Foto: AFP

Si hubo un quarterback en la NFL que es sinónimo de sangre fría ese fue Tom Brady, el legendario mariscal de campo se convirtió en el invitado más frecuente de la historia al Super Bowl y dejó un legado que parece casi imposible de superar con siete anillos de campeonato.

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Durante sus apariciones en el Super Domingo quedan para el recuerdo las tres series ganadoras que encabezó. Los Rams se convirtieron en su víctima predilecta; los Giants fueron su némesis.

DINASTÍA DE BRADY: PARTE I

El primer gran juego que disputó fue el Super Bowl 36 frente a los entonces Carneros de San Luis, quienes llegaron como favoritos por tener una ofensiva de miedo.

En cuanto a números, TB12 tuvo una actuación discreta, sin embargo, dio una muestra de lo que estaba hecho cuando, con 90 segundos por jugar, guio la ofensiva de la victoria.

Llevó el ovoide profundo en el territorio de los Rams para que Adam Vinatieri conectara el gol de campo del campeonato. Brady solventó con éxito su primer gran reto.

Un par de años después, Nueva Inglaterra enfrentó a Carolina en un tiroteo ofensivo. Allí, Brady silencio a los detractores que lo sentenciaban como un jugador que dependía de lo que hiciera su defensa.

Pasó para 354 yardas y tres envíos de anotación, pero, una vez más, sacó a lucir su temple cuando encabezó con 1:08 en el reloj la ofensiva del título. Dejarle la última posesión a los Patriots era una garantía de derrota.

La siguiente temporada se enfrentaron en el magno juego a las Águilas. En ese enfrentamiento dominaron los Patriots, Brady tuvo una actuación redonda con un par de pases de anotación, en esa ocasión no hubo tanto drama.

Nueva Inglaterra ganó los Super Bowls 38 y 39, esa ha sido la última ocasión que una franquicia de la NFL obtuvo el bicampeonato.

La competitividad de Tom Brady se ve reflejada en que sus años malos fueron en los que tuvo marca ganadora, llegó a playoffs, pero no ganó el título.

Los Giants de Eli Manning terminaron con su invicto en el Super Domingo y no solo eso, lo derrotaron en dos ocasiones durante las ediciones 42 y 46 del SB.

La primera fue quizá la derrota más dolorosa en los 22 años de trayectoria de Tom, los Patriots llegaron con marca de 19-0 y enfrentaron la oportunidad de ser el segundo campeón invicto de la historia.

Una sólida defensiva los detuvo y los papeles se cambiaron, Nueva York tuvo la ofensiva en los últimos dos minutos que decidió el encuentro. Los Pats no fueron perfectos. De ese juego permanece enmarcada la increíble recepción con el casco de David Tyree.

Cuatro años después, la historia se repitió. Bill Belichick aprendió la lección y dejó que los Giants anotaran con 57 segundos por jugar para tener el balón, sin embargo, Brady no pudo llevar el balón hasta la tierra prometida, parecía que la dinastía había terminado.

DINASTÍA DE BRADY: PARTE 2

Después de un exitoso arranque de carrera, Tom Brady llegó a una década sin ser campeón, parecía que el tiempo se le empezaba a terminar, pero realmente comenzó un segundo aire.

En el Super Bowl XLIX, los Patriots empezaron el último cuarto abajo por 10 puntos a la legendaria defensa de los Seahawks conocida como ‘The Legion of Boom’, encontraron la forma de remontar.

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Aun así, Seattle estaba a escasas dos yardas de anotar con Marshawn Lynch como corredor, todo parecía acabado. El destino dijo no, Russell Wilson fue contra el guion, lanzó y el esquinero Malcolm Butler interceptó.

Tom lucía derrotado en la banca y estalló en júbilo después de la jugada. La intercepción marcó la diferencia, pero Brady lanzó cuatro pases de touchdown. Resurgió la dinastía.

En la edición 51, los Falcons le estaban dando una rastriza, en el tercer cuarto estuvieron 28-3 arriba, TB12 se convirtió en su peor pesadilla, remontó el déficit de 25 puntos y lo coronó con la serie ganadora en tiempo extra. En Atlanta aún alucinan con ese descalabro.

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En la AFC no había rival para Nueva Inglaterra, llegaron en tres años consecutivos al Super Bowl. Ante Filadelfia vivió un trago amargo. A pesar de que lanzó 505 yardas en el partido, perdió frente a una franquicia motivada por su quarterback Nick Foles.

Su último campeonato con los Pats fue quizá el más extraño de todos. Una vez más tuvo enfrente a unos Rams inofensivos, con 13 puntos bastó para derrotarlos.

Finalmente, Tom Brady no vivió un proceso de adaptación en los Bucs, él llegó a ganar. En su primer año, dominó en los playoffs y barrió con los Chiefs en el Super Bowl, su defensiva contribuyó también neutralizando a Mahomes.

TB12 tiene tanta historia en el Super Bowl que para encerrar cada detalle sería necesario de un largo libro. Su leyenda vivirá como, quizá, el quarterback con la sangre más fría en la NFL.

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