JOSÉ ÁNGEL RUEDA

FOTO: AFP

Por tercer año consecutivo, los Packers terminarán la temporada con al menos 13 victorias, algo inédito en la historia de la NFL. La estadística, más allá de su frialdad, retrata a la perfección lo que ha sido Green Bay en las últimas campañas, un equipo cuya regularidad ha quedado a la sombra debido a las dolorosas derrotas en el Campeonato de Conferencia, pero que no deja de tener su mérito.

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El éxito de los Packers actuales tiene múltiples rostros, aunque es probable que el más significativo sea el del entrenador en jefe Matt LaFleur. El joven head coach llegó en el 2019 con la responsabilidad de reestructurar una franquicia que acumulaba dos campañas con récord negativo. A pesar de las dudas propias de la inexperiencia, el ex coordinador ofensivo de los Rams y de los Titans no decepcionó.

La vista panorámica, después de tres temporadas, retrata una marca inmaculada de 39 victorias por nueve derrotas, números que lo colocan entre la élite de la NFL. Bajo su mando, los Packers recuperaron el liderato de una división que se había complicado y han conquistado el norte de la Nacional por tres años consecutivos, algo que no lograban desde la época de Mike McCarthy, cuando fueron campeones divisionales por cuatro años consecutivos, del 2011 al 2014, justo después de ganar el Super Bowl ante los Steelers, en la campaña 2010.

Los récords no quedan ahí. Green Bay ha logrado meterse a dos finales de Conferencia consecutivas, algo que no ocurría desde las campañas 1995, 1996 y 1997, cuando llegaron a tres y ganaron dos. La diferencia, respecto a aquellos años, es que ahora perdieron las dos que jugaron, estadística que se ha convertido en la gran tarea pendiente de los Packers de LaFleur. Este año tendrán la posibilidad de limpiar esa imagen, aunque para eso aún deberán imponerse en la ronda divisional.

QUÍMICA CON RODGERS

Más allá de que su relación con Aaron Rodgers siempre ha sido cuestionada, entrenador en jefe y mariscal de campo han logrado dar los resultados. LaFleur ha conseguido mejorar el juego de un quarterback que parecía haber alcanzado su punto más alto en años anteriores. La primera campaña del coach con los Packers fue de reconocimiento, incluso LaFleur fue cuestionado por priorizar el ataque terrestre por encima del aéreo, teniendo en sus filas a uno de los mejores pasadores de la historia, pero era cuestión de tiempo. Rodgers finalizó la campaña 2019 con 4,002 yardas y 26 pases de anotación, cifras que fueron ampliamente superadas en los años venideros.

La constancia de los Packers coincide con el buen nivel de su mariscal de campo. No es casualidad que Rodgers, a sus 37 años, terminara como el MVP de la temporada 2019, al lanzar 4,299 yardas, 48 pases de touchdown por apenas cinco intercepciones. El sueño de Rodgers de llegar a su segundo Super Bowl terminó en manos de Brady, en la final de conferencia.

Esta campaña, el mariscal de campo también está en la conversación por convertirse en el jugador más valioso, al registrar 35 touchdowns y 3,977 yardas en 16 partidos. Como es debido, el quarterback tendrá que rendir al mismo nivel en la postemporada si quiere regresar al juego grande. Rodgers ha contado con grandes socios como el receptor Davante Adams y el corredor Aaron Jones. Dos hombres que de alguna manera han ayudad a que la ausencia de refuerzos a la ofensiva no sean tan notorios. A pesar de lo bueno del pasado, el futuro es una incógnita. Mucho se ha especulado de que esta será la última campaña de Rodgers en los Packers, que tiene problemas con la directiva, que ya no está a gusto. En todo caso, de ser cierto, buscará cerrar con broche de oro una brillante etapa con Green Bay.

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