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4, diciembre 2021 - 9:42

┃ José Luis Camarillo

Victoria Canul

Foto: CORTESÍA | @CUFIDE_Edomex

Victoria Torres Canul ganó por decisión unánime en seis rounds su combate en peso gallo del sábado 12 de diciembre pasado en Cuernavaca, contra Jacqueline Mucio, a la que tumbó una vez. En tal ocasión subió al ring con “una bolita” que le molestaba en el muslo derecho desde tiempo atrás y que resultó un liposarcoma mixoide, un tumor de 12 centímetros.

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“El proceso lo llevaba desde finales de septiembre o principios de octubre (de 2020) porque vimos que la bolita creció. El lunes siguiente a la pelea me estaban dando el diagnóstico de mi biopsia, que era cáncer”, detalló la hermana de la ex campeona universal supermosca del WBC, Ana María “Guerrera” Torres. También es hermana de Silvia “Guerrerita” Torres, ex monarca mundial interina minimosca de la WBA.

Nunca me causó molestia -explicó Vicky-, se veía feo, pero no le di importancia y aparte me habían dicho que era un músculo que se había desprendido; cuando vimos que creció empezamos a hacer los estudios. Primero fui con un ortopedista y fue como una cadenita hasta que me dijeron ‘ve con un oncólogo’. A partir de ahí empezó el hecho de poner el cáncer sobre la mesa y por desgracia al final fue eso”,

“Me operaron el 21 de diciembre”, explicó la boxeadora nacida hace 31 años en Neza. “El médico me dijo ‘esto necesita cirugía, ¿cuándo quieres que te opere?’. Le respondí ‘si se puede, mañana’. Gracias a Dios, me puso unos doctores muy humanos dentro de este proceso. El doctor Daniel Maciel hizo todo lo posible por hacerme ese espacio pues tenía su agenda llena (‘deja ver que operación no urge y la cambio’, me comentó); en el mundo oncológico, sobre todo en el de mama, es una referencia, pero también en liposarcoma”.

Anteriormente, Victoria debió superar una grave lesión en un puño, un tema que abordamos en otro segmento de este artículo especial. También contrajo Covid-19 a mediados de 2020; sin embargo, su fortaleza natural le hizo sobreponerse a los efectos del pernicioso virus y mantener una vida normal, ya que trabaja como instructora y atiende una tienda de productos naturistas, de su propiedad, mientras libra una fuerte lucha contra el tumor maligno en su extremidad inferior.

Nuestra entrevistada externó que comenzó a boxear a los 18 años de edad. “Estaba en la prepa. Una vez me asaltaron; entonces mi papá tuvo la idea de meterme a defensa personal, y fue ahí donde conocí el boxeo. Antes, jugué basquetbol, futbol, y cuando practiqué box no lo hice con la intención de ser boxeadora”.
“Le dije a mi papá, porque lo vi entusiasmado, ‘no quiero boxear, no vea más allá porque no quiero’. Después, yo misma quise seguir boxeando, fui yo la que tomé la decisión de dejar la Universidad, por cuestiones de distancia, tiempo y de dinero”, estableció.

Anhela formar trío de hermanas campeonas

En lo más profundo de su ser, Vicky Torres mantiene la idea de alcanzar las meta que se fijó desde que decidió continuar boxeando: ser campeona del mundo.
“Los terapeutas me dicen que sin problema, con buen tratamiento y buen control del infedema porque ya no se quita, voy a estar entrenando”, subrayó. “Entonces, no quito el dedo del renglón, sigo viendo quiénes están de campeonas porque aspiro a ser campeona y en mi mente parece una locura, pero en mi mente entreno y sigo visualizándome en un ring disputando un campeonato mundial”.

¿Se mantiene esa inquietud de que sean las primeras tres hermanas campeonas en la historia?
“Sí, de hecho, en un evento que tuve en el lugar en que trabajo, en una Universidad en Nezahualcóyotl, se invitó a Silvia y ella llevó su cinto. La verdad es que es un gran orgullo verla a ella, ya de alguna manera realizada y que tiene todavía mucho que dar, pero ser parte de una historia de tres hermanas, que las tres tienen un cinturón, creo que no cualquiera lo hace y pues sería muy padre ser parte de eso”.

