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11, diciembre 2021 - 22:36

┃ Brian Sales

Atlas campeón, la promesa que 'Hueso Reyes' hizo a su abuelo

Brian Sales | ENVIADO

FOTO: Ramón Romero | ENVIADO

 

La historia de Luis Reyes no es sencilla de digerir. Aunque obtuvo su primer registro profesional a los 17 años con Académicos, en las inferiores del Atlas, salió muy temprano de casa en busca de su sueño: ser futbolista. En casa, en Monterrey, dejó a su abuelo, a quien le prometió que sería campeón con los rojinegros justo cuando lo aceptaron.

Lamentablemente, el señor falleció cuando el “Hueso” estaba en los días previos a la Copa Confederaciones en el 2017, por lo que no le pudo dar el último adiós a su compañero de mil batallas. Hoy, está a 90 minutos de poder saldar su deuda con él, además de que en sus botines está la posibilidad de romper con 70 años de sequía con un título de Primera División para la institución. Ricardo Reyes, su papá, recuerda cómo fue aquella promesa que está muy cerca de cumplir.

“Cuando lo cambiaron al Atlas y lo aceptaron en la casa club, desde ese momento mi papá supo y se puso feliz. Ellos estuvieron hablando un rato y le prometió que sería campeón con Atlas. Él acababa de cumplir los 15 años cuando sucedió y se vino a Guadalajara para poder estar en las inferiores del equipo. Desde el momento en el que supo que su nieto estaría en el Atlas, se enfocó en el equipo. Ni siquiera tomó en cuenta a los equipos de allá”, charla en exclusiva con el Diario de los Deportistas.

 

Incluso, dentro de toda la historia existe un amuleto que le recuerda a la perfección a José Luis Reyes Rodríguez, su abuelo. Cuando lo aceptó el Atlas, consiguió de algún lugar la bufanda del equipo y se la regaló. Actualmente, el valor sentimental de dicha prenda ya no se puede medir, al grado de que funciona como cábala dentro de la familia cuando ven un partido a la distancia y sobre todo cuando tienen la posibilidad de asistir al coloso de la Calzada Independencia para poder ver jugar al “Hueso”.

“Desde el momento en el que supo que iba a jugar en el Atlas, la consiguió. No sé de dónde la sacó allá en Monterrey. Un día fuimos a visitarlo y me la regaló. Desde ahí, siempre la cargo. Cuando hay juegos y estamos en la casa, como sea me la pongo. Me visto todo, con playera y gorra y lo veo en la sala. Si voy al estadio, con mayor razón lo disfruto. Esta bufanda es como un talismán, algo que nos trae buena suerte para que le vaya bien a él y a su equipo en la cancha”, compartió.

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El lateral por izquierda del Atlas ya tiene su vida hecha. Cuenta con una familia muy unida y tiene a sus seres queridos muy cerca de él, sin embargo, para su papá, dentro de la cancha, bajo los colores del Atlas, su mayor motivación se mantiene con la promesa que le hizo a su abuelo, más allá de buscar trascender aún más en el balompié profesional.

 

“En lo futbolístico, sí es su mayor motivación. Es lo primero que tiene en la cabeza. Tiene que cumplir su promesa de salir campeón con el Atlas, antes de dar otros pasos en el futbol como la Selección Nacional. Estaría bien, pero primero está la promesa que le hizo a su abuelo”, remató. Luis será titular esta noche en los 90 minutos más importantes de los últimos años para la institución a la que él ama, a la que su familia le agarró cariño y a la que adoptó a su abuelo por su fichaje a temprana edad.

EL GOL DE REYES EN LA IDA, EL MÁS EMOCIONANTE PARA SU FAMILIA

La vida de un futbolista siempre tiene en su papá o mamá a los principales protagonistas de la historia. Gracias a ellos, en la mayoría de los casos, es que consiguen cumplir su sueño. No sólo es dinero el que se invierte, sino desaires, tiempo y muchas barreras que deben saltar y aguantar. Luis Reyes, lateral del Atlas, tuvo la fortuna de anotar en el juego de ida ante el León, lo que fue una explosión de emociones para su papá, quien, al borde del llanto, festejó como nunca la anotación y se dio cuenta que todo valió la pena.

“Estuve presente en ese partido y fui con mi nuera. Fue una locura cuando vi que la pelota entraba. No sé cómo explicarlo, pero fue algo muy grande para nosotros que haya metido ese gol en una Final. En cuanto entró la pelota, me paré y lo grité como loco. Es el gol que más fuerte he gritado. Agarré la bufanda, la apreté y comencé a gritar como loco. La agité y todos estaban gritando. Nos abrazamos todos. Fue un momento que será memorable para mí, que estuve presente y para toda la familia que vio el juego por televisión”, compartió.

Ahora, a pocas horas del partido más relevante de su carrera como futbolista, su papá le pidió que deje todo en el terreno de juego. Le recordó que no sólo es por los que están, sino por los que se fueron y no lograron gritar que su equipo es campeón del futbol mexicano. Reconoció, sin tener los colores rojinegros en la sangre, que ya es tiempo de que los fieles seguidores de la institución puedan festejar.

“Que le eche todas las ganas del mundo. Está a un pasito de cumplir la promesa a su abuelo y de muchas personas rojinegras que se fueron al cielo. Y también una satisfacción a la afición rojinegra que aún está aquí y que tanto se lo merece. Son muchos años de sufrimiento y es hora de que alcen el trofeo de campeón”, cerró.

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EN SU CARRERA, NO TODO FUE SENCILLO

A Luis le costó estar lejos de su familia y salir de casa a temprana edad. No logró acoplarse en un inicio a la institución, razón por la que, conforme avanzaron los años, lo prestaron a distintos equipos como Unión de Curtidores, Estudiantes de Altamira, Loros de Colima y Tampico Madero. Hay un nombre que fue vital en la carrera del “Hueso”, quien fue el que rescató del extinto Ascenso MX al lateral y lo debutó dentro de la Liga MX.

“Cuando se vino para acá, batalló demasiado en adaptarse. Muchas veces no lo tomaban en cuenta. Se caía moralmente. Hablamos con él su mamá y yo, le dijimos que no decayera, que si era su sueño, sólo estaba a un paso. Le hicimos ver que muchos jóvenes querían estar en su lugar. Así fue como agarró más confianza. Hubo un tiempo en el que en Atlas no le daban mucha oportunidad y lo prestaron a otros equipos. Estaba en Tampico cuando el “Profe” Cruz lo rescató y logró debutar en el 2016”, compartió Ricardo Reyes, su papá.

Para él, sin pecar de soberbio, los pilares para que no perdiera la esperanza en su sueño, fue la familia. Reveló que, tanto él como su mamá, siempre lo alentaron para que no abandonara la meta, ya que, aunque fue complicado, estaba en un lugar donde muchos anhelan poder llegar, pero que se quedan en el camino y el objetivo frustrado.

“Con el apoyo de nosotros, de su esposa. Siempre tuvo en su mente lo que le había prometido a su abuelo. En cualquier equipo que estuviera, ya sea en la Segunda División o lo que era el Ascenso, siempre le echaba todas las ganas del mundo para salir adelante y para cumplir sus objetivos. Ahora estamos a un pasito de cumplir esa promesa”, finalizó.

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