e impulsar a las mujeres que soñaban con ser clavadistas. Algo que ahora luce como algo común gracias a la lucha de mujeres como ella.

EL PERFIL
NOMBRE: MARÍA JOSÉ ALCALÁ
EDAD: 50 AÑOS
DISCIPLINA: CLAVADOS
JUEGOS OLÍMPICOS: 4 (SEÚL 1988, BARCELONA 1992, ATLANTA 1996, SÍDNEY 2000)

Tras su primera experiencia olímpica, la carrera de María José fue un alarde a la regularidad. La clavadista se clasificó para los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, donde logró un sexto lugar desde la plataforma, Atlanta 1996, justa en la que finalizó en el lugar 13 desde el trampolín y Sídney 2000, donde brilló en las pruebas sincronizadas, en compañía de Jashia Luna y Azul Almazán. Aunque la medalla no pudo cerrar con broche de oro una carrera exitosa, el sexto y octavo lugar ratificaron su legado dentro de los clavados mexicanos.

Entre otros logros, la ex clavadista ganó el Premio Nacional de Deportes en 1994 y fue multi medallista en Juegos Centroamericanos y Panamericanos; es decir, el sueño de su vida se había cumplido.

Una vez que finalizó su carrera como deportista y el espíritu olímpico se había apoderado para siempre de ella, María José Alcalá buscó mantenerse ligada permanentemente al deporte. Licenciada en derecho y maestra en administración pública, desempeñó cargos de importancia como la dirección de Cultura Física y Deporte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), posteriormente, ya como diputada, se convirtió en la presidenta de la Comisión del Deporte.

 

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Así como ocurrió en su etapa como deportista, María José Alcalá romperá los esquemas de género, al convertirse en la primera mujer en dirigir el Comité Olímpico Mexicano en sus 98 años de historia.

“Será muy importante demostrar que las mujeres estamos hechas para este cargo, que somos mujeres que podemos honrar la política deportiva, y que estamos dispuestas a regresarle lo mucho que nos ha dado el deporte”.

A pesar de sus logros, María José Alcalá no pierde la capacidad de asombro por las cosas de la vida. Disfruta por igual el tiempo con su hija de 13 años que el que le dedica al trabajo. El olimpismo mexicano está en sus manos.

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