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Los contratiempos no la desaniman

La expectación que envolvió al choque entre las históricas Jackie Nava y Mariana “Barby” Juárez también contagió el ánimo de Victoria Torres.
“Con toda esta situación me ha tocado estar de expectadora -externó- y de hecho me había alejado un poquito de todas las noticias de boxeo, pero ese tipo de peleas no podía pasar desapercibido para mí, son grandes boxeadoras. Ya tiene rato que empecé a regresar al mundo del boxeo porque como tal no he podido entrenar, pues el panorama médico aún no me lo permite, tengo la situación del infodema que se agravó en mi pierna, que fue consecuencia del tratamiento que me dieron para combatir ese mal”.

¿Qué clase de tratamiento?
“Fueron 30 radiaciones; al principio estaba toda optimista, pero tiene secuelas, a veces a mediano plazo y fue lo que sucedió. Ya estaba preparada para comenzar a entrenar, pero empezaron esos síntomas de rigidez, dolor, y un poco de falta de movilidad. El diagnóstico que me dieron y parte del tratamiento es de cero actividad física (a nivel de atleta profesional)”.

“Trato de ser positiva -añadió- y digo ‘trato’ porque me es muy difícil no estar en el gimnasio entrenando, pero todo lo que hago está direccionado a seguir con mi carrera”.

“En cada terapia -matizó-, cada ejercicio que hago de movilidad, lo hago pensando en que tengo que regresar a boxear. Estaban diciendo que ya me resignara, casi, casi, los médicos que a veces son más cuadrados, pero no, yo siento mi cuerpo capaz y me he portado de repente un poquito mal y he hecho un par de sparrings sin problema. En una ocasión subí a boxear, estaba sin entrenar, pero hice seis rounds y me sentí muy bien, o sea para no haber entrenado absolutamente nada, fue algo muy bueno. Creo que mi lugar es ahí y hasta el día que yo misma sepa que a lo mejor no puedo, lo dejaría de intentar, pero ahorita todo va encaminado a volver a estar arriba de un ring en una pelea oficial”.

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La incertidumbre la impulsó a ganar

¿Cómo te sentiste durante ese último combate que sostuviste sin saber que tenías ese mal?, le preguntamos a la pugilista de Neza.
•Durante la pelea sí me sentí un poco rara, aparte, por razón natural son cosas que a lo mejor no le dices al médico, me dolía la pierna porque me habían hecho la biopsia, pero eran más mis ganas de pelear. En realidad no era algo que me limitara tanto. A los dos días de la pelea es cuando me dicen que era un tumor con cáncer”.

¿Durante la reyerta, no flaqueaste?
“No, al contrario, de hecho yo sentía que el diagnóstico iba a salir negativo y como que eso me daba energía positiva en la pelea. Ni siquiera lo pensé así como algo malo, no pensé que fuese a ser positivo; por desgracia fue así, pero durante la pelea me sentí como más fuerte. Dije, ‘para lo que se venga, si ahorita lo que tengo enfrente es la pelea, pues entonces le voy a echar más ganas’. Y gané con claridad”.

Medio año fuera, por una fractura

Torres Canul vio en grave peligro su carrera y estuvo inactiva entre mayo de 2017 y febrero de 2018, por una rara fractura que “erosionó” su dedo central de la mano derecha, abajo del nudillo. Una delicada cirugía y los cuidados subsecuentes -también debió superar una fuerte depresión, según reveló-, le permitieron volver a pelear. Desde entonces sostuvo ocho contiendas, para poner su récord en 12-1.

“Me pusieron un injerto tomado de mi codo. Eso requirió de un descanso absoluto en toda actividad física. Era una lesión que venía arrastrando y no pensábamos que fuera de esa magnitud, y de cirugía”, compartió.

Vicky combatió con la mano lastimada contra una dura oponente como es Fredee González, poco antes de someterse al bisturí. “Casi para salir al tercero o cuarto round, ya me dolía bastante la mano derecha. Le gané por decisión unánime en seis asaltos. En una pelea previa, tuve una molestia, pero no era tanto y así entrenaba”.
Torres Canul agradeció la ayuda que obtuvo en aquella ocasión de parte del promotor Héctor García Ninomiya (“me respaldó en la parte emocional y cubrió el costo de mi cirugía y los vuelos de avión a la clínica, en Guadalajara”, acotó) y del fisioterapeuta Luis Fernando.

